Políticas Públicas Para La Igualdad De Género: Un Aporte A . - CEPAL

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Un aporte a la autonomíade las mujeresMARÍA CRISTINA BENAVENTE R.ALEJANDRA VALDÉS B.Desarrollo SocialPolíticas públicaspara la igualdadde género

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Políticas públicaspara la igualdadde géneroUn aporte a la autonomíade las mujeresMaría Cristina Benavente R.Alejandra Valdés B.Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)Santiago de Chile, octubre de 2014

Libros de la CEPAL130Alicia BárcenaSecretaria EjecutivaAntonio PradoSecretario Ejecutivo AdjuntoSonia MontañoDirectora de la División de Asuntos de GéneroRicardo PérezDirector de la División de Publicaciones y Servicios WebEl presente documento se realizó bajo la supervisión de Sonia Montaño, Directora de laDivisión de Asuntos de Género de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe(CEPAL). La elaboración estuvo a cargo de María Cristina Benavente, consultora, y AlejandraValdés, experta de la División de Asuntos de Género. Se agradecen los aportes para laelaboración de la matriz de análisis efectuados por Virginia Guzmán, Victoria Hurtado yPaulina Pavez. En la recopilación, análisis y debate de las políticas se contó con la colaboraciónde Jeanine Anderson, Alicia Frohman, Natalia Gherardi, Aparecida Gonçalves, Ana CristinaGonzález, Flérida Guzmán, Virginia Guzmán, Ana López, Flavia Marco, Beatriz Morán,Margarita Percovich, Karina Ruiz y Pamela Villalobos.Se agradece la colaboración en el análisis de la política seleccionada del Uruguay brindadapor el Consejo Nacional Consultivo de Lucha contra la Violencia Doméstica de ese país.Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de las autorasy no reflejan necesariamente los puntos de vista de la CEPAL.La CEPAL agradece el apoyo financiero de la Agencia Española de Cooperación Internacionalpara el Desarrollo (AECID) para el proceso de recopilación de políticas y para la publicaciónde este libro.Diseño de portada: María Luisa AvariaPublicación de las Naciones UnidasISBN 978-92-1-121865-7 (versión impresa y PDF)ISBN 978-92-1-056937-8 (versión ePub)Número de venta S.14.II.G.19LC/G.2620-PCopyright Naciones Unidas, 2014Todos los derechos reservadosImpreso en Naciones Unidas, Santiago de ChileEsta publicación debe citarse como: María Cristina Benavente Riquelme y Alejandra ValdésBarrientos, “Políticas públicas para la igualdad de género: un aporte a la autonomía de las mujeres”,Libros de la CEPAL, N 130 (LC/G.2620-P), Santiago de Chile, Comisión Económica para AméricaLatina y el Caribe (CEPAL), 2014.La autorización para reproducir total o parcialmente esta obra debe solicitarse al Secretario de la Juntade Publicaciones, Sede de las Naciones Unidas, Nueva York, N.Y. 10017, Estados Unidos. Los Estadosmiembros y sus instituciones gubernamentales pueden reproducir esta obra sin autorización previa. Solose les solicita que mencionen la fuente e informen a las Naciones Unidas de tal reproducción.

ÍndicePrólogo. 5Resumen. 9Introducción. 11Capítulo ILa justicia para la igualdad de género:enfoque analítico. 15A. Igualdad y justicia. 15B. Empoderamiento, autonomía de las mujerese igualdad de género. 18Capítulo IIPolíticas públicas para la igualdad de género: siete políticas que sonun aporte para el logro de autonomía de las mujeres. 23A. Políticas públicas y autonomía física. 251. Brasil: la Ley 11340 Maria da Penha (2006). 252. Uruguay: la política de lucha contra la violenciade género. 343. Colombia: la política de garantía de acceso ala interrupción voluntaria del embarazo (IVE). 45B. Políticas públicas y autonomía en la tomade decisiones. 551. Estado Plurinacional de Bolivia: paridad y alternanciade género en los órganos de elección del Estadoy en las instancias intermedias. 55

4CEPALC.D.2. Costa Rica: la política de paridad y alternanciaen la Ley Electoral. 73Políticas públicas y autonomía económica. 811. Chile: Ley 20255 (2008), que establecela Reforma Previsional. 812. México: el Gasto Etiquetado para las Mujeresy la Igualdad de Género (GEMIG). 95Conclusiones y desafíos . 1101. La conformación de la agenda.1112. El marco político y social. 1133. La información y la importanciade la argumentación técnica. 1164. Organización del trabajo y cultura organizacional:el factor humano. 1175. La garantía de recursos financieros y administrativos. 1186. Evaluación, control y vigilancia. 1207. La información y difusión de la implementación. 122Bibliografía. 125Anexo. 127Publicaciones recientes de la CEPAL. 131

PrólogoLa decisión de analizar las políticas públicas que inciden positivamenteen el logro de la igualdad de género se sustenta en la convicción del papelactivo que, como una condición clave para alcanzar el desarrollo, debedesempeñar el Estado en la construcción de sociedades igualitarias. Eneste contexto, las políticas públicas son una herramienta fundamental paraimpulsar las transformaciones hacia mayores niveles de justicia, ademásde expresar la decisión política de los gobiernos de avanzar en la soluciónde los problemas de desigualdad que afectan a las mujeres.Los distintos grados de avance en relación con la igualdad de géneroen los países de la región muestran que todavía hay un largo camino porrecorrer, especialmente en cuanto al fortalecimiento de las capacidadesestatales para la puesta en marcha efectiva de políticas públicas orientadasa disminuir las brechas de género.La identificación de políticas públicas de igualdad de género decarácter redistributivo, de reconocimiento y de representación es unesfuerzo por relevar las iniciativas de los Estados que se orientan a enfrentarinjusticias y mejorar la situación de las mujeres en distintas áreas dedesarrollo, de manera de hacer posible su autonomía y la garantía de susderechos humanos en contextos de plena igualdad.En 2010 el Observatorio de Igualdad de Género de América Latinay el Caribe inició, en el marco del programa de trabajo de la División deAsuntos de Género de la CEPAL, un proceso de análisis para identificarbuenas prácticas en la formulación de políticas. De ese debate surgióuna reflexión que cuestiona la noción de “buena práctica”, tributaria de

6CEPALenfoques originados en la gestión empresarial y que durante muchotiempo se había tenido como parámetro de calidad.Sin abandonar el concepto de eficiencia, este trabajo condujo a lanecesidad de analizar políticas de igualdad de género con criterios dejusticia distributiva, de reconocimiento y de representación. Se observóla necesidad de un vuelco en el análisis, coincidente con los procesos derevalorización del Estado y su papel rector.Se hizo evidente que las políticas de género no solo podían analizarsecomo buenas prácticas, sino que debían someterse al mismo escrutinio quetodas las políticas que promueven derechos y contribuyen a la igualdad. Sedesarrolló un debate experto, que permitió elaborar una matriz de análisispara la identificación y sistematización de políticas, que considera lasdistintas fases del ciclo de las políticas públicas, a fin de describir y analizarpolíticas que puedan ser calificadas como justas para la igualdad de género.Las políticas seleccionadas se analizan en la medida en que respondena nuevos derechos como el reconocimiento del trabajo no remunerado yel reconocimiento de la existencia de dimensiones críticas y extremas dedesigualdad, como la violencia contra las mujeres.Las políticas de género basadas en la igualdad como horizontey como principio deberán hacer posible que las mujeres detenten mayorautonomía y poder, que se supere el desequilibrio de género existente yque se enfrenten las nuevas formas de desigualdad. En nuestra convicción,es fundamental tomar acciones para difundir la información que generanestos cambios de políticas en los ámbitos técnico, político, social y cultural,de manera de elaborar nuevas categorías de análisis que permitanresponder a los desafíos que implica transformar las situaciones deinjusticia de género.Las políticas analizadas a partir de la matriz señalada que seexponen en esta publicación son la Ley 11340 Maria da Penha del Brasil,la política de lucha contra la violencia doméstica del Uruguay, la políticade garantía de acceso a la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) deColombia, la política de paridad y alternancia de género en los órganosde elección del Estado Plurinacional de Bolivia, la política de paridad yalternancia en la ley electoral de Costa Rica, la reforma previsional deChile y la política de Gasto Etiquetado para las Mujeres y la Igualdad deGénero (GEMIG) de México.

Políticas públicas para la igualdad de género.7En esta publicación se presentan en primer lugar, en la secciónintroductoria, los antecedentes en que se basó la iniciativa de identificar ydestacar políticas para la igualdad de género. Luego, en la primera parte,se expone el marco conceptual, abordando principalmente la noción dejusticia y su relación con la igualdad de género. En la segunda parte, sedescriben y analizan las siete políticas antes mencionadas, ordenadassegún su vinculación con la autonomía física, con la autonomía en latoma de decisiones y con la autonomía económica; por último, se planteanalgunas conclusiones y desafíos futuros.Alicia BárcenaSecretaria EjecutivaComisión Económica paraAmérica Latinay el Caribe (CEPAL)

ResumenAvanzar hacia la igualdad de género y el cumplimiento del rol que lecompete al Estado en esta tarea es el propósito en que se funda la propuestade matriz para la recopilación de políticas públicas para la igualdad degénero elaborada por el Observatorio de Igualdad de Género de AméricaLatina y el Caribe.A través de esta matriz se pone a disposición de los actores delEstado y de la sociedad civil una herramienta que permita evaluary entender el proceso de la política pública, y la forma como estaspolíticas son un aporte en el avance hacia la igualdad de género. Se tratade una matriz que considera las distintas fases del ciclo de la políticapública y que fue concebida como una herramienta lo suficientementerigurosa para recoger en detalle el contenido y el proceso de la políticay lo suficientemente amplia como para no dificultar o imposibilitar lageneración de información.Teniendo la igualdad como horizonte, por medio de la matriz sesugiere evaluar las políticas públicas en su capacidad para enfrentarla injusticia socioeconómica, expresada en la distribución injusta debienes y recursos; las injusticias legales y culturales, que se manifiestanen el dominio cultural, y la injusticia en la representación, referida a lajurisdicción del Estado y a las reglas que organizan la confrontación.En el presente documento se expone, por una parte, el enfoqueanalítico desde el que se elaboró la matriz y, por otra parte, las políticasanalizadas de siete países de la región: las políticas para enfrentar laviolencia contra las mujeres del Brasil y del Uruguay, la política de garantía

10CEPALde acceso a la interrupción voluntaria del embarazo de Colombia, laspolíticas de paridad y alternancia de género del Estado Plurinacional deBolivia y de Costa Rica, la reforma tributaria de Chile y el gasto etiquetadopara las mujeres de México.

IntroducciónLa identificación y análisis de políticas justas para la igualdad de géneroes el resultado del trabajo de la División de Asuntos de Género desde queen la décima Conferencia regional sobre la Mujer de América Latina yel Caribe, celebrada en Quito (2007), los Estados miembros de la CEPALsolicitaron la creación de un observatorio sobre igualdad de género, quecontribuyera al fortalecimiento de los mecanismos nacionales de géneroy al seguimiento de los avances en materia de igualdad de género delos países de la región (Consenso de Quito, 2007). Desde entonces, elObservatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe (OIG)se ha constituido en un recurso de información tanto para los actoresestatales y ejecutores de política como para la sociedad civil.El eje del Observatorio son las estadísticas e indicadores de género,articulados en torno a tres pilares, la autonomía económica, la autonomíafísica y la autonomía en la toma de decisiones. Esta mirada permite poner elfoco sobre cada autonomía y sobre la vinculación existente entre las tres, asícomo entre ellas y otras dimensiones que también inciden en los logros dela igualdad para el desarrollo. La recopilación de la información estadísticaoficial de los países ha sido sistemáticamente complementada con diversasacciones e iniciativas orientadas a enriquecer el conocimiento acerca de losavances en la lucha contra la discriminación de género en la región.Junto con revelar que en los últimos años la región ha alcanzadoimportantes logros, que las políticas de igualdad son una realidad quetiende a la consolidación y que en ciertas materias ya no puede producirsefácilmente una vuelta atrás, la información recopilada también haevidenciado la persistencia de focos resistentes al cambio. Registrar los

12CEPALavances y las dificultades que en la práctica han tenido las iniciativasgubernamentales y estatales ha sido un objetivo del Observatorio deIgualdad de Género de América Latina y el Caribe. Se trata de un esfuerzoque se expresa en la tarea de identificación y análisis de buenas prácticasde género, labor que constituye un antecedente fundamental de la actualpreocupación por las políticas justas para la igualdad de género.Si bien el concepto de buena práctica surgió en el mundoempresarial durante la década de 1980, con el objetivo de mejorar lasprácticas en los modelos de gestión de organizaciones privadas, medianteel establecimiento de premios a la calidad, rápidamente fue adoptado ydotado de nuevos significados para analizar iniciativas relacionadas con eldesarrollo social, cultural y económico, ya fueran públicas o privadas, dedistinta envergadura.Un hito del trabajo de recopilación de buenas prácticas de políticasde igualdad de género fue la Reunión internacional sobre buenas prácticasde políticas públicas para el Observatorio de igualdad de género deAmérica Latina y el Caribe, realizada en 2009, en que se establecieronalgunos criterios básicos sobre los cuales seguir avanzando en cada unade las autonomías. La reflexión impulsada por el Observatorio a partir delaporte de las expertas sobre las buenas prácticas permitió, por una parte,establecer una metodología consensuada para recopilar buenas prácticasy, por otra, realizar una sistematización de buenas prácticas en los ámbitosde las tres autonomías planteadas que se orientaban a mejorar la calidadde la gestión pública (CEPAL, 2010b).Respecto de la autonomía en la toma de decisiones y la participación,se planteaba que “las buenas prácticas de políticas públicas para unademocracia inclusiva son las que reconocen a las mujeres como sujetaspolíticas” y establecen medidas o acciones para promover la participaciónen el ámbito de lo público, lo político y particularmente en la toma dedecisiones, como leyes de cuotas, de paridad y de alternancia, y accionesafirmativas, entre otras. En el plano de la autonomía económica, sepropuso la promoción de políticas de igualdad que consideraran elmarco normativo, mientras que en el área de la autonomía física, lasrecomendaciones se centraron en la necesidad de identificar buenasprácticas en políticas públicas en materia de acceso y ejercicio de losderechos sexuales y reproductivos.El aprendizaje y los aportes generados a partir de la reflexiónsobre las buenas prácticas para la igualdad de género dieron cuenta deque, al no ser todas políticas públicas, sino prácticas desarrolladas comoproyectos, programas, acciones y políticas, en distintas áreas y niveles,no siempre eran iniciativas que permitieran la exigibilidad de derechos(CEPAL, 2010b, pág. 15). Esta limitación dio paso a la iniciativa de recoger

Políticas públicas para la igualdad de género.13y analizar políticas públicas para la igualdad de género haciéndose cargode la diferencia entre una recomendación basada en una “buena práctica”y una obligación legal.Por medio de la matriz de análisis de políticas se busca identificarexperiencias que, enmarcadas en el ámbito estatal, apunten a la igualdadde género. Si mediante la recopilación de buenas prácticas de génerose recogían experiencias de todo tipo que mejoraran la situación dedesigualdad de las mujeres, la recopilación y análisis de políticas para laigualdad de género se enfoca exclusivamente en las acciones del Estado yen las políticas desarrolladas por este orientadas a avanzar en la autonomíade las mujeres y en la garantía de sus derechos.Las políticas públicas, en la medida en que establecen una obligaciónde los Estados, son exigibles por parte de la ciudadanía. Hacerlas justasdesde un enfoque de igualdad de género las diferencia de otras políticase impone al Estado nuevos retos en el sentido de considerar la igualdady la no discriminación en la práctica, reconociendo las necesidadesdiferenciadas y, en consecuencia, las medidas, contenidos y proteccionesespecíficas a través de dichas políticas. Con esta iniciativa se busca, endefinitiva, hacer una revisión crítica de las políticas públicas desarrolladaspor el Estado y mostrar la medida en que ellas son capaces de transformarsituaciones de injusticia de género.Este trabajo de la División de Asuntos de Género en torno a laidentificación de políticas justas se enmarca en el programa general dela CEPAL y de la Conferencia regional sobre la mujer de América Latinay el Caribe de responder a la demanda de los gobiernos de contar conelementos y experiencias de políticas públicas exitosas. Diseñar unaherramienta lo suficientemente rigurosa para recoger el contenido y elproceso de la política en detalle y lo suficientemente amplia como parano dificultar y hacer imposible la generación de información ha sido eldesafío de este trabajo. El propósito en que se funda es poner a disposiciónde los actores del Estado y de la sociedad civil una herramienta de usorelativamente sencillo que permita evaluar y entender el proceso de lapolítica pública, y cómo estas políticas son un aporte en el avance hacia laigualdad de género.Así, la matriz de análisis tiene por propósito destacar la naturalezadel proceso de las políticas públicas, situando las políticas analizadas enun continuum hacia la igualdad y no concibiéndolas como expresión deun objetivo ya alcanzado. El proceso de análisis que acompaña su uso notiene como objetivo la construcción de un índice de políticas mejores opeores, sino que está destinado a mostrar la complejidad de las políticas ysu capacidad para transformar, en contextos sociales, políticos y culturalesespecíficos, situaciones de injusticia. Al identificar, analizar y difundir

14CEPALestas políticas se busca aportar a la reflexión y a la acción en el campo de laspolíticas de igualdad de género. Dicho proceso contribuye al conocimientorespecto de los efectos de determinadas medidas y a dar luces sobre losprocesos sociales, culturales, políticos, económicos y de participaciónsocial que están en la base de dichas medidas estatales: el análisis de cadapolítica informa qué se hizo, cómo, en qué contexto, quiénes participaron yqué logros se obtuvieron.Se debe insistir especialmente en la idea de proceso del ciclo delas políticas, debido a que su análisis en el marco de la matriz podríadar una impresión estática de ellas, como si carecieran de la continuidadque en realidad tienen. Tomando esto en cuenta, el punto de la matrizque se refiere al seguimiento es relevante para destacar que, aun cuandouna determinada política origine transformaciones y avances, y en estamedida sea considerada un política justa, permanecen temas pendientes,problemas por resolver y situaciones que deben ser objeto de seguimiento,ya sea para incrementar la eficacia de la política o para determinar lanecesidad de políticas adicionales. Se promueve así una reflexión críticade las iniciativas del Estado que considere tanto el logro de objetivos deigualdad de género como las implicancias políticas de los procesos y delos actores involucrados. Es así previsible que el uso de la matriz por partede distintos actores dé origen a énfasis y evaluaciones distintos. Esto, lejosde disminuir la validez de la herramienta, aporta riqueza a las discusionesnecesarias entre los diversos actores, especialmente respecto de laspropuestas e iniciativas para mejorar la política en función del objetivode igualdad de género. De este modo, la disponibilidad de esta matriz deanálisis abre la posibilidad de discutir iniciativas considerando distintosenfoques, lo que puede traducirse en un aporte tanto en la formulación dela iniciativa, en el análisis de su implementación y en su evaluación, comoen el proceso mismo de discusión.

Capítulo ILa justicia para la igualdad de género:enfoque analíticoA.Igualdad y justiciaMediante la propuesta de análisis de políticas públicas para la igualdad degénero desarrollada por el Observatorio de Igualdad de Género de AméricaLatina y el Caribe se busca hacer visible la interdependencia existente entrela justicia y la igualdad, así como enfatizar la importancia de considerar laigualdad de género en todo el ciclo de las políticas públicas.Si bien en las últimas décadas se han alcanzado importantes logrosen este ámbito, no puede ignorarse la tenaz persistencia de enormesdesigualdades y discriminaciones contra las mujeres. Esto se debe, enparte, a que muchas transformaciones han sido en realidad cambios quecontinúan signados por la predominancia de lo masculino y en que lacategoría universal desde la cual se analiza y decide —bajo una supuestaneutralidad— sigue siendo el hombre y lo masculino (Molyneaux, 2007).Las estructuras de poder no se han modificado de manera sustancialy subsisten distinciones de género profundamente arraigadas en lassociedades de la región, que se reflejan también en las diferenciasde clase, de etnia y generacionales, entre otras. El logro de mayoresniveles de democracia hace necesario superar esta noción vigente deuniversalidad e impone establecer el reconocimiento de los derechos delas mujeres como componente fundamental de los derechos humanos,que debe ser expresado simbólica, normativa e institucionalmente. Lainclusión de las demandas de igualdad de género en las políticas es así

16CEPALuna condición esencial para avanzar en la construcción de sociedadesmás democráticas que permitan a sus ciudadanos y ciudadanas ejercersus derechos en forma plena.En consonancia con los cambios producidos en América Latinay el Caribe, la CEPAL ha sostenido que hay un vínculo entre igualdady justicia social, y que la igualdad torna la dignidad y el bienestar delas personas en un valor irreductible, articula la vida democrática con lajusticia social y vincula el acceso a derechos con una ciudadanía efectiva:“Se postula, entonces, el principio de igualdad real o sustantiva en lasdiversas esferas de la vida social en que se afirman derechos universales.Y si la primera dimensión de la igualdad remite a la cuestión de losderechos y al papel del Poder Judicial para garantizarlos, la segundaremite a la justicia social y a una estructura socioeconómica y políticaque la promueva. Este es un gran desafío pendiente en esta región,donde las brechas de equidad son, y han sido, las mayores del mundo”(CEPAL, 2010a, pág. 42).La justicia de género como parte de la justicia social es un conceptoutilizado en relación con los proyectos de emancipación que promuevencambios legales o promueven la participación de las mujeres. No es unconcepto que se defina con facilidad, fundamentalmente porque incluyedistintos principios de justicia. Primero, contiene el principio de igualdad,que exige que a todas las personas se las trate como iguales, es decir,implica derechos plenos para las mujeres y en este sentido la justicia degénero coincide con la justicia social. Pero, en segundo lugar, la justicia degénero considera el principio de la igualdad diferenciada, que reconoce ellugar históricamente menoscabado de las mujeres en las distintas esferasde funcionamiento social. La justicia de género puede definirse entoncescomo el logro de la igualdad entre mujeres y hombres en conjunto conlas medidas para reparar las desventajas que llevan a la subordinaciónde las mujeres y para permitirles acceder y controlar los recursos encombinación con la agencia humana (Goetz, 2007).Por otra parte, pretender alcanzar justicia de género implica haberincorporado la noción de que las mujeres, en cuanto sujetos, no constituyenni una clase social ni un estatus, de modo que las injusticias de género nopueden ser atribuidas solamente a un factor, sino que incluyen tanto lasinjusticias económicas y la ausencia de reconocimiento de las mujeres encuanto sujetos, como las injusticias presentes en la forma en que se organizala acción política y la toma de decisiones, que las excluye (Fraser, 2008).Este marco es coherente con la noción de derechos humanos compuestospor derechos civiles y políticos, así como derechos económicos, socialesy culturales, que da cuenta de la amplia gama de derechos que deben serrespetados y garantizados por los Estados.

Políticas públicas para la igualdad de género.17La detección y los diagnósticos de las injusticias presentes ensociedades reales y en situaciones concretas establecen la urgencia decontar con “instituciones aquí y ahora para promover la justicia a travésdel mejoramiento de las libertades y el bienestar de las personas que vivenhoy y que no estarán mañana” (Sen, 2011, pág. 111). La justicia solo puedealcanzarse a través de un Estado activo en el logro de la igualdad, unEstado que en la planificación, elaboración, ejecución y evaluación de laspolíticas considere el fomento de la justicia en la sociedad. Las instituciones—y las políticas— así entendidas son mecanismos para lograr la justiciaen ámbitos determinados y constituyen instrumentos para alcanzar lasuperación de desigualdades específicas.Para captar las distintas dimensiones de la injusticia, se debe considerartanto la estructura económica como los valores culturales institucionalizados;las injusticias originadas en el orden económico y aquellas generadas en elestatus se pueden corregir a través de políticas redistributivas, que pueden o noincluir reformas estructurales más profundas de políticas de reconocimientode la especificidad de un grupo, o a través de la transformación profundade los patrones culturales dominantes. Así, la justicia de género debe tantoabordar la dimensión económica de las desigualdades, como enfrentar lasnormas y patrones culturales que asignan a las mujeres un estatus inferioren la interacción social. Esto obliga a ir más allá de la mera distribución de bienesy recursos, considerando además el reconocimiento de la diversidad de sujetosy situaciones de discriminación y su representación a través de la participaciónparitaria en las decisiones sociales y políticas (Fraser, 2000 y 2008).Esta separación analítica permite apreciar las tensiones especialmenteentre las soluciones a las demandas redistributivas y las soluciones a lasdemandas de reconocimiento. Las demandas de redistribución despojan alos grupos de sus diferencias específicas y apuntan a la derogación de lasdiferencias que se traducen en desigualdades en la distribución, de modoque promueven la igualdad de los grupos. Las demandas de reconocimientoponen el foco en la especificidad de un grupo y la afirmación de su valor,tendiendo así a la diferenciación entre los grupos y, en ese sentido, lasmujeres constituyen un grupo específico.La búsqueda de la justicia de género debe entonces apuntar en susfundamentos a defender una política social de la igualdad y una políticacultural de la diferencia, en el entendido de que en la mayoría de lasinjusticias se combinan injusticia

derechos humanos en contextos de plena igualdad. En 2010 el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe inició, en el marco del programa de trabajo de la División de Asuntos de Género de la CEPAL, un proceso de análisis para identificar buenas prácticas en la formulación de políticas. De ese debate surgió una .