Cáritas, Identidad Y Misión

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Diocesana deCórdobaCáritas,Identidad y MisiónFORMACIÓNPARA LASCARITASPARROQUIALESCURSO 08-09

PresentaciónComo cada año, Cáritas ofrece un cauce de formación doctrinal para todos los gruposparroquiales de Cáritas. Nuestra propuesta quiere ser una formación sencilla pero profunda, quenos ayude a todos a interiorizar y a poner en práctica la llamada que hemos recibido del Señor:servir a los más pobres.Desde Cáritas asumimos esta tarea con ilusión y responsabilidad, conscientes de la necesidadde una permanente formación técnica, impregnada de humanidad y cordialidad, junto con unaformación del corazón, ambas imprescindibles para ayudar de manera adecuada y a la vez con“una atención que sale del corazón” Este curso, respondiendo al deseo que muchos nos habéis expresado, la formación consta deun primer bloque, centrado en la ponencia que nuestro Sr. Obispo nos dirigió en la V AsambleaDiocesana: “Cáritas, identidad y misión”, sin duda que será una reflexión provechosa yenriquecedora para todos, además de un cauce importante de comunión eclesial. En esta mismalínea de nuestra identidad, nos ha parecido esencial indicar en un segundo bloque, los distintosniveles de Cáritas en nuestra diócesis, y finalizar concretando las conclusiones y líneas prioritariaspropuestas por los grupos de trabajo de la Asamblea Diocesana.Deseamos también, que esta propuesta formativa de Cáritas, sea un nexo vivo de comunióncon el nuevo Plan pastoral de nuestra diócesis, centrado en la Eucaristía y Caridad, “en el queCáritas tiene mucho que decir, teniendo en cuenta la situación de nuestra Diócesis, el sufrimientoy la pobreza de tantos hermanos nuestros, para hacer más eficaz nuestra diaconía de la caridad”. Eucaristía y Caridad, constituyen la expresión sacramental de “Dios que es amor”.Encomendamos el fruto de todo nuestro trabajo en este curso a la Virgen, Madre delos pobres.Manuel Mª Hinojosa PetitDelegado Diocesano Deus Caritas est, 3 aD. Juan Jose Asenjo Peregrina. Ponencia V Asamblea Diocesana de Cáritas. Punto 10

C O N T E N I D O S :I PARTE:REFLEXIÓN SOBRE LA PONENCIA DE LA V ASAMBLEA DIOCESANA DE CARITAS . Cáritas, Identidad y Misión . Cuestionario de trabajo(D. Juan José Asenjo Pelegrina)II PARTE:CARITAS EN LA DIOCESIS EN SUS DISTINTOS NIVELES . .3.4.Cáritas ParroquialCáritas InterparroquialCáritas DiocesanaCuestionario de trabajoIII PARTE:CONCLUSIONES DE LOS TRABAJOS DE GRUPOSDE LA V ASAMBLEA DIOCESANA DE CARITAS . .3.4.En torno a la comunión eclesialEn torno a la renovación eclesialEn torno a la misión eclesialCuestionario de trabajo

I PARTE:REFLEXIÓN SOBRE LA PONENCIADE LA V ASAMBLEA DIOCESANA DE CARITAS(D. Juan José Asenjo Pelegrina) . Cáritas, Identidad y Misión . Cuestionario de trabajo

CARITAS, IDENTIDAD Y MISIÓNAsamblea de Cáritas DiocesanaCórdoba, 16/02/2008 . Cáritas y el ministerio del ObispoComienzo mi intervención saludando muy cordialmente al Delegado Episcopal de Cáritas Diocesana,D. Manuel Hinojosa, a la Directora, Dña. Maria Dolores Vallecillo, al Secretario General, D. ManuelGonzález, a los sacerdotes, a los técnicos, a los responsables de las Cáritas Parroquiales y a todoslos voluntarios que participáis en esta Asamblea. Quiero manifestaros ya de entrada mi afectofraterno y mi admiración, aprecio y gratitud por la hermosa tarea que realizáis, tan enraizadaen la entraña del cristianismo. Os aseguro que es para mí un gozo grande este encuentro. Pocasrealidades diocesanas están tan ligadas al ministerio del Obispo como Cáritas, que aunque tienepoco más de cincuenta años, de una forma u otra, con un nombre u otro, bajo una modalidad uotra, ha estado siempre presente en la vida de la Iglesia, pues el ejercicio de la caridad pertenecea su corazón y a su esencia más profunda.En la antigüedad cristiana, el ejercicio de la caridad no se entendía al margen del Obispo. Porello, estaba institucionalizado, reglado y centralizado, hasta el punto de que no existía la caridadindividual. Los fieles entregaban sus limosnas al Obispo, quien a través de los diáconos, las distribuíaa los pobres. El ejercicio de la caridad individual se consideraba como una ofensa al Obispo, puestoque podía dar a entender que no se preocupaba de los pobres. Esta praxis, bajo una aparienciau otra ha pervivido a lo largo de la Edad Media e incluso en épocas más recientes. De ella esheredera Cáritas, que por estatutos, en el plano nacional está íntimamente ligada a la ConferenciaEpiscopal y, en el plano diocesano, al ministerio del Obispo en cada Diócesis.Porque esto es así, quiero deciros que contáis con mi apoyo, mi aliento y mi propósito de acompañaroshasta donde me sea posible. En realidad, a lo largo de mi vida de sacerdote y de obispo he estadosiempre cerca de Caritas y he sido testigo de su crecimiento, del aumento espectacular de sus sociosy voluntarios, del incremento de sus recaudaciones, de la eficacia creciente de sus realizacionesy del crédito que ha ido cobrando ante la sociedad española. En los últimos diez años he sidotestigo directo del esfuerzo que se ha hecho por clarificar su verdadera identidad, tema éste queva a ser objeto de mi reflexión

. El lavatorio de los piesUna de las páginas más bellas de los Evangelios es, sin duda alguna, la narración del lavatorio delos pies (Jn 3). Impresiona contemplar a Jesús, el Hijo de Dios, el Maestro y Señor, poniéndosede rodillas y lavando los pies de los Apóstoles, que él sabe que le abandonarán instantes después.Impresiona contemplar a Jesús lavando los pies de Judas, que él sabe que le acaba de venderpor treinta monedas de plata. En ese servicio humilde, sencillo, que esconde su misericordia ysu perdón, Jesús nos revela el rostro y el corazón del Padre (Jn , 8), nos descubre la ternura yel amor de Dios. Lavando los pies está mostrando a los Apóstoles que Dios les ama y les perdonapor anticipado su traición.¡Que bello icono el de Jesucristo, el Hijo de Dios, el salvador de los hombres, arrodillado como unhumilde siervo a los pies de los Apóstoles! Con este gesto no hace sino recapitular lo que ha sido todasu vida, servir. Con este gesto alecciona a sus discípulos, a los que lo contemplan inmediatamentey a los que lo conocerán en el futuro, sobre el verdadero estilo que deben tener sus seguidores.3. Jesús, el servidorLos Evangelios nos presentan a Jesús, el enviado del Padre, el Hijo único de Dios, como el servidor,como aquel que no ha venido a ser servido sino a servir. En el Evangelio de Lucas, después dela disputa sobre la primacía, Jesús zanja la cuestión sobre quién es el más importante con estaspalabras: “¿Quién es el mayor, el que está sentado a la mesa o el que sirve? ¿No es el que estásentado? Puesto estoy en medio de vosotros como el que sirve” (Lc 22, 27) Jesús, por otra parte,aprovecha la petición fuera de lugar de la madre de los Zabedeos, de ocupar los dos lugaresen su Reino, para instruir a los Doce sobre la grandeza y hermosura del servicio. Estas son suspalabras: “Ya sabéis como los que en las naciones son principales las dominan con imperio y losgrandes las subyugan. No ha de ser así entre vosotros; antes bien, si alguno quiere ser grande, seavuestro servidor; y el que entre vosotros quiera ser primero, sea siervo de todos, pues el Hijo delHombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida en rescate por todos” (Mc 10, 4245). Después del lavatorio de los pies, enfatiza el gesto que acaba de realizar con estas palabras:“Vosotros me llamáis el Maestro y el Señor, y decís bien porque lo soy. Si yo el Maestro y el Señoros he lavado los pies, también vosotros os debéis lavar los pies unos a otros. Os he dado ejemplopara que vosotros hagáis también lo que yo he hecho” (Jn 13, 13-15)A lo largo de su vida, en su relación con los pobres, con los enfermos, con los marginados y lospecadores, Jesús se nos muestra como el hombre que vive para los demás, cumpliendo su discurso

programático en la sinagoga de Nazaret: “El Espíritu del Señor está sobre mí. Porque Yahvé meha ungido, me ha enviado para dar la buena noticia a los pobres, a curar los corazones rotos, aanunciar la libertad a los cautivos, la liberación a los encarcelados, a anunciar el año de gracia delSeñor” (Lc 4, 16-19). Él encarna perfectamente la figura del siervo de Yahvé, que profetizara Isaíasy cuyo oráculo se apropia en Nazaret. Algunos comentaristas piensan que Jesús en las palabras“Hoy se cumple esta Escritura en mí” (Lc 4, 21), no piensa únicamente en su persona, ni limita elcumplimiento de la Escritura al tiempo de su propia existencia histórica. La mirada de Jesús esmás dilatada: abarca el tiempo de la Iglesia. El Señor piensa también en nosotros los cristianos,sus seguidores, que a lo largo de la historia deberemos cumplir este Evangelio, esta buena noticia,el servicio a los pobres, a los rotos por mil heridas físicas o morales, los enfermos, los presos, losmendigos y transeúntes, los inmigrantes o los que sufren por cualquier causa.4. La Iglesia, servidoraSobre estos presupuestos evangélicos se asienta la “eclesiología del servicio” del Concilio VaticanoII, que en la Constitución sobre la Iglesia en el mundo actual nos dice: “No impulsa a la Iglesiaambición terrena alguna. Sólo desea una cosa: continuar, bajo la guía del Espíritu, la obra misma deCristo, quien vino al mundo para dar testimonio de la verdad, para salvar y no juzgar, para serviry no para ser servido” (GS,3). Por ello, el Concilio Vaticano II describe la misión, el quehacer y ellugar de la Iglesia en el mundo con el término diakonia, que define a la Iglesia como servidora dela humanidad. Este debe ser también el estilo de los ministros de la Iglesia, pues como afirmaraPablo VI en un consistorio para la creación de cardenales en 976, “no hay ministerio en la Iglesiaque no consista en servir”5. La diakonia de la caridad, tarea de todosTambién los laicos estáis llamados a continuar el ministerio del Señor de lavar los pies, el ministeriode servir a los hermanos, pues así no lo encomendó el Señor: “Os he dado ejemplo para quetambién vosotros hagáis como yo he hecho con vosotros” (jn 13, 15). De esta manera que éstedebe ser también el estilo de los laicos en la Iglesia. También ellos deben ser servidores. Tambiénellos están llamados a optar de manera preferencial por los pobres y a comprometerse a favor dela justicia.Un riesgo que no siempre soslayan las comunidades cristianas es entender que la diakonia de lacaridad es un sector pastoral privativo o exclusivo del grupo de la parroquia o de la Diócesis mássensible ante la pobreza de nuestros hermanos, es decir, el grupo de Caritas. Los demás delegamos

en ellos para que ejerzan este ministerio y nos desentendemos del problema. El ejercicio de lacaridad en la vida de nuestras comunidades cristiana, sin embargo, no es tarea de unos solistaspor virtuosos que sean, sino una tarea sinfónica, una tarea coral, una tarea de toda la Diócesis,de toda la parroquia, también de los grupos de la liturgia o catequesis, de los movimientos, delos grupos de apostolado seglar, o de aquellos que se reúnen para la lectio divina, aunque porrazones prácticas u organizativas, la dirección y el trabajo inmediato lo lleven unos grupos más omenos especializados, es decir, los grupos de Cáritas. En el conjunto de la actividad de la Iglesia lacaridad es un eje transversal, que debe impregnar toda la pastoral. Necesitamos, pues, descubriry potenciar esa transversalidad de la caridad, la diakonía y el servicio a los pobres en los otrosministerior parroquiales: la catequesis, la liturgia, los grupos de oración, etc.6. Las raíces sobrenaturales del compromiso socio-caritativoTampoco los grupos que trabajan en el campo social y caritativo pueden desvincularse del resto dela actividad pastoral de la Iglesia. La misión de Jesús en la tierra es llevar a cabo la salvación delos hombres. Él viene para que todos tengan vida y la tengan en abundancia (Jn 0, 0). La Iglesiaparticipa de la misma misión de Jesús. Y esa misión la ejerce por tres caminos, que no son paralelosni independientes, sino que están llamados a encontrarse porque se implican mutuamente. La Iglesiacumple la misión de Jesús proclamando la Palabra, anunciando y testimoniando cuanto cree yespera (martyría), celebrando los sacramentos (leitourgía), y ejerciendo la caridad (diakonía).Estas tres acciones son inseparables. De ahí que sea un claro error creer que realizando sólo una deesas acciones ya estamos cumpliendo la misión de la Iglesia. Nos equivocaríamos si creyéramos queel mero anuncio de Jesucristo a nuestro mundo (martyria) ya es evangelización, pues el anunciode la salvación debe estar encaminado a ser celebrado en los sacramentos, especialmente en laEucaristía, y a ser vivido en el amor solidario a los pobres.De lo dicho se deduce que el compromiso a favor del desarrollo, la justicia y el servicio a lospobres debe brotar del amor salvador de Cristo, celebrado en la liturgia y experimentado cada díaen el encuentro cálido con el Señor en la oración y en la participación en los sacramentos. Sóloasí amaremos a los pobres como Dios los ama, con el mismo amor de Jesús. En las cercanías delSeñor descubriremos la misteriosa identificación de Jesús con nuestros hermanos más pobres yalimentaremos las raíces de nuestro compromiso solidario. Sin la comunión profunda con el Señor,como elemento fundante y transformador, sin nuestra inserción real en la vida trinitaria, fuente dela unidad de la Iglesia y manantial del amor más auténtico, no podrá subsistir por mucho tiemponuestra apuesta de servicio a los hermanos. Es más, nuestros mejores compromisos de fraternidad

terminarán agostándose por falta de raíces, pues sólo los santos han amado hasta el final. Estoquiere decir que quienes trabajan en Caritas a favor de los pobres tienen que ser primero orantes,hombres y mujeres de vida interior. Hablando de los colaboradores de la Iglesia en el servicio dela caridad, dice el Papa Benedicto XVI en la encíclica Deus caritas est que “han de ser pers

CARITAS EN LA DIOCESIS EN SUS DISTINTOS NIVELES . Cáritas Parroquial . Cáritas Interparroquial 3. Cáritas Diocesana 4. Cuestionario de trabajo III PARTE: CONCLUSIONES DE LOS TRABAJOS DE GRUPOS DE LA V ASAMBLEA DIOCESANA DE CARITAS . En torno a la comunión eclesial . En torno a la renovación eclesial 3. En torno a la misión eclesial 4. Cuestionario de trabajo