HISTORIA DEL - Fondo Editorial De Nuevo León

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HISTORIA DELNUEVO REINO DE LEÓN1577 - 1723

Eugenio del Hoyo

Hoyo, Eugenio delHistoria del Nuevo Reino de León (1577-1723)/ por Eugenio del Hoyo. Monterrey, N.L.: ITESM/Fondo Editorial de Nuevo León, 2014640 p.ISBN: 978-607-8266-39-5Segunda edición revisada de la primera edición, ITESM, 19721. Nuevo León (México)-Historia. I. Tít.F1316.H6 2014D.R. Primera edición 1972Tecnológico de MonterreyD.R. Primera reimpresión 2005Tecnológico de MonterreyFondo Editorial de Nuevo LeónD.R. Segunda edición revisada 2014Tecnológico de MonterreyFondo Editorial de Nuevo LeónD.R. Sucesión Eugenio del HoyoCoordinación editorial: Dominica MartínezDiseño editorial: Florisa OrendainCuidado de la edición: Janell de la RosaISBN: 978-607-8266-39-5Impreso en MéxicoZuazua 105-2 SurCol. CentroCP 64000, Monterrey, Nuevo LeónEugenio Garza Sada 2501Col. TecnológicoCP 64849, Monterrey, Nuevo León(81) 8344-2970 y 71(81) servados todos los derechos. Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, por cualquier medio o procedimiento –incluidos los electrónicos– sin permiso escrito par parte de los titulares de los derechos.

PRÓLOGOCAPÍTULO ICAPÍTULO II11LA POBLACIÓN ABORIGEN13Notas16LOS PRIMEROS AVANCES DE LA COLONIZACIÓNESPAÑOLA EN EL NORESTE DE LA NUEVA ESPAÑA17a. Francisco de Garay y sus intentos de colonizaciónen el río de las Palmas (1519-1523)17b. Hernán Cortés y Nuño Beltrán de Guzmántambién intentaron dicha colonización(1523-1528)23c. Identificación del río de las Palmas26d. Otros viajes por el noreste (1529-1573)35Notas61CAPÍTULO III LAS TRES FUNDACIONES DE MONTERREYa. Leyendas, mentiras y fantasías7676

historia del nuevo reino de leónb. Alberto del Canto y la fundación de la villade los ojos de Santa Lucía (1577)93c. Luis Carvajal y de la Cueva y la fundaciónde la villa de San Luis Rey de Francia (1582)114d. Gaspar Castaño de Sosa y su entrada aNuevo México (1590-1591)148e. Diego de Montemayor y la fundación dela ciudad metropolitana de Nuestra Señorade Monterrey (1596)161f.171Carácter de la conquista del noreste de MéxicoNotasCAPÍTULO IV LAS GENTES DE CARVAJAL186210a. El problema de los judaizantes en el NuevoReino de León210b. Árbol genealógico de los Carvajales215c. Pasajeros de la nao “Santa Catarina”233d. Pobladores del Nuevo Reino de León enla época de Carvajal (1582-1590)246e. ¿Judería en Monterrey?280Notas285CAPÍTULO V MISERIA Y LUGARTENIENTESa. Los tres Diegos (1596-1612)307307

índice generalb. Don Agustín de Zavala y sus tenientes (16141626)317c. Tierra de “guerra viva”323d. Inútil lucha contra la miseria333Notas346CAPÍTULO VI CONSOLIDACIÓN DEL NUEVO REINO DE LEÓN(1626-1664)351a. Humanistas en el Nuevo Reino de León351b. La verdad sobre la primera villa de Cerralvo358c. La guerra de diez años366d. Panorama económico-social373e. Fundaciones, calamidades y otros sucesos419Notas436CAPÍTULO VII MEDIO SIGLO DE INERCIA (1664-1715)445a. Encomiendas y congregas445b. Guerra sin fin453c. Nuevas fundaciones461d. Minas y trapiches465e. Desfile de gobernantes475Notas485

historia del nuevo reino de leónCAPÍTULO VIII INTENTOS FALLIDOS DE REFORMA(1715-1723)490a. El colegio seminario490b. Fray Antonio Margil de Jesús497c. Barbadillo y Victoria505Notas513BIBLIOGRAFÍA515NOTA A LA BIBLIOGRAFÍA599ÁRBOL GENEALÓGICO600MAPA602ÍNDICE ONOMÁSTICO Y GEOGRÁFICO603

En el noreste de México pocos estudios históricos han tenido una influencia tan profunda como el presente. A partir de su publicación en1970 –tal y como lo vaticinó el maestro Del Hoyo en su prólogo– huboy hay todavía que “rectificar” mucho de lo escrito sobre el acontecerde la región durante los siglos XVI, XVII y XVIII. Aun así, su obra siguevigente y a la fecha constituye uno de los estudios más profundos sobrela época colonial.Eugenio era un hombre directo y firme, pero perfectamente cortés.A muchas generaciones de estudiantes y discípulos nos dejó el recuerdode su pasión por la exactitud, y por la veracidad política –si es que lahay– y social en un país demasiado hecho y acostumbrado a prostituirla historia con fines nacionalistas o acomodaticios. Acucioso y dedicado,no escribía una línea si no la había cotejado en documentos precisosy localizables –en cierta ocasión, aun cuando tenía bien confirmadoun dato por intercambio de correspondencia, esperó más de un año elansiado paquete con la fotografía del documento probatorio, sin importarle, en lo absoluto, el retraso o la posible pérdida del presupuesto quecobijaba la edición: “Lo primero es lo primero“, me comentó. Toda suobra: libros, ensayos, colaboraciones, fue producto de un arduo trabajo de años y más años de investigación dura hecha en fojas ológrafasque primero tenían que ser paleografiadas –fue proverbial su facilidadal respecto; en documentos manuscritos leía de corrido cualquier cosadesde el siglo XV en adelante.11

Hoy, el Fondo Editorial de Nuevo León reedita con el Tecnológico deMonterrey la Historia del Nuevo Reino de León 1577–1723. El original fuerespetado actualizando únicamente el diseño y esta presentación.Eugenio del Hoyo, quien fue profesor de planta y director de la Biblioteca Cervantina del Tecnológico por media vida, señaló temas y caminos.Al reeditarlo hacemos nuestras sus mismas palabras: “este trabajo estádedicado a los investigadores que vendrán después de nosotros, sólo enellos pensamos.”Ricardo Elizondo Elizondo12

En el extenso ámbito geográfico de Aridamérica –dentro del cual quedabatotalmente incluido el Nuevo Reino de León– habitaron, hasta principiosdel siglo XIX, multitud de pequeñas bandas nómadas de recolectores ycazadores, belicosos, desnudos, hambrientos, crueles y que vivían en unhorizonte cultural comparable –si es que son lícitas tales comparaciones–con el paleolítico inferior del Viejo Mundo, y a quienes, con justicia, sepuede aplicar el término de apolíticos. Los españoles, siguiendo en esto alos aztecas, los llamaron con el nombre genérico de “chichimecas”, que enlengua náhuatl viene a decir “de linaje de perros”, como traduce JiménezMoreno. Al avanzar hacia el norte la conquista española, se fueron conociendo los diferentes grupos indígenas y, por razones obvias, hubo necesidad de diferenciarlos, no bastando ya el nombre genérico de “chichimecas”. De algunos de estos grupos se pudo averiguar el nombre que a símismos se daban en su lengua; otros se conocieron por los nombres conque los designaron los indios mexicanos y tlaxcaltecas que siempre acompañaron a los españoles en este formidable avance hacia el norte y que,en ciertos casos, era la traducción a lengua náhuatl del nombre original y,por último, los más fueron designados arbitrariamente por los españoles aveces traduciendo a nuestro idioma la palabra aborigen o designándoloscon el nombre de algún capitancillo o por el toponímico de su hábitat o,cosa muy frecuente, apodándolos en forma caprichosa y arbitraria. En esteúltimo caso están los grupos nómadas del noreste, donde los españoles13

encontraron muy generalizada la costumbre de pintarse o tatuarse el rostro y el cuerpo con gran diversidad de rayas y dibujos. Y como observaronque todos los componentes de una misma banda o “ranchería” se pintaban o tatuaban de la misma manera y que las pinturas o tatuajes variabande unos grupos a otros, de ello tomaron base para diferenciarlos. Llamaron “pintos” a los que se pintaban el rostro y el cuerpo con rayas muyanchas y separadas; “rayados” a aquellos en que siendo las rayas anchas,no lo eran tanto como en los “pintos” y los dibujos que formban eran diferentes; “borrados” a los que se pintaban o tatuaban el rostro y el cuerpocon rayas “menudas”, es decir, rayas muy finas, paralelas y muy próximasunas a otras: la palabra “borrado” tal vez obedezca a que la multitud yproxi midad de las rayas les borraba las facciones, camuflajeándolos; dieron el pintoresco nombre de “aculibrinados” a los que se pintaban rayasen zig-zag, ondeadas o en culebrilla y el de “blancos” o “blanquillos” alos que no acostumbraban pintarse, y que eran los menos; los “barreteados” eran aquellos que tenían el rostro y el cuerpo cubiertos de tatuajesrealza dos, como verdugones y verrugas, en forma de puntos y de rayasmuy finas y paralelas; los “pelones” eran aquellos que acostumbrabanraparse parcialmente el cráneo en formas por demás variadas y curiosas:los había de “corona de fraile”, otros llevaban una especie de cresta queterminaba en una larga y bien cuidada cabellera, rapándose ambos ladosde la cabeza; los había que sólo conservaban un largo mechón sobre elfrontal, atado como cimera en lo alto de la frente, y casi todos acostumbraban depilarse totalmente las cejas. El ser “pelón” no obstaba para usarpinturas o tatuajes.Según se desprende de los documentos consultados en el ArchivoMu nicipal de Monterrey, estos diferentes grupos, formados atendiendoa sus pinturas o tatuajes, correspondían a diversos grupos lingüísticos.Los “raya dos” eran de lengua guachichil, los “pintos” hablaban la lenguaalazapa, los “borrados” la lengua quinigua, etcétera. El problema de lafiliación de estas lenguas aún no ha sido satisfactoriamente resuelto por loque preferimos no ocuparnos de él en este trabajo.1Decíamos atrás que el horizonte cultural en que vivían estos nómadasera de lo más primitivo: andaban completamente desnudos, cubiertos loscuerpos y los rostros de pinturas y tatuajes; sus aduares o “rancherías”, de14

quitar y poner, consistían en unas cuantas chozas semiesféricas hechas devarejones entretejidos y cubiertas de zacate, dentro de las que se hacina ban en la más espantosa promiscuidad; los utensilios se reducían a unospocos objetos muy simples fabricados de madera, de hueso, de fibrasy, muy especialmente, de piedra tallada; desconocían por completo lacerámi ca; y la cestería y los tejidos se reducían a sus manifestaciones másprimitivas. No había entre ellos forma ninguna de gobierno y su religión sereducía a la magia del culto totémico y a las más burdas supersticiones. Sueconomía tenía como base le recolección de frutos silvestres en su formamás atrasada, pues los consumían sin llegar a cosecharlos y, como complemento, la caza y la pesca. Los principales alimentos, que va riaban según las estaciones, condicionando su nomadismo, eran el mezcal, asadoen barbacoa, las raíces de lampazo, los mezquites y las tunas. To dos elloseran antropófagos y para satisfacer esta necesidad, vivían en constanteguerra los unos con los otros y eran en extremo crueles.2Esta miserable y atrasada condición de los pobladores aborígenes ibaa determinar la historia de la región y a dar un sentido muy especial a sueconomía, condicionándola de tal manera que, como veremos más ade lante, vino a constituir una excepción muy particular dentro del panoramajurídico, social y económico de la Nueva España. Sin el conocimiento de loque fueron los grupos aborígenes del Nuevo Reino de León, no es posiblellegar a comprender su particular historia.315

NOTAS1.Sobre el problema de la clasificación de estas lenguas véase: Karl Heinz Gursky: Die Stellung der Sprachen von Nordost-Mexiko und Süd-Texas, Nortorf,1963; Rudolph C. Troike: A Descriptive Phonology and Morphology of Coahuilteco, Austin, Texas, 1959; Eugenio del Hoyo: “Vocabulario de la lengua quinigua .” en Humanitas, Vol. i, pp. 489-515, Monterrey, Nuevo León, 1960.2.Para un más amplio conocimiento de los indios del Nuevo Reino de León, remitimos al lector a la Relación y discursos del capitán Alonso de León, escritahacia 1648 y publicada hasta 1909 por Genaro García en el volumen xxv desus Documentos inéditos o muy raros para la historia de México; posteriormente aparecieron varias reimpresiones fototípicas y piratas de la edición de García; hay una segunda edición de 1961, al cuidado de Israel Cavazos Garza,patrocinada por la Universidad de Nuevo León.1* Datos muy interesantes proporciona también la Crónica de la provincia de N.S.P.S. Francisco de Zacatecasde fray José Arlegui, impresa en México en 1737; hay una segunda ediciónde 1851 que es a la que se refieren las notas, aunque utilizamos y cotejamoslas dos ediciones. De los trabajos modernos sobre el tema, recomendamos:“Los recolectores cazadores del norte de México” por Paul Kirchhoff, y “Tribus eidiomas del norte de México”, por Wigberto Jiménez Moreno, ambos trabajospublicados en El norte de México y el sur de Estados Unidos, México, 1943.Trabajos más recientes y de gran calidad son: The Coahuiltecan Indians ofSouthern Texas and Northeastern Mexico de Frederick Henry Ruecking, editadopor la Universidad de Texas en 1955; en 1969 apareció Culture Change andShifting Populations in Central Northern Mexico, de William B. Griffen, impresoen Tucson, Arizona.3.Al intentar redactar este capítulo nos dimos cuenta de que el tema necesitabaun libro aparte por lo que el texto quedó reducido a su mínima expresión.* Nota del editor: El Fondo Editorial de Nuevo León reeditó en el 2005 este textojunto con el del escritor anónimo que continua la crónica en el libro Historia deNuevo León, con noticias sobre Coahuila, Tamaulipas y Nuevo México, de Alonsode León, Juan Bautista Chapa y Fernando Sánchez de Zamora; incluye un estudiointroductorio realizado por Israel Cavazos.116

a. Francisco de Garay y sus intentos de colonización en el río de las Palmas(1519-1523)1. Alonso Álvarez de Pineda (1519). Gobernando las Indias los frailesjerónimos, Francisco de Garay, compañero de Colón en su segundo viajey gobernador de la isla de Jamaica, impresionado por los relatos de Antón de Alaminos, el famoso piloto de las expediciones de Ponce de Leóna la Florida (1513), de Hernández de Córdova (1517) y Juan de Grijalva(1518) a la península de Yucatán y costas del Golfo de México, decidióexplorar y conquistar las tierras comprendidas entre la Florida de Poncede León y el límite septentrional de las tierras visitadas por los capitanesde Diego Velázquez, gobernador de Cuba. Garay obtuvo de los frailesjerónimos las licencias necesarias y, a principios del verano de 1519, envióuna pequeña flota, apenas cuatro navíos y doscientos setenta hombres,al mando de Alonso Álvarez de Pineda, a reconocer toda aquella costa ya levantar un mapa de ella. En la relación enviada por Garay al rey, sedice que el propósito principal de dicha expedición fue encontrar algúnestrecho o paso, a través del continente, que permitiera el viaje directoal reino de Catay; Pineda debería buscar el famoso estrecho de Aniánque movió tantas expediciones. Después de tres o cuatro meses de navegación, siguiendo las costas del Golfo de México, desde la Florida, y ha17

biendo desembarcado a orillas del río Pánuco, donde “rescataron de losindígenas un poco de oro”, llegó Pineda a las cercanías de la recién fun dada Veracruz a principios de agosto de 1519, recibiendo la desagradablesorpresa de que Hernán Cortés se le había adelantado y tomado posesiónde la tierra, lo que obligó a Pineda a regresar hacia el norte: ”.se tor naroncon los dichos navíos hacia atrás, y entraron por un río que hallaron muygrande y muy caudaloso, a la entrada del cual dizque hallaron un grandepueblo, y estovieron en él más de cuarenta días los navíos dando carena, yla gente de la tierra muy pacífica con los españoles que en la dicha armada iban. En término de seis leguas que entraron por el dicho río arriba, losdichos navíos hallaron cuarenta pueblos de una parte y de otra, y de todolo que ansí costearon e descobrieron los dichos pilotos, mi rando muy bienla tierra, puertos e ríos, como por una figura1 que de vuestra parte ante nosfue traída, por los pilotos que iban en la dicha arma da parecía. Por la cualparece que los dichos adelantados Diego Velázquez y Juan Ponce de León evos habéis descubierto ser toda tierra firme e costa della, e la costa e tierraque vos habéis así descubierto se llama la provincia de Amichel.”2La importancia del viaje de Álvarez de Pineda salta a la vista pues,como lo señala la real cédula, demostró la continuidad de la costa delGolfo de México, o sea la inexistencia del tan buscado estrecho de Anián.El río “muy grande y muy caudaloso” que remontó Pineda, era el río de lasPalmas que, como demostraremos más adelante, no era sino el Grandedel Norte o Bravo.32. Diego de Camargo (1520). Al regresar Pineda a la isla de Jamaicainformó a Garay de todo lo ocurrido y de las tierras que había visitado y talvez señaló la desembocadura de aquel río para colonizar allí, fundandouna población que sería el centro de la futura conquista, ya de entoncesconocida como “Victoria Garayana”, alejándose prudentemente de lasconquistas de Hernán Cortés. Garay se apresuró a enviar una segundaexpedición al mando de Diego de Camargo,4 con tres carabelas y “cientocincuenta hombres de mar y guerra, siete de a caballo y alguno artillería”y, además, “con mucho cal e ladrillos e maestros que hiciesen una fortaleza en la dicha tierra.” Uno de estos maestros fue el conquistador AlonsoGarcía Bravo.5 Salió Camargo de Jamaica y, ya avanzado el verano de18

1520, llegó a la desembocadura del mencionado río, “subió por el ríosiete leguas, surgió junto a ciertas poblaciones, echó gente en tierra. losna turales. los recibieron con buena gracia, y por algunos días los prove yeron de lo que habían menester.” Pero, la paz no duró mucho tiempo,ya que “se juntaron (los indios) en mucho número y enviaron a amenazaral capitán Camargo, el cual, sentido de esto, los quiso castigar. dieronsobre él y le desbarataron, y la gente, una parte por tierra, otra por mar,procuró de salvarse. y como su embarcación fue tan apriesa no pudie ronproveerse de bastimento, por lo cual fue necesario, desde a pocos días,echar en tierra la gente sana. y yendo la costa arriba, buscar algunoscastellanos de los de Cortés. Los naturales de la tierra (huastecos) los llevaron por la costa arriba quince o veinte leguas, hasta llegar a Naothlán(Nautla).”6 Aun cuando todos los antiguos cronistas señalan el río Pánuco, o sim plemente Pánuco, como el lugar donde Camargo intentó fundarsu colonia, sostenemos que dicho lugar no fue otro que la desembocadura del río de las Palmas. Basta recordar lo que dice Hernán Cortésen su Segunda Carta de Relación: “.que cuando los vieron (a los indioshuastecos) otros na víos del dicho Francisco de Garay (los de Camargo)de que adelante a vuestra alteza haré relación, me envió a decir el dichoPánuco (cacique), cómo los dichos navíos estaban en otro río lejos de allí,hasta cinco o seis jornadas.”7El aparente error de los cronistas sólo se debe a que se conoció comoPánuco la inmensa región comprendida entre la Florida de Ponce de Leóny la conquista cortesiana, la misma que la real cédula, atrás mencionada,llama provincia de Amichel.Todos los sobrevivientes de esta desventurada expedición fueron a engrosar las filas de Hernán Cortés y son los que Bernal Díaz del Castillollama los “panzaverdetes.”83. Miguel Díaz de Aux ( 1520 ). Sin noticias de Camargo y creyendo queeste había logrado establecer la proyectada colonia, Garay se apre s uróa enviar en su ayuda a Miguel Díaz de Aux9 con más de cincuenta soldados y treinta y siete caballos, quien, como dice Bernal Díaz del Cas t illo,“no halló rastro, ni hueso, ni pelo de la armada de Garay” y, como losindios los recibieron en actitud hostil, abandonó la empresa, buscando19

refugio, él y sus hombres, bajo la bandera de Hernán Cortés, “.y este fueel mejor socorro y al mejor tiempo que le habíamos menester.”10De este famoso capitán aragonés hacen elogio lo mismo Cervantes deSalazar en su Crónica, que Díaz del Castillo en su Historia: dice el primero“.fue uno de los mejores conquistadores que hubo. Murió muy viejo e muyrico en México; trajo muy buena gente e caballos.”11 Y el segundo: “.sirviómuy bien a su majestad en todo lo que se ofreció en las guerras e conquistas de la Nueva España” y, entusiasmado en el recuerdo, se expla yacontándonos cómo Díaz de Aux se le enfrentó al real y supremo Conse jode las Indias defendiendo su pleito contra el sevillano Andrés de Barrios(a) el Danzador, cuñado de Cortés, por la mitad del pueblo de Meztitlán.Oigamos el pintoresco lenguaje del cronista: “.e este Miguel Díaz de Auxfue el que en el real Consejo de Indias, en el año de 1541 dijo que a unosdaban favor e indios por bien bailar e danzar y a otros les quitaron sushaciendas porque habían bien servido a su majestad peleando. e tendióla capa en el suelo, y puso la daga sobre el pecho, estando tendido en ellade espaldas e dijo: si no es verdad lo que digo, vuestra alteza me mandedegollar con esta daga e si es verdad haced recta justicia.”12Todos los hombres que vinieron con Díaz de Aux y que se unieron a lashuestes de Cortés fueron apodados los “lomos recios”13 y se distinguie roncomo valientes y esforzados.4. Ramírez el Viejo (1521). En pos de la anterior envió Garay otra ex-pedición al mando de Ramírez el Viejo. Dejemos, una vez más, la palabraa Bernal Díaz del Castillo: “.y digamos que desde allí a pocos días queMiguel Díaz de Aux había venido a aquel puerto de la manera que dichotengo, aportó luego otro navío que enviaba el mismo Garay en ayuda ysocorro de su armada, creyendo que todos estaban buenos y sanos en elrío de Pánuco (sic por las Palmas) y venía en él por capitán un viejo quese decía Ramírez y ya era hombre anciano y a esta causa le llamábamosRamírez el Viejo, porque había en nuestro real dos Ramírez, y traía sobrecuarenta soldados y diez caballos e yeguas e ballesteros y otras armas yel Francisco de Garay no hacía sino echar un virote tras otro en socorrode su armada y en todo le socorría la buena fortuna a Cortés y a nosotrosera gran ayuda, y todos esos de Garay que dicho tengo fueron a Tepeacaa donde estábamos. y a los que traía el viejo Ramírez, que traían unas20

armas de algodón (escaupiles) de tanto gordor que no les pasaba ningunaflecha y pesaban mucho, pusímosles por nombre los de las albardillas.”145. Francisco de Garay (1523). Mientras Camargo y los que lo siguieronfracasaban en el intento de establecer una colonia como primer apoyo dela “Victoria Garayana” el gobernador de la isla de Jamaica, Francisco deGaray, en 1520, enviaba a España a Juan López de Torralva con muestrasdel oro huasteco y un mapa de la exploración realizada por Álvarez dePineda, para solicitar el permiso de conquistar y colonizar esas tierras. Elrey le concedió lo que pedía en la real cédula de 1521, atrás mencionada.Con este firme apoyo legal, el año de 1522, Garay apresuró sus preparativos para la formal ocupación del territorio concedido, que incluía laregión de Pánuco, por lo que entró en conflicto con Hernán Cortés quese creía con derechos a ella. Cortés se apresuró a salir de la Ciudad deMéxico para dirigir personalmente la entrada a la “Provincia de Chila yPánuco”, haciendo guerra a los huastecos y, como uno de sus actos deposesión, fundó, no lejos de la desembocadura del río Pánuco, la villa deSantiesteban del Puerto como mojón de la avanzada más septentrional desu conquista; y, dejando en ella una fuerte guarnición, regresó a la Ciudad de México. No fue sino hasta fines del verano de 1523 cuando Garayterminó sus preparativos y pudo zarpar con una bien pertrechada expedición, compuesta de dieciséis barcos, seiscientos hombres, ciento cincuenta caballos, doscientos arcabuces, treinta ballestas y un buen número depiezas de artillería. Imitando quizás a Cortés en lo de la Villa Rica de laVera Cruz, desde antes de salir de Jamaica, organizó el ayuntamiento dela población que pensaba fundar como centro de su conquista y que sellamaría Garay. Como dice muy bien Gómara: “hizo un pueblo en aire,que llamó Garay”,15 pues nunca llegó a fundarse. Dicho ayuntamientoquedó integrado por Alonso de Mendoza y Hernando de Figueroa comoalcaldes ordinarios; Gonzalo de Ovalle, Diego de Cifuentes, y Villagráncomo regidores. Después de muchos incidentes que no es del caso narraraquí, el día 26 de junio de 1523, dejó Garay la isla de Jamaica rumbo aCuba, donde tuvo noticias de la fundación de Santiesteban del Puerto, porCortés, cosa que mucho lo contrarió y, después de infructuosos trámites,decidió fundar, ya no en el aire, aquella población en el río de las Palmas,como base de futuras operaciones; y el día 25 de julio de ese año de21

1523, la expedición alcanzó la desembocadura de dicho río y Garay orde-nó a Gonzalo de Ocampo que explorase río arriba para escoger el lugarmás conveniente para la fundación.6. Gonzalo de Ocampo (1523). “.envió el río arriba a Gonzalo deOcampo con un bergantín a reconocer la disposición de la tierra. Subióquince leguas, vio que muchos ríos entraban en aquel, volvió al cuarto día,diciendo que la tierra era ruin y despoblada, y aunque esta relación no fuecierta, Francisco de Garay la creyó, y sacó a tierra los caballos y cuatrocientos infantes y ordenó que la armada, con cargo de capitán general, llevase Juan de Grijalva, costa a costa; y él se encaminó por tierra a Pánuco,anduvo tres días por pantanos y despoblados; pasó a nado y en balsas unrío que llaman Montalto, porque corría de grandes sierras. Entró en un granlugar desierto, a donde halló mucho maíz, y otros bastimentos; arrodeó unagran laguna y, con ciertos indios de Chila que prendió y sabían la lenguacastellana (sic por mexicana), envió a un pueblo para que le recibiesende paz, y así lo hicieron, y le proveyeron de maíz, frutas y aves que tomanen la laguna. En este lugar intentaron los soldados amotinarse, porqueno les dejaban saquear; pasaron adelante, y en el pasaje de otro río seahogaron ocho caballos; metiéronse en unos pantanos, adonde pensaronperecer, y si hubiera alguna resistencia no escapara ninguno. Y después deestos trabajos y de mucha hambre, y de mucha molestia de los mosquitosy pitos, que pican y dejan señal como chinches, y suelen causar calentura,y murciélagos, que los ofendían extrañamente, porque son grandes y chupan a los dormidos la sangre de las narices y orejas, manos y pies, o decualquiera parte descubierta. Aportaron a Pánuco, tan deseado, pero porcausa de las guerras de Hernando Cortés, la tierra estaba destruida y nohallaron qué comer; y, porque también los soldados de Hernando Cortés,que estaban de la otra parte del río, habían alzado la comida; y por esto, yporque tardaban los navíos en que venían los bastimentos, los soldados sederramaron a buscar de comer, y Francisco de Garay envió a Gonzalo deOcampo a saber qué intención tenía la gente de Cortés, que estaba en lavilla de San Esteban del Puerto.”167. Garay y Cortés (1523). Cuando Cortés se aprestaba para ir a enfrentarse con su enemigo, recibió una real cédula por la cual se reconocíansus derechos a la jurisdicción de Pánuco y se ordenaba a Garay no en-22

trometerse en ella.17 Cortés envió a Pedro de Alvarado a mostrarle a Garay la real cédula y a pedirle que se alejase de Pánuco; este, sintiéndoseabandonado de sus hombres y por ende perdido, decidió ir a México paraintentar algún arreglo con Hernán Cortés, quien lo recibió con suma cortesíay le ofreció un banquete; pero, en realidad, el desventurado Garay era suprisionero. Propuso éste a aquél el matrimonio de su hijo mayor con Catarina Pizarro, hija natural de Cortés, siempre que le permitiese hacer un nuevointento de fundación en el río de las Palmas y que Cortés cooperase en esaempresa. Este llegó a prometer, no sólo la ayuda pedida, sino proporcionara su futuro consuegro algunos de sus expertos capitanes y de sus soldadosveteranos que ayudasen a Garay a cumplir su intento.18 Tan amistosa, cuantoacertada solución, no tuvo efecto por la inesperada y casi repentina muertede Garay en las navidades de 1523; parece que murió de “un dolor de costado” (neumonía), aunque mucho se dijo que Cortés lo había envenenado“con una capirotada.”19b. Hernán Cortés y Nuño Beltrán de Guzmán también intentaron dichacolonización (1523-1528)La muerte de Garay no puso fin al problema de Pánuco, ya que sushombres habían quedado en aquella región. Divididos en pequeños grupos, asolaban la tierra, sublevando a los indios, quienes acabaron matando a todos los sobrevivientes de la expedición de Garay y que, decididos a limpiar la tierra de españoles, sitiaron a Santiesteban del Puertoy destruyeron las demás fundaciones. Al enterarse Cortés de lo ocurrido,envió inmediatamente a Gonzalo de Sandoval con cincuenta hombres dea caballo, cien infantes, cuatro piezas de artillería y quince mil(?) indiosaliados, para que restableciese el orden sofocando la rebelión. En rápida,vigorosa y cruel campaña, los huastecos fueron de nuevo sometidos.20i. Exploración de la costa del Atlántico y proyecto de colonización enel río de las Palmas. Encontrándose Sandoval en la pacificación de Pánuco, Cortés recibió instrucciones de la corona, de fecha 6 de junio de1523, para que explorase las costas de los dos océanos en busca del tandeseado estrecho de Anián que acortaría la navegación a las islas Molucas.21 Cumpliendo dichas instrucciones, envió Cortés, el año de 1524 dos23

expediciones: una de cuatro navíos para explorar la costa del mar del Sur,y la otra de sólo dos, para trazar un mapa de la costa del Golfo de México,desde Pánuco a la Florida, y de la del Atlántico, de la Florida al Labrador.22Y fue entonces cuando Cortés consideró muy seriamente la convenienciade colonizar en el río de las Palmas haciendo suyo el proyecto de Garay;pero una serie de problemas que no es del caso reseñar aquí, le impidieron cumplir su propósito de tomar posesión en el río de las Palmas y lastierras situadas más al norte. Cortés, desde el conflicto con Garay, habíaestado insistiendo ante la corona que la región de Pánuco, hasta el lejanorío de las Palmas, debería quedar bajo la jurisdicción del reino de la Nueva España y sujeta a él. El rey accedió a esta demanda23 pero, las muchasintrigas que se movían contra Cortés, hicieron que el mismo año (1525) enel cual Cortés lograba ser confirmado en su jurisdicción sobre la provinciade Pánuco hasta el río de las Palmas, el contador

Monterrey la Historia del Nuevo Reino de León 1577-1723. El original fue respetado actualizando únicamente el diseño y esta presentación. Eugenio del Hoyo, quien fue profesor de planta y director de la Biblio - teca Cervantina del Tecnológico por media vida, señaló temas y caminos.