Itza’ - UNAM

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itza’memorias mayas

CENTRO PENINSULAR EN HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES

Textos reunidos por XIMENA LOIS y VALENTINA VAPNARSKYFotografías de CHARLES FRÉGERIntroducción de SCOTT ATRANUNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICOMérida, 2010

Primera edición: 2 de febrero de 2010Ciudad Universitaria, C.P. 04510, México, D.F.D. R. UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICOCentro Peninsular en Humanidades y Ciencias SocialesEx Sanatorio Rendón PenicheCalle 43 s. n. entre 44 y 46Col. Industrial, C. P. 97150Mérida, Yucatán, México.Teléfono / Phone number: (999) 922 8446 al 48. Fax: ext. 109Página web / Website: http://www.cephcis.unam.mx/Fotografías / Photographs: D. R. Charles FrégerDiseño gráfico / Book design: Philippe Le BihanISBN: 978-607-02-1244-4Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio sinla autorización escrita del titular de los derechos patrimoniales. /Complete or partial reproduction is prohibited by any mediumwithout a written authorization from the patrimony rights owner.Impreso y hecho en México / Printed and made in Mexico6

PrólogoA orillas del gran lago Petén Itza’, rodeado de una otrora lujuriante selva subtropical, viven en el pueblo de San José los últimos descendientesdel gran señorío maya itza’. En la época prehispánica la influencia de este pueblo alcanzó hasta los confines de las Tierras Bajas Mayas, desdeYucatán hasta el sur del Petén. Los antepasados de los itzáes dominaron sitios tan importantes como Chichén Itza’ y gobernaron la últimacomunidad política independiente nativa de Mesoamérica en Tayasal. A fines del siglo XVII, con la conquista española, el lago se enrojecióde sangre itza’, iniciándose un dramático proceso de violencia, subordinación y expoliación de este pueblo maya. Las políticas colonialeshispanas, así como las del estado independiente de Guatemala, establecieron un sistema de represión y explotación de los mayas y sustierras, lo que condujo a una disminución drástica de la población itza’ y a la casi extinción de su lengua. De los cien mil habitantes mayas delPetén en la época inmediatamente anterior a la conquista sólo quedan menos de diez mil, de los cuales unos dos mil son itzáes y apenas unadecena de adultos mayores hablantes del idioma. Frente a la devastación de su entorno ecológico, las numerosas prácticas y conocimientostradicionales itzáes se han visto así fatalmente afectados.Este libro se compone de fotos y textos de los itzáes de hoy que permiten descubrir, a través de sus propios ojos, el pasado y el futurode su pueblo. La primera serie de fotos presenta retratos de algunos de los últimos hablantes de la lengua itza’, narradores de los textos queson parte de un amplio corpus recogido y trabajado con los hablantes durante más de diez años de trabajo de campo. Estas narraciones sonun registro de la tradición oral que forzosamente desaparece con la extinción de una lengua, y un testimonio de la historia antigua y recientede los itzáes, tal como ellos la vivieron y la cuentan. Los textos, organizados en seis grupos, revelan las concepciones itzáes de su entorno,vida social e historia. Tratan de aspectos tan diversos como la cosmología, el reino animal y vegetal, los espíritus y seres sobrenaturales,los principios vitales de la naturaleza, la enfermedad y la muerte así como los rituales de la comunidad. Los textos también expresan lahistoria itza’, pasada, presente y futura, desde su propia perspectiva. Diversos géneros están representados, desde descripciones ecológicashasta narraciones y opiniones personales, cuentos y mitos. La sección de textos termina con las conmovedoras palabras de un anciano quesintetizan los sentimientos de su generación frente a la situación itza’.Mientras que la primera serie de fotos se concentra en los hablantes itzáes, la segunda ofrece una visión más amplia de su mundoenfocándose en las nuevas generaciones así como en el entorno ecológico y social petenero. El tema de la continuidad y transmisión culturalentre generaciones articula, sin embargo, ambas series. Las fotos del libro no son ilustraciones directas de los textos, pero por susmúltiples evocaciones enriquecen el alcance de las voces mayas. A la vez, las fotos cuentan su propia historia paralelamente a los relatos,funcionando ambos como medios complementarios de expresión de la cultura maya itza’. El trabajo del fotógrafo Charles Fréger usa seriesde retratos in situ como medio de entender e interrogar la integración social del individuo dentro de su grupo, a cuyo encuentro él mismo va.Esta concepción y práctica de la fotografía tiene mucho en común con el enfoque del estudio etnolingüístico de los otros autores del libro.Juntos, retratos y textos muestran la fragilidad y a la vez el dinamismo del grupo maya itza’ actual. Este proyecto es parte de una continuacolaboración con los itzáes desde principios de los años noventa.Esperamos que estos documentos sean una manera para los itzáes de preservarse en el tiempo. A modo de homenaje y con granreconocimiento les dedicamos este libro, en especial a la memoria de don Domingo Chayax Suntecún, el ultimo gran narrador y jefe deceremonia itza’. Es con profunda admiración por la inmensa sabiduría de los itzáes, que tan poética y generosamente compartieron contodos nosotros, que le confiamos a usted, lector, esta obra.7

ForewordOn the shores of Guatemala’s Lake Petén Itza’, surrounded by a once luxuriant rainforest, live in the town of San José the descendants of the grandItza’ Maya kingdom. In prehispanic times the influence of this people reached across Maya Lowlands, from Yucatán to the foothills of HighlandGuatemala. Itza’ ancestors controlled important sites such as Chichén Itza’ and governed the last politically independent native Mesoamerican polityin Tayasal. At the end of the 17th century a violent Spanish Conquest turned the lake red with Itza’ blood, inaugurating a spiraling process of culturaland physical devastation of these people and subordination of their remnants. The colonial regime, as well as the later policies of the independentstate of Guatemala, established a system of repression and exploitation of the Mayas and their land, leading to a drastic decline of the Itza’population and the near-extinction of their language. Of the hundred thousand or so Maya inhabitants of Petén at the time immediately precedingthe Conquest, less than ten thousand are left, and only about two thousand Itza’. Barely a dozen old Itza’ speakers are left. With the devastationof their ecological environment, numerous Itza’ traditional practices and cultural knowledge are vanishing, probably for ever.This book looks at the Itza’ today, so that through their eyes you may better see their yesterday and tomorrow. It is composed of photos and texts.The first series of photos displays portraits of some of the last Itza’ speakers. They are narrators of the texts, which are part of a wide body ofdata that we collected and discussed with the speakers over more than a decade in the field. These narratives record the oral tradition that inevitablydisappears with the death of a language. They are a testimony to the ancient history of the Itza’ people, just as they remember and recount it.The texts are organized in six groups, and reveal Itza’ conceptions of the environment, social life and history. They deal with diverse aspects of Itza’culture, including cosmology, the animal and plant kingdoms, spirits and supernatural beings, vital principles of nature, sickness and death, and communityrituals. Various discourse genres are represented, from descriptions of the ecological environment to myth, folktale, personal narrative and thoughts.The text section ends with the poignant words of an Itza’ elder, which sum up how his generation feels about the present Itza’ predicament.Where the first series of photos concentrates on older Itza’ speakers, the second series offers a wider vision of the Itza’ world. It focuses on youngergenerations as well as the ecological and social environment of Petén. But the theme of cultural continuity and transmission between generationspervades both series. The book’s photographs do not directly illustrate the texts but evoke their meaning and expand their relevance, enriching theplay of Maya voices. The pictures tell their own story complementing the texts to express Itza’ Maya culture. The work of the photographer CharlesFréger uses a series of portraits in situ to understand the ways individuals form their groups. This original take on photography has much in commonwith the ethnolinguistic approach used by the other authors of the book. Together, portraits and texts, show both the fragility and the dynamism ofthe Itza’ people today. This project is part of a continuous collaboration with the Itza’ community since the early 1990s.We hope that these pictures and texts illustrate the promise that the Itza’ will live on to tomorrow. This book is dedicated to them, and in particularto the memory of Don Domingo Chayax Suntecún, the last of the great Itza’ storyteller and ceremonial leaders. It is with our deepest admiration forthe wide knowledge and poetic insight about the world that they so generously shared with all of us that we commend this book to you, the reader.8

Los itzáesScott Atran9

Origen de los itzáesHernán Cortés, en correspondencia al emperador Carlos V informando de su marcha de México a Honduras, fue el primero en mencionar a los itzáes del Petén. En una carta fechada el 3 de septiembre de 1526 se refiere al jefe itza’ “Canec” como “señor de la provinciade Taiza”. Por otra parte, Bernal Díaz del Castillo, al servicio de Cortés, describe “Tayasal” como una “isleta” en medio de un gran lagoaccesible sólo en canoa, y nota que fue allí donde Cortés dejó un caballo herido con “Canek.” Este famoso caballo de Cortés tendráimportancia histórica como se verá mas adelante.“Taiza” o “Tahytza” posiblemente fue una traducción al español del maya yucateco taj ‘itza’. El topónimo Tayasal puede ser una transcripción errónea de taj ‘itzajil, con el significado de “en el lugar de los itzáes” o bien “de[l linaje de] los itzáes”.El nombre itza’ es probablemente un compuesto de itz y ja’. El término ja’ significa “agua”; itz puede referir a “resina”, “savia”, “esenciade vida”, “sustancia vital”, “poder oculto”, o bien el derivado itz’in “hermano/hermandad”, “linaje”, “parentesco”. Se conocen algunos términos del maya clásico formados con itz: itzam, que puede referir a un brujo que trae itz al mundo, e Itzam-na’, nombre de una divinidadprincipal, cuyo significado podría ser “casa de los brujos”, evocando la casa que enmarcaba el mundo Clásico maya. Cuando se derrumbó lacivilización maya clásica del Petén (período Clásico Tardío, entre 800-100 a.c.), los itzáes, cuyo origen pueden haber sido linajes chontalesmigratorios del oeste del Petén, habían reemplazado a los linajes chol-yucateco clásicos en partes de El Petén (Seibal) y Yucatán (ChichénItza’). Se puede pensar que los ‘itz-a’ se consideraban a sí mismos como “brujos del agua”, extendiendo así el culto a Itzam-na’ del Peténclásico a un culto al agua en el Postclásico, centrado en el gran cenote de Chichén Itza’ en Yucatán.Durante el período postclásico, los itzáes rivalizaron con los mexicanizados mayas xiw (“juncos”) para el control de Yucatán. Mantuvieron la paz durante un tiempo. En la liga de Mayapán, los itzáes y los xiw no llegaron a un acuerdo en cuanto a quién tenía el calendariocorrecto para entender y controlar el curso de los acontecimientos en el mundo. Pero periódicamente se rompía la paz en conflictos coneventos importantes del calendario. Esto sucedió por ejemplo cuando el jefe de Mayapán, Xib’-chaak “macho [hombre fuerte] trueno”,sacrificó al sacerdote de la lluvia de Chichén (Chi’ch’e’en “orilla del pozo”), para demostrar que el todopoderoso dios maya de la lluviaChaak ahora era subordinado al dios mexicanizado Kukul-kan “serpiente emplumada”, traducción maya de la deidad tolteca principal,Quetzalcoatl.En la segunda década del siglo XVII un par de frailes franciscanos llegó a Taj ’Itza’. Su propósito era convencer a los itzáes que destruyeran sus “ídolos” y que se sometieran al dominio extranjero, de acuerdo con la profecía maya y la práctica habitual de destruir y reconstruirsus ciudades al término de cada ciclo del calendario. Los frailes relatan que:estos indios itzaes son de nacimiento yucatecos, y originarios de esta tierra de Yucatán, y así hablan la misma lenguaque ellos Dice el padre Fuensalida [que el caudillo Canek de Petén itza’ le dijo] que cien años antes que viniesen losespañoles a estos reinos [Yucatán], se huyeron de Chichen-Itzá en la edad que llaman ellos octava, y en su lengua Uaxacahau, y poblaron aquellas tierras [Petén] donde hoy viven (López Cogolludo, 1971 [1656], vol. 2, libro 9, cap. 14: 256).Según cuenta una antigua leyenda itza’, el jefe de Chichén se enamoró de la prometida del jefe de Uxmal (sede de la Liga de Mayapán enYucatán), la raptó y huyó con ella al Petén junto con otros itzáes. Pero la virgen novia, Säk-nik-te’ “flor de mayo blanca”murió poco despuésde nostalgia y soledad, ahogándose en el lago Petén Itza’.1 Los itzáes contemporáneos no mencionan Yucatán como lugar de origen deSäk-nik-te’, a quien sólo recuerdan como la novia del infeliz rey de Petén Itza’ Ajaw Kanek’.Los frailes trataron de convencer a los itzáes que el ciclo calendárico iniciado con la caída de Mayapán y la huida al Petén se terminaba. Losfrailes estaban familiarizados con las profecías calendáricas itzáes, como las mencionadas en los Libros de Chilam Balam o “Portavoces del10

Jaguar”. Éstas predeterminaban la destrucción cíclica de los centros ceremoniales al cumplimiento de cada ciclo (256 años menos 160 días).Cada ciclo consistía en 13 ka’-tun (7,200 días), y un ka’-tun correspondía a 20 tun de 360 días cada uno. Pero según los registros disponibles, este primer intento para convertir a los itzáes tuvo un abrupto

minos del maya clásico formados con itz: itzam, que puede referir a un brujo que trae itz al mundo, e Itzam-na’, nombre de una divinidad principal, cuyo significado podría ser “casa de los brujos”, evocando la casa que enmarcaba el mundo Clásico maya. Cuando se derrumbó la