Publicación Científica Y Técnica No. 632 - PAHO

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ISBN: 978-92-75-31632-0

Publicación Científica y Técnica No. 632Epidemiología de los trastornos mentales enAmérica Latina y el CaribeEditoresJorge J. RodríguezAsesor Principal de Salud MentalCoordinador del Proyecto deSalud Mental, Discapacidades y RehabilitaciónOrganización Panamericana de la SaludWashington, DC, EUARobert KohnAssociate ProfessorDepartment of Psychiatry and Human BehaviorWarren Alpert Medical School of Brown UniversityDirectorGeriatric Psychiatry, The Miriam Hospital Department of PsychiatryProvidence, Rhode Island, USASergio Aguilar-GaxiolaOS A LUTEPRProfessor of Internal Medicine and DirectorCenter for Reducing Health DisparitiesSchool of Medicine, University of California at DavisSacramento, California, USAPAHONOIOPSVI MU ND525 23rd St. NWWashington, DC 20037www.paho.org2009

Biblioteca Sede OPS — Catalogación en la fuenteOrganización Panamericana de la SaludEpidemiología de los trastornos mentales en América Latinay el CaribeWashington, D.C.: OPS, 2009ISBN: 978-92-75-31632-0I. Título1.2.3.4.5.6.7.8.TRASTORNOS MENTALES — epidemiologíaSERVICIOS DE SALUD MENTALSALUD MENTAL — estadísticas y datos numéricosPSIQUIATRÍA COMUNITARIAESTUDIOS POBLACIONALES EN SALUD PÚBLICAESTUDIOS EPIDEMIOLÓGICOSAMÉRICA LATINAREGIÓN DEL CARIBENLM-WM140La Organización Panamericana de la Salud dará consideración muy favorable a lassolicitudes de autorización para reproducir o traducir, íntegramente o en parte, algunade sus publicaciones. Las solicitudes y las peticiones de información deberán dirigirseal Proyecto de Información Científica y Técnica, Área de Gestión del Conocimiento yComunicación, Organización Panamericana de la Salud, Washington, DC, EstadosUnidos de América, que tendrá sumo gusto en proporcionar la información más reciente sobre cambios introducidos en la obra, planes de reedición, y reimpresiones ytraducciones ya disponibles. Organización Panamericana de la Salud, 2009Las publicaciones de la Organización Panamericana de la Salud están acogidas a laprotección prevista por las disposiciones sobre reproducción de originales del Protocolo 2 de la Convención Universal sobre Derecho de Autor. Reservados todos losderechos.Las denominaciones empleadas en esta publicación y la forma en que aparecenpresentados los datos que contiene no implican, por parte de la Secretaría de la Organización Panamericana de la Salud, juicio alguno sobre la condición jurídica de países,territorios, ciudades o zonas, o de sus autoridades, ni respecto del trazado de sus fronteras o límites.La mención de determinadas sociedades mercantiles o de nombres comerciales deciertos productos no implica que la Organización Panamericana de la Salud losapruebe o recomiende con preferencia a otros análogos. Salvo error u omisión, las denominaciones de productos patentados llevan en las publicaciones de la OPS letra inicial mayúscula.Las opiniones vertidas por los autores son de su responsabilidad y no representannecesariamente el punto de vista oficial de la Organización Panamericana de la Salud.

CONTENIDOPrólogo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .viiixSECCIÓN I. PANORAMA GENERALBreve historia de la epidemiología psiquiátrica en América Latinay el Caribe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Jair de Jesus Mari, Bernardo Garcia de Oliveira Soares,Maurício Silva de Lima e Itzhak LevavPrevalencia y carga de los trastornos mentales en la poblaciónadulta de América Latina y el Caribe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Robert Kohn y Jorge Rodríguez319SECCIÓN II. LA ENCUESTA MUNDIAL DE SALUD MENTALDE LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUDLa investigación en epidemiología psiquiátrica y la EncuestaMundial de Salud Mental de la Organización Mundialde la Salud en América Latina y el Caribe. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Sergio Aguilar-Gaxiola y Natalia Deeb-SossaLa Encuesta de Salud Mental São Paulo Megacity, Brasil . . . . . . . . . .Laura Helena Andrade y Maria Carmen VianaLa patología psiquiátrica en Colombia: resultados del EstudioNacional de Salud Mental, Colombia, 2003 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .José Posada-Villa, Sergio Aguilar-Gaxiola y Natalia Deeb-SossaEstudio de los trastornos mentales en México: resultadosde la Encuesta Mundial de Salud Mental . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .María Elena Medina-Mora, Guilherme Borges, Corina Benjet,María del Carmen Lara, Estela Rojas, Clara Fleiz, Joaquín Zambrano,Jorge Villatoro, Jerónimo Blanco y Sergio Aguilar-Gaxiolaiii35546479

ivContenidoLa Encuesta de Salud Mental en Adolescentes de México . . . . . . . . .Corina Benjet, Guilherme Borges, María Elena Medina-Mora,Jerónimo Blanco, Estela Rojas, Clara Fleiz, Enrique Méndez,Joaquín Zambrano y Sergio Aguilar-Gaxiola90SECCIÓN III. ESTUDIOS EPIDEMIOLÓGICOS COMUNITARIOSLa epidemiología de las enfermedades mentales en Brasil. . . . . . . . .Marcelo Feijó Mello, Robert Kohn, Jair de Jesus Mari,Laura Helena Andrade, Naomar Almeida-Filho, Sergio Luís Blay,Maria Carmen Viana y Andrea Feijó MelloLas contribuciones de Chile a la investigación en epidemiologíapsiquiátrica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Benjamín Vicente, Robert Kohn, Sandra Saldivia y Pedro RiosecoEpidemiología psiquiátrica en México: 1977–2000 . . . . . . . . . . . . . . . .Jorge Javier Caraveo-AnduagaEstudios de epidemiología psiquiátrica en niños y adultosde Puerto Rico: lo que hemos aprendido y lo que falta poraprender . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Glorisa CaninoLa epidemiología de la esquizofrenia en el Caribe. . . . . . . . . . . . . . . .Frederick W. Hickling, Hilary Robertson-Hicklingy Gerard Hutchinson101118132145162SECCIÓN IV. CONDICIONES ESPECÍFICAS DE SALUD MENTALEpidemiología del uso del alcohol y otras sustancias psicoactivasen América Latina y el Caribe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Maristela G. Monteiro, Paulo Telles-Dias y Aline Inglez-Dias177La epidemiología del suicidio, los intentos y las ideacionessuicidas en América Latina y el Caribe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Robert Kohn y Harry Friedmann193Discapacidad intelectual: situación en la Región de las Américas. . .Armando J. Vásquez Barrios208

ContenidoSECCIÓN V. ESTUDIOS EN POBLACIONES ESPECIALESLa salud mental de las poblaciones indígenasRobert Kohn y Jorge Rodríguez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .La salud mental de la niñez y la adolescencia en América Latinay el Caribe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Corina BenjetTrastornos mentales en los adultos mayores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Enrique Vega García, Josefa González Picos,Juan de Jesús Llibre Rodríguez y Magaly Ojeda Hernández223234243La repercusión de los desastres y la violencia política sobre la saludmental en América Latina. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 256Fran H. Norris y Robert KohnSECCIÓN VI. UTILIZACIÓN DE LOS SERVICIOS DE SALUDEvaluación de los sistemas de salud mental en Centroaméricay la República Dominicana. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Víctor Aparicio, Shekhar Saxena y Jorge Rodríguez289La utilización de los servicios de salud mental y la brechade tratamiento en América Latina y el Caribe . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Robert Kohn e Itzhak Levav300La epidemiología de los trastornos psiquiátricos en la atenciónprimaria de salud. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Sandra Saldivia, Benjamín Vicente, Robert Kohn e Itzhak Levav316SECCIÓN VII. CONCLUSIONESAlgunas consideraciones finales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Jorge Rodríguez, Robert Kohn y Sergio Aguilar-Gaxiola329Lista de autores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .332v

PRÓLOGOLa salud mental es un componente fundamental e inseparable de la salud yestá directamente relacionada con el bienestar personal, familiar y comunitario, aunque muchas veces sea subestimada frente a la salud física. Como sedestaca en este libro, los trastornos mentales y neurológicos representan el22% de la carga total de enfermedades en América Latina y el Caribe, y resultaevidente que los mismos tienen un impacto importante en términos de mortalidad, morbilidad y discapacidad en todas las etapas de la vida.A pesar de lo anterior, los recursos para afrontar esta enorme carga son muchas veces insuficientes, no están distribuidos apropiadamente y en muchospaíses todavía subsiste un modelo de servicios centrado en el hospital psiquiátrico. Esto ha determinado la existencia de una brecha importante de tratamiento, es decir, una elevada proporción de personas enfermas que requieren atención, no la reciben. A esto se une el estigma y la discriminación quesiempre ha rodeado a la enfermedad mental y que aún constituye un poderoso obstáculo.La Organización Panamericana de la Salud (OPS) trabaja con sus EstadosMiembros para fortalecer las capacidades nacionales e implementar políticasy planes nacionales de salud mental. Una especial atención se le ha dedicadoa la reorientación de los servicios: la salud mental debe estar integrada en lossistemas sanitarios y la mayoría de los trastornos mentales pueden y debenabordarse en el ámbito de la atención primaria.En el año 2008 la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó el Programa Global de Acción en Salud Mental, que tiene como meta disminuir lacarga de los trastornos mentales y neurológicos, así como los relacionados conel consumo de sustancias, en todo el mundo. El Programa dirige sus esfuerzos especialmente a los países con ingresos bajos y medio-bajos, con carga elevada y carencia de recursos. La OPS ha apoyado esta iniciativa y participa activamente en la misma.Me siento particularmente optimista, ya que los avances científicos en lasúltimas décadas nos han permitido comprender mucho mejor los trastornosmentales, y porque disponemos de tratamientos apropiados así como dedatos probatorios sobre la factibilidad de intervenciones efectivas y de bajocosto mediante la atención primaria. En los países de América Latina y elCaribe, la salud mental avanza cada vez más hacia posiciones de mayor visibilidad en la agenda de los gobiernos y la sociedad civil. Se cuenta con experiencias locales y nacionales innovadoras y exitosas, se han fortalecido lasasociaciones de usuarios y se ha incrementado la participación social. Sin em-vii

viiiPrólogobargo, hay enormes desafíos por delante, en especial la reducción de la brecha de tratamiento, la mejora del uso de los recursos disponibles, la reestructuración de los servicios de salud mental basados en un modelo de tipocomunitario y la protección de los derechos humanos de las personas con enfermedades mentales.La investigación en el campo de la salud mental ha tenido muchas limitaciones en los países de América Latina y el Caribe, especialmente si se la compara con la producción científica alcanzada en los Estados Unidos de Américay el Canadá. No obstante, al revisar los estudios desarrollados en las últimasdécadas, se observa con satisfacción que existen trabajos muy serios y con resultados relevantes, algunos de los cuales se presentan en este libro. Es decir,en la actualidad se dispone en America Latina y el Caribe de estudios epidemiológicos de los trastornos mentales, que unidos a otros trabajos publicadosen todo el mundo, arrojan información suficiente para demostrar el alcance dela carga de los trastornos mentales en nuestro medio.Otro problema es la diseminación del conocimiento y el uso de la investigación como herramienta para el cambio. Se hace imprescindible difundir losdatos obtenidos a través de distintos estudios, ya que pueden servir de basepara la defensa de la causa, la planificación y la gerencia de los servicios. Lapresente obra nos muestra un cuadro actualizado de la investigación epidemiológica en salud mental en la Región; el reto es pasar de los números y tasashacia la acción concreta para modificar la situación desfavorable actual.La Organización Panamericana de la Salud presenta este libro como partede los esfuerzos que se realizan en pos de la divulgación de la informacióncientífico-técnica. Espero resulte de interés y utilidad a los lectores, no solo aprofesionales e investigadores, sino también a los miembros activos de la sociedad que defienden y trabajan por la causa de millones de personas que padecen trastornos mentales. Nuestro firme propósito es continuar contribuyendo para impulsar el cambio que requieren los programas y servicios desalud mental en las Américas.Mirta Roses PeriagoDirectoraOrganización Panamericana de la Salud

INTRODUCCIÓNEn América Latina y el Caribe, al igual que en muchos países de otras regiones del mundo, el progreso económico, las transformaciones sociales y el incremento de la longevidad han estado acompañados de un aumento en laproblemática psicosocial.Los estudios epidemiológicos realizados en el último decenio hacen patente la necesidad de un llamado a la acción. La carga que representan las enfermedades mentales se torna cada vez más significativa, lo cual provocaun alto grado de sufrimiento individual y social. En 1990, las afecciones psiquiátricas y neurológicas explicaban el 8,8% de los años de vida ajustados enfunción de la discapacidad (AVAD) en América Latina y el Caribe. En 2002 esacarga había ascendido a 22,2% (1, 2).A pesar de la magnitud de la carga de los trastornos mentales, la respuestade los servicios de salud es por lo general limitada o inadecuada. La resultantees una paradójica situación de carga abultada y capacidad resolutiva insuficiente que se hace evidente en las actuales brechas de tratamiento de los trastornos mentales.En una revisión de los estudios epidemiológicos más relevantes de los trastornos mentales realizados en la Región durante los últimos 20 años, se estimóla prevalencia media de este tipo de trastornos durante el año anterior. Laspsicosis no afectivas (entre ellas la esquizofrenia) tuvieron una prevalenciamedia estimada de 1,0%; la depresión mayor, de 4,9% y el abuso o la dependencia de alcohol, de 5,7% (1).Los estudios realizados en algunos países expresan claramente las brechasen la proporción de personas que requerían tratamiento y no lo recibieron.Más de la tercera parte de las personas afectadas por psicosis no afectivas,más de la mitad de las afectadas por trastornos de ansiedad y cerca de las trescuartas partes de las que dependían o abusaban del alcohol no habían recibido tratamiento psiquiátrico alguno, ya sea en un servicio especializado o enuno de tipo general.En conclusión, solo una minoría de las personas que requieren atenciónrelacionada con la salud mental la reciben, a pesar del sufrimiento que lostrastornos causan, la discapacidad que generan y el impacto emocional yeconómico que tienen en la familia y en la comunidad. A esta situación debeagregarse que generalmente los trastornos mentales afectan en mayor gradoa las personas de los estratos socioeconómicos más bajos, para quienes los servicios son más escasos.También existen necesidades psicosociales particularmente altas en los grupos con mayor vulnerabilidad, como las poblaciones indígenas y las víctimasix

xIntroducciónde conflictos armados, violencia política o desplazamiento. En muchos países,la violencia política y las guerras civiles no solo han provocado muertes, heridas y mutilaciones, sino que también han contribuido al movimiento degrupos poblacionales y al incremento de los refugiados, profundizando así lapobreza y el sufrimiento. No cabe duda que, aunque menos visibles que lasheridas de bala, los efectos psicosociales pueden tener un impacto profundoy duradero en la vida de las personas (2, 3).EL INFORME SOBRE LA SALUD EN EL MUNDO 2001SALUD MENTAL: NUEVOS CONOCIMIENTOS, NUEVAS ESPERANZASEl Informe sobre la salud en el mundo 2001, de la Organización Mundial de laSalud (OMS), marcó un hito histórico en el campo de la salud mental en el contexto global, y señaló claramente las puertas de esperanza que se abren paraun mejor entendimiento, respeto y tratamiento de los enfermos mentales. Enél se presenta la carga actual y futura que suponen los trastornos mentales ylos principales factores que contribuyen a ella, el alcance de la prevención y ladisponibilidad de tratamiento, así como las barreras que obstaculizan el acceso a los servicios. Por último, ofrece un conjunto de diez recomendacionesque pueden ser adoptadas y adaptadas por todos los países de acuerdo consus características específicas (4). Ellas son: dispensar tratamiento en la atención primaria; asegurar la disponibilidad de medicamentos psicotrópicos;prestar asistencia en la comunidad; educar al público; involucrar a las comunidades, las familias y los consumidores; establecer políticas, programas y legislación a escala nacional; desarrollar los recursos humanos necesarios; establecer vínculos con otros sectores; vigilar la salud mental de las comunidades;y apoyar nuevas investigaciones.El Informe enfatizó que los trastornos mentales son universales, es decirque afectan a personas de todos los países y están presentes en todas las etapas de la vida, tanto de hombres como de mujeres, ya sean ricos o pobres, oque residan en zonas urbanas o rurales. La idea de que los trastornos mentales son un problema de las regiones industrializadas y más ricas del mundoes completamente errónea, así como también es incorrecta la creencia de quelas comunidades rurales, relativamente al margen del ritmo acelerado de lavida moderna, no padecen trastornos mentales (4).A continuación se presentan algunos datos sobre la carga de la enfermedadmental publicados en el Informe sobre la salud en el mundo 2001: A principios de este siglo la cantidad estimada de personas que padecíanenfermedades neuropsiquiátricas era de alrededor de 450 millones. Más de25% de la población que habita tanto en países desarrollados como en países en vías de desarrollo padecen uno o más trastornos mentales o del comportamiento a lo largo de la vida. Los trastornos mentales y conductuales son frecuentes en los pacientes queacuden a los centros de atención primaria. Resulta útil evaluar su magnitudy sus características por la posibilidad de identificar a los individuos quepresentan esos problemas y dispensarles la asistencia necesaria a ese nivel.Los diagnósticos más frecuentes en los servicios de atención primaria son

Introducciónlos trastornos de depresión y de ansiedad, así como los relacionados con elconsumo y abuso de sustancias. Los trastornos mentales tienen un gran impacto sobre los individuos, las familias y las comunidades. Aproximadamente una de cada cuatro familiastiene al menos un miembro afectado por un trastorno mental o del comportamiento. Estas familias se ven obligadas no solo a brindar apoyo, sino también a soportar las consecuencias perjudiciales de la estigmatización y ladiscriminación. Aunque no se ha estudiado suficientemente la carga que representa cuidar a un familiar con un trastorno mental, los datos disponiblesindican que la misma es importante.La doctora Gro Harlem Brundtlan, Directora de la OMS cuando se lanzó elInforme sobre la salud en el mundo 2001, señaló acertadamente: “El mensajede la OMS es muy sencillo: la salud mental —a la que durante demasiadotiempo no se ha prestado la atención que merece— es fundamental para elbienestar general de las personas, de las sociedades y de los países, y es preciso abordarla en todo el mundo desde una nueva perspectiva”.El Informe de la OMS es de lectura obligada para los que trabajan en elcampo de la salud mental y para quienes pretenden avanzar en el terreno dela epidemiología y la respuesta de los sistemas de salud ante la carga que significan las enfermedades mentales.AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE: DOS DÉCADAS DESPUÉSDE LA DECLARACIÓN DE CARACASEl desarrollo de la atención psiquiátrica en América Latina y el Caribe ha enfrentado serias limitaciones y dificultades debido a que, por lo general, el temade la salud mental no ha sido siempre considerado prioritario en las agendasgubernamentales. Como respuesta a esta situación, en 1990 se gestó un movimiento denominado “Iniciativa para la Reestructuración de la Atención Psiquiátrica”, al cual se sumaron la casi totalidad de los países de la Región (5).La Conferencia sobre la Reestructuración de la Atención Psiquiátrica enAmérica Latina, celebrada en Caracas, Venezuela, en noviembre de 1990, culminó con la adopción de la “Declaración de Caracas”, documento que marcóun hito histórico en la Región y que ha servido en diversos países como basepara la acción. La Declaración de Caracas (5) enfatizó que la atención convencional, centrada en el hospital psiquiátrico, no permitía alcanzar los objetivos compatibles con una atención comunitaria, descentralizada, participativa, integral, continua y preventiva.Posteriormente, en 1997 y en 2001, el Consejo Directivo de la OrganizaciónPanamericana de la Salud OMS reiteró el apoyo a la citada iniciativa (6). Lasresoluciones emitidas en las sesiones de los respectivos Consejos Directivosinstaron a los Estados Miembros a desarrollar programas nacionales de saludmental; reorientar los servicios de salud mental (de institucionales a comunitarios); desarrollar acciones de control de los trastornos afectivos, las epilepsias y las psicosis; fortalecer las acciones de promoción de la salud mental yel desarrollo psicosocial de la niñez; aumentar las asignaciones para programas de formación en salud mental, y mejorar la legislación y las regulacionespara la protección de los derechos humanos.xi

xiiIntroducciónMás recientemente, en noviembre de 2005, se celebró en Brasilia una Conferencia Regional de Reforma de los Servicios de Salud Mental bajo el lema“15 años después de Caracas”, la cual fue auspiciada por la OPS/OMS y elGobierno del Brasil. El evento constituyó un acontecimiento importante, quepermitió reflexionar sobre los logros, avances y obstáculos ocurridos en eselapso, y se trabajó en una visión de futuro.En los Principios de Brasilia, documento final de la Conferencia Regional,se destacó “que los servicios de salud mental deben afrontar nuevos desafíostécnicos y culturales”, que se habían hecho más evidentes en esos quince años,tales como la vulnerabilidad psicosocial, que incluye la problemática de laspoblaciones indígenas y las consecuencias adversas de la urbanización desorganizada de las grandes metrópolis; el aumento de la morbilidad y de la problemática psicosocial de la niñez y adolescencia; el aumento de la demanda deservicios por parte de la sociedad que faciliten la adopción de medidas efectivas de prevención y abordaje precoz de la conducta suicida y del abuso de alcohol; y el aumento creciente de las diferentes modalidades de violencia, queexige una participación activa de los servicios de salud mental, en especial conreferencia a la atención de las víctimas (7). Por su impacto social y sanitario,estos cuatro problemas deberán convertirse en los próximos años en centro deatención y prioridad en el campo de la salud mental en las Américas.El 48.o Consejo Directivo de la OPS/OMS, celebrado en Washington, DCentre el 29 de septiembre y el 3 de octubre del 2008, aprobó el Plan Estratégico2008–2012. Uno de los objetivos del documento se centra en la prevención yreducción de la carga de enfermedad, las discapacidades y las defuncionesprematuras relacionadas con las enfermedades crónicas no transmisibles, lostrastornos mentales, la violencia y las lesiones. El Plan destaca la situaciónepidemiológica existente y la necesidad de reducir las brechas en el tratamiento de las enfermedades mentales en la Región; también pone énfasis enla falta de datos e información adecuados sobre los trastornos mentales en lamayoría de los países, hecho que impide la formulación de políticas y planesapropiados.Otro documento programático de referencia obligada, aprobado por los ministros de salud, es la Agenda de Salud para las Américas 2008–2017. La intención de este documento es orientar la acción colectiva de los actores nacionales e internacionales interesados en contribuir a mejorar la salud de lospueblos. La salud mental se destaca de manera explícita e implícita dentro delas áreas de acción de esta Agenda.Es indudable que pueden observarse avances notables en la mayoría de lospaíses de América Latina y el Caribe si se evalúa la evolución de los serviciosde salud mental desde una perspectiva histórica, tomando como punto de referencia la Declaración de Caracas. No obstante, aún existe un largo trecho porrecorrer.LANZAMIENTO DE UN NUEVO MOVIMIENTO POR LA SALUD MENTAL:THE LANCETEn el año 2007, la Revista The Lancet realizó un nuevo llamado a la acción enel campo de la salud mental, con el objetivo de establecer compromisos entrelos diferentes actores y monitorear el progreso medido en indicadores.

IntroducciónThe Lancet emitió los siguientes mensajes clave (8): La salud mental es un aspecto del bienestar humano rechazado o no reconocido suficientemente, el cual está interconectado con otras muchas condiciones de importancia en la salud a nivel global; Los recursos dedicados a la salud mental son inadecuados, insuficientes yestán distribuidos de manera no equitativa; La existencia de una fuerte evidencia sobre la cual se puede avanzar paraelevar el nivel de los servicios de salud mental; La existencia de críticas del pasado que nos permiten aprender de los éxitos y de los fracasos. Son elementos clave: el liderazgo político, el incremento del apoyo financiero, la descentralización de los servicios de saludmental, la integración de la salud mental en la atención primaria, el adiestramiento en salud mental de los trabajadores de salud y el fortalecimientodel enfoque de la salud pública en el campo de la salud mental; Cualquier llamado a la acción demanda la existencia de indicadores quepermitan medir el progreso a nivel de los países.The Lancet también destacó la contribución de los trastornos mentales a ladiscapacidad y la mortalidad al afirmar lo siguiente (8): Los trastornos mentales son una importante causa de discapacidad de largoplazo y dependencia. Según datos de la OMS del 2005, 31,7% de todos losaños vividos con discapacidad se atribuyen a condiciones neuropsiquiátricas; las cinco mayores contribuciones fueron depresión unipolar (11,8%),trastornos relacionados con el uso de alcohol (3,3%), esquizofrenia (2,8%),depresión bipolar (2,4%) y demencia (1,6%). Sin embargo, The Lancet señalaque la interacción entre los trastornos mentales y la discapacidad es máscompleja y extensa que lo que el Informe de la OMS sugiere. Los trastornos mentales también contribuyen a la mortalidad. Las estimaciones de la OMS del 2005 muestran que los trastornos neuropsiquiátricosson responsables de 1,2 millones de muertes cada año y de 1,4% de todoslos años de vida perdidos (la mayoría por demencia, enfermedad de Parkinson y epilepsia). Cuatrocientas mil muertes fueron atribuidas a los trastornos mentales propiamente dichos y 182.000 a problemas relacionadoscon el uso de alcohol o drogas, aunque estas cifras pueden estar ciertamente subestimadas.PROGRAMA DE ACCIÓN PARA SUPERAR LAS BRECHAS EN SALUDMENTAL. MEJORA Y AMPLIACIÓN DE LA ATENCIÓN DE LOS TRASTORNOSMENTALES, NEUROLÓGICOS Y POR ABUSO DE SUSTANCIASLa Organización Mundial de la Salud (OMS) presentó en octubre del 2008 elPrograma de acción para superar las brechas en salud mental (mhGAP, porsus siglas en inglés). Este programa, basado en los mejores datos científicosdisponibles, está destinado a mejorar la capacidad de respuesta de los Estados Miembros a los retos crecientes que deben enfrentar.Dado que la mayor parte de la carga mundial por trastornos mentales corresponde a los países con ingresos bajos y medio-bajos, una estrategia cen-xiii

xivIntroduccióntrada en los mismos permitirá lograr un impacto mayor. El mhGAP proporciona criterios para identificar cuáles países sufren la mayor parte de la cargapor estos trastornos y cuáles presentan un mayor déficit de recursos.El programa reconoce algunas condiciones prioritarias, teniendo en cuentaque representan una carga significativamente elevada (en lo que se refiere amortalidad, morbilidad y discapacidad), que implican grandes costos económicos o que se asocian a violaciones de los derechos humanos. Entre esas condiciones se hallan la depresión, la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos,el suicidio, la epilepsia, la demencia, los trastornos por consumo de alcohol,los trastornos debidos al consumo de drogas ilícitas y los trastornos mentalesinfantiles. El mhGAP proporciona un conjunto de intervenciones clave para laprevención y el tratamiento de estas enfermedades, y considera además losobstáculos, limitaciones y oportunidades que pueden dificultar o facilitar suejecución en los distintos países.El éxito en la aplicación del programa se basa principalmente en alcanzar uncompromiso político al más alto nivel en los países. El programa hace hincapiéen la realización de una evaluación apropiada de las necesidades y los recursos, en la formulación de una política y en la creación de una infraestructuralegislativa.Otro aspecto importante del mhGAP consiste en reforzar las alianzas existentes así como atraer nuevos socios. La mejora de la atención de los trastornos mentales es responsabilidad conjunta de los gobiernos, los profesionalesde la salud, la sociedad civil, las comunidades y las familias, con el apoyo dela comunidad internacional. Como conclusión, el mhGAP señala que “Ahora

miológicos de los trastornos mentales, que unidos a otros trabajos publicados en todo el mundo, arrojan información suficiente para demostrar el alcance de la carga de los trastornos mentales en nuestro medio. Otro problema es la diseminación del conocimiento y el uso de la investi-gación como herramienta para el cambio.