Breve Historia Del Tiempo [Stephen Hawking]

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Breve Historia del Tiempo [Stephen Hawking]Capítulo 1. Nuestra imagen del UniversoCapítulo 2. Espacio y TiempoCapítulo 3. El Universo ExpansivoCapítulo 4. El Principio de IncertidumbreCapítulo 5. Partículas elementales y las fuerzas del UniversoCapítulo 6. Agujeros NegrosCapítulo 7. Los agujeros negros no son tan negrosCapítulo 8. El origen y destino del UniversoCapítulo 9. La flecha del tiempoCapítulo 10. Agujeros de gusano y viajes en el tiempoCapítulo 11. La unificación de la FísicaCapítulo 12. Conclusión. Glosario. Agradecimientos y acerca del autorPrólogoYo no escribí el prólogo a la edición original de Breve Historia del Tiempo. Esto fue hecho porCarl Sagan. En su lugar, yo escribí un texto corto titulado "Agradecimientos" en la cual tuve lacortesía de agradecer a todos, Algunas de las fundaciones que me apoyaron no estuvieron muycomplacidas por haber sido mencionadas, ya que tuvieron un incremento en las demandas deapoyo.No pienso que nadie, ni yo ni mi editor ni mi agente, esperaran que al libro le fuera tan bien comole fue. Estuvo en la lista de best-sellers del Sunday Times de Londres por 237 semanas, más quecualquier otro libro (aparentemente La Biblia y Shakespeare no cuentan). Ha sido traducido aalgo así como cuarenta idiomas y ha vendido alrededor de una copia cada 750 hombres, mujeresy niños en el mundo. Como Nathan Myhrvold de Microsoft (un ex alumno mío de postgrado)remarcó: he vendido más libros sobre física que Madonna sobre sexo.

El éxito de Breve Historia del Tiempo indica que hay un amplio interés en las grandes preguntascomo: ¿de dónde venimos? y ¿por qué el Universo es como es?He tenido oportunidad de actualizar el libro incluyendo nuevas teorías y resultados deexperimentos obtenidos desde que el libro se publicó por primera vez (en el día de Locos de Abril,1988). He incluido un nuevo capítulo sobre agujeros de gusano y viajes en el tiempo. La TeoríaGeneral de la Relatividad de Einstein parece ofrecer la posibilidad de que podamos crear ymantener agujeros de gusano (wormholes), pequeños tubos que conectan diferentes regiones delespacio-tiempo. Si es así podríamos ser capaces de usarlos para rápidos viajes alrededor de lagalaxia o para ir atrás en el tiempo. Por supuesto, no hemos visto a nadie que venga del futuro (¿osí?) pero yo expongo una posible explicación para esto.También describo el progreso que se ha hecho recientemente al encontrar "dualidades" ocorrespondencias entre teorías de la física aparentemente diferentes. Estas correspondencias sonun fuerte indicio de que hay una completa teoría unificada de la física, pero también sugieren quepodría no ser posible expresar esta teoría en una simple formulación fundamental. Por el contrario,deberíamos usar diferentes reflexiones de la teoría subyacente en situaciones diferentes. Esto seríacomo que siendo incapaces de representar la superficie de la Tierra en un solo mapa tengamosque hacer un mapa diferente para regiones diferentes. Esto podría ser una revolución en nuestravisión de la unificación de las leyes de la ciencia pero podría no cambiar el punto más importante:que el universo es gobernado por un conjunto de leyes racionales que podemos descubrir ycomprender.En el campo experimental, por lejos el más importante desarrollo ha sido la medición defluctuaciones en la radiación de microondas del fondo cósmico por el COBE (el satéliteexplorador del fondo cósmico). Estas fluctuaciones son las huellas digitales de la creación,pequeñas irregularidades iniciales en el de otro modo llano y uniforme universo primigenio quemás tarde creció formando galaxias, estrellas, y todas las estructuras que vemos alrededor nuestro.Su forma concuerda con las predicciones de la proposición de que el universo no tiene confinesni bordes en la imaginaria dirección del tiempo; pero posteriores observaciones serán necesariaspara distinguir esta proposición de otras posibles explicaciones para las fluctuaciones en el fondo.Sin embargo, en unos pocos años deberíamos saber si podemos creer que vivimos en un universoque está totalmente auto-contenido y que no tiene comienzo ni fin.Stephen HawkingCAPITULO 1NUESTRA IMAGEN DEL UNIVERSOUn conocido científico (algunos dicen que Bertrand Russell) dio una vez una conferencia sobreastronomía. El describió como la Tierra orbita alrededor del Sol y como el Sol, a su vez, orbitaalrededor del centro de una vasta colección de estrellas llamada nuestra galaxia. Al final de laconferencia, una pequeña anciana sentada en el fondo de la sala se paró y dijo: "Lo que usted hadicho es una mierda. El mundo es en realidad un plato plano sobre el lomo de una tortuga gigante."El científico sonrió despectivamente y replicó: "¿y sobre qué está la tortuga?" "Usted es muyinteligente, jovencito, muy inteligente," dijo la pequeña anciana "¡pero hay infinitas tortugas!"Mucha gente podría encontrar bastante ridícula la imagen de nuestro universo como una torre deinfinitas tortugas, pero ¿por qué pensamos que lo sabemos mejor? ¿qué sabemos acerca deluniverso y cómo lo sabemos? ¿de dónde vino el universo y hacia dónde va? ¿Tuvo el universo uncomienzo, y si es así, que sucedió antes de eso? ¿cuál es la naturaleza del tiempo? ¿tendrá unfinal? ¿podemos ir atrás en el tiempo? Recientes descubrimientos en física hacen posible, en partepor fantásticas nuevas tecnologías, sugerir respuestas a algunas de estas antiguas preguntas. Algún

día estas respuestas nos parecerán tan obvias como la Tierra orbitando al Sol -o tal vez tanridículas como una torre de tortugas- sólo el tiempo (lo que quiera que sea) lo dirá.En el año 340 AC el filósofo griego Aristóteles, en su libro Sobre los Cielos, fue capaz de proponerdos buenos argumentos para creer que la Tierra era una esfera redonda en lugar de un plato plano.Primero, él se dio cuenta de que los eclipses de Luna eran causados por la Tierra que se poníaentre el Sol y la Luna. La sombra de la Tierra sobre la Luna era siempre redonda, lo cual podíasuceder sólo si la Tierra era esférica. Si la Tierra hubiera sido un disco plano, la sombra hubierasido elongada y elíptica a menos que el Sol siempre estuviera sobre el eje del disco cuandoocurrían los eclipses. Segundo, los griegos sabían por sus viajes que la Estrella del Norte aparecíamás baja en el cielo vista desde el sur que si la miraban en regiones del norte (dado que la Estrelladel Norte está sobre el Polo Norte aparece sobre la cabeza de alguien en el Polo Norte y se ve enel horizonte desde el ecuador) De la diferencia entre la posición aparente de la Estrella del Norteen Egipto y Grecia. Aristóteles inclusive calculó estimativamente que la distancia alrededor de laTierra era de 400.000 estadios. No se sabe exactamente cuánto medía un estadio, pero debe habertenido alrededor de 200 yardas lo cual hace que Aristóteles estimara el doble de la figuracorrientemente aceptada. Los griegos también tenían un tercer argumento de que la Tierra debíaser redonda. ¿Por qué sino, cuando aparece un barco desde detrás del horizonte, vemos primerolas velas y sólo más tarde el casco?Aristóteles pensaba que la Tierra estaba quieta y que el Sol, la Luna, los planetas y las estrellasse movían en órbitas circulares alrededor de la Tierra. El creía esto porque él sentía, por razonesmísticas, que la Tierra era el centro del universo, y que el movimiento circular era el más perfecto.Esta idea fue elaborada por Tolomeo en el segundo siglo AC en un completo modelocosmológico. La tierra permanecía en el centro, rodeada por ocho esferas de cristal sobre las quegiraban la Luna, el Sol, las estrellas y los cinco planetas que se conocían, Mercurio, Venus, Marte,Júpiter y Saturno.

Los planetas mismos se movían en pequeños círculos dentro de sus respectivas esferas parajustificar el complicado camino que describían en el cielo. La esfera más lejana portaba lasestrellas fijas que se mantenían a la misma distancia entre sí pero giraban juntas alrededor de laTierra. Nunca quedó muy claro lo que había después de la última esfera, pero ciertamente no eraparte del universo observable por la humanidad.El modelo de Tolomeo era un sistema razonablemente preciso para predecir la posición de loscuerpos celestes en el cielo. Pero, para calcular estas posiciones con precisión, Tolomeo tuvo queasumir que la Luna se movía en un camino que algunas veces la llevaba dos veces más cerca dela Tierra que en otras veces. ¡Esto significaba que la Luna debía aparecer dos veces más grandealgunas veces que otras! Tolomeo reconoció este desperfecto, pero nunca su modelo fuegeneralmente, ya que no universalmente, aceptado. Este fue aceptado por la iglesia Cristianacomo la imagen del universo que estaba en concordancia con las escrituras y que tenía la ventajade dejar un gran espacio después de la esfera de las estrellas fijas para el cielo y el infierno.Un modelo más simple, sin embargo, fue propuesto en 1514 por un cura polaco, NicolásCopérnico, (Al principio, tal vez por miedo de ser marcado como hereje por su iglesia, Copérnicodifundió su modelo anónimamente.) Su idea fue que el Sol estaba fijo en el centro y que la Tierray los planetas se movían en órbitas circulares alrededor del Sol. Pasó cerca de un siglo antes deque esta idea fuera tomada en serio. Entonces dos astrónomos -el alemán Johannes Kepler y elitaliano Galileo Galilei- comenzaron a apoyar públicamente la teoría copernicana, a despecho deque las órbitas que predecía no coincidían con las que se observaban. La muerte final de la teoríade Aristóteles y Tolomeo llegó en 1609. En ese año, Galileo comenzó a observar el cielo nocturnocon un telescopio, que recién se había inventado. Cuando miró al planeta Júpiter, Galileo observóque estaba acompañado por varios pequeños satélites o lunas que orbitaban alrededor de él. Esto

implicaba que no todo tenía que orbitar directamente alrededor de la Tierra, como Aristóteles yTolomeo pensaban. (Por supuesto, todavía era posible creer que la Tierra estaba estacionaria enel centro del universo y que las lunas de Júpiter se movían en extremadamente complicadastrayectorias alrededor de la Tierra, dando la impresión de que orbitaban Júpiter. Sin embargo, lateoría de Copérnico era mucho más simple) Al mismo tiempo, Johannes Kepler había modificadola teoría de Copérnico, sugiriendo que los planetas no se movían en círculos sino en elipses (unaelipse es un círculo alargado). Las predicciones ahora finalmente coincidían con lasobservaciones.Por lo que a Kepler le concernía, las órbitas elípticas eran meramente una hipótesis ad hoc, y unaque era bastante repugnante, porque las elipses eran claramente menos perfectas que los círculos.Habiendo descubierto casi por accidente que las órbitas elípticas coincidían con las observaciones,él no podía reconciliarlas con su idea de que fuerzas magnéticas hacían orbitar los planetasalrededor del Sol. Una explicación fue dada mucho más tarde, en 1687, cuando Sir Isaac Newtonpublicó su Philosophiae Naturalis Principia Mathematica probablemente la obra más importanteque se haya publicado en las ciencias físicas. En ella Newton no sólo promovió una teoría decomo se mueven los cuerpos en el espacio y el tiempo, sino que también desarrolló lascomplicadas matemáticas necesarias para analizar dichos movimientos. Además Newton postulóuna ley de la gravitación universal de acuerdo a la cual cada cuerpo del universo era atraído hacialos demás cuerpos por una fuerza que era más fuerte cuanto más masa tuvieran los cuerpos ycuanto más cerca estuvieran uno del otro. Era esta misma fuerza la que provocaba que los objetoscayeran al suelo. (El cuento de que Newton se inspiró en una manzana que cayó sobre su cabezaes casi con certeza apócrifo. Todo lo que Newton mismo dijo fue que la idea de la gravedad levino cuando él estaba sentado en "estado de contemplación" y "fue ocasionada por la caída deuna manzana.") Newton vino a demostrar que, de acuerdo a su ley, la gravedad causa que la Lunase mueva en una órbita elíptica en torno a la Tierra y causa que la Tierra y los demás planetas semuevan en órbitas elípticas alrededor del Sol.El modelo Copernicano fue despojado de las esferas celestiales de Tolomeo, y con ello de la ideade que el universo tiene un límite natural. Dado que las "estrellas fijas" no aparentan cambiar susposiciones fuera de una rotación a través del cielo causada por el giro de la Tierra sobre su eje, sevolvió natural suponer que las estrellas fijas eran objetos como nuestro Sol pero mucho máslejanos.Newton comprendió que, de acuerdo a su teoría de la gravedad, las estrellas deberían atraerse unahacia otra, por lo tanto parecía que no podían permanecer esencialmente sin movimiento. ¿Nopodrían caer todas juntas hacia algún punto? En una carta de 1691 a Richard Bentley, otropensador líder de esa época, Newton arguyó que esto podría en verdad ocurrir si hubiera unnúmero finito de estrellas distribuidas en una región finita del espacio. Pero él razonaba que si,por otra parte, hubiera un número infinito de estrellas distribuidas más o menos uniformementesobre un universo infinito, esto podría no ocurrir, porque no habría un punto central hacia el cualcaer.Este argumento es un ejemplo de las trampas en que se puede caer cuando se habla del infinito.En un universo infinito, cada punto puede ser visto como el centro, porque cada punto tiene unnúmero infinito de estrellas de cada lado. El planteo correcto, que fue realizado mucho más tarde,es considerar la situación finita en la cual todas las estrellas caen una sobre otra, y entoncespreguntar cómo cambiarían las cosas si se agregan más estrellas distribuidas de forma casiuniforme fuera de esta región. De acuerdo a las leyes de Newton las estrellas extra no haríanninguna diferencia, así que las estrellas caerían del mismo modo. Podemos agregar tantas estrellascomo queramos, pero siempre caerán una sobre otra. Ahora sabemos que es imposible tener unmodelo estático infinito del universo en el cual la gravedad sea siempre atractiva.

Una interesante reflexión sobre el clima general de pensamiento antes del siglo XX es que nadiehabía sugerido que el universo se estuviera expandiendo o contrayendo. Era generalmenteaceptado que o bien el universo había existido siempre en un estado inmutable, o bien que habíasido creado hace un tiempo finito en el pasado más o menos como lo observamos hoy en día. Enparte esto debe haberse debido a la tendencia de la gente a creer en verdades eternas, así como alconfort que encontraban al pensar que aunque ellos tuvieran que envejecer y morir, el universoes eterno e inmutable.Inclusive aquellos que advertían que la teoría de Newton de la gravedad mostraba que el universono podía ser estático no pensaron en sugerir que podría estarse expandiendo. En su lugar,intentaron modificar la teoría haciendo que la fuerza de gravedad fuera repulsiva a muy largasdistancias. Esto no afectaba significativamente sus predicciones del movimiento de los planetas,pero permitía que una distribución de estrellas infinita permaneciera en equilibrio - con las fuerzasatractivas entre estrellas cercanas balanceada por las fuerzas repulsivas de las estrellas máslejanas. Sin embargo, ahora creemos que tal equilibrio podría ser inestable: si las estrellas enalguna región se acercaran sólo un poco una a la otra, las fuerzas atractivas entre ellas podríanvolverse más fuertes y dominar sobre las fuerzas repulsivas de modo que las estrellas seguiríancayendo una sobre la otra. Por otra parte, si las estrellas se alejaran un poco una de otra, las fuerzasrepulsivas podrían dominar y alejarlas cada vez más.Otra objeción a un universo infinito estático es normalmente atribuida al filósofo alemán HeinrichOlbers, quien escribió sobre su teoría en 1823. En efecto, varios contemporáneos de Newtonhabían visto el problema, y el artículo de Olbers no fue el primero en contener argumentosplausibles contra él. Fue, sin embargo, el primero en ser ampliamente notado. La dificultad es queen un universo infinito estático casi cualquier línea de visión terminaría en la superficie de unaestrella. Luego uno podría esperar que todo el cielo pudiera ser tan brillante como el Sol, inclusivede noche. El contra argumento de Olbers era que la luz de las estrellas lejanas estaría oscurecidapor la absorción debida a la materia intermedia. Sin embargo, si eso sucediera, la materiaintermedia se calentaría, con el tiempo, hasta que iluminara de forma tan brillante como lasestrellas. La única manera de evitar la conclusión de que todo el cielo nocturno debería de ser tanbrillante como la superficie del Sol sería suponer que las estrellas no han estado iluminando desdesiempre, sino que se encendieron en un determinado instante pasado finito. En este caso, lamateria absorbente podría no estar caliente todavía, o la luz de las estrellas distantes podría nohabernos alcanzado aún. Y esto nos conduciría a la cuestión de qué podría haber causado el hechode que las estrellas se hubieran encendido por primera vez.El principio del universo había sido discutido, desde luego, mucho antes de esto. De acuerdo condistintas cosmologías primitivas y con la tradición judeo-cristianamusulmana, el universocomenzó en cierto tiempo pasado finito, y no muy distante. Un argumento en favor de un origental fue la sensación de que era necesario tener una «Causa Primera» para explicar la existenciadel universo. (Dentro del universo, uno siempre explica un acontecimiento como causado poralgún otro acontecimiento anterior, pero la existencia del universo en sí, sólo podría ser explicadade esta manera si tuviera un origen.) Otro argumento lo dio san Agustín en su libro La ciudad deDios. Señalaba que la civilización está progresando y que podemos recordar quién realizó estahazaña o desarrolló aquella técnica. Así, el hombre, y por lo tanto quizás también el universo, nopodía haber existido desde mucho tiempo atrás. San Agustín, de acuerdo con el libro del Génesis,aceptaba una fecha de unos 5.000 años antes de Cristo para la creación del universo. (Esinteresante comprobar que esta fecha no está muy lejos del final del último periodo glacial, sobreel 10.000 a.C., que es cuando los arqueólogos suponen que realmente empezó la civilización.)Aristóteles, y la mayor parte del resto de los filósofos griegos, no era partidario, por el contrario,de la idea de la creación, porque sonaba demasiado a intervención divina. Ellos creían, porconsiguiente, que la raza humana y el mundo que la rodea habían existido, y existirían, porsiempre. Los antiguos ya habían considerado el argumento descrito arriba acerca del progreso, y

lo habían resuelto diciendo que había habido inundaciones periódicas u otros desastres querepetidamente situaban a la raza humana en el principio de la civilización.Las cuestiones de si el universo tiene un principio en el tiempo y de si está limitado en el espaciofueron posteriormente examinadas de forma extensiva por el filósofo Immanuel Kant en sumonumental (y muy oscura) obra, Crítica de la razón pura, publicada en 1781. Él llamó a estascuestiones antinomias (es decir, contradicciones) de la razón pura, porque le parecía que habíaargumentos igualmente convincentes para creer tanto en la tesis, que el universo tiene unprincipio, como en la antítesis, que el universo siempre había existido. Su argumento en favor dela tesis era que si el universo no hubiera tenido un principio, habría habido un período de tiempoinfinito anterior a cualquier acontecimiento, lo que él consideraba absurdo. El argumento en prode la antítesis era que si el universo hubiera tenido un principio, habría habido un período detiempo infinito anterior a él, y de este modo, ¿por qué habría de empezar el universo en un tiempoparticular cualquiera? De hecho, sus razonamientos en favor de la tesis y de la antítesis sonrealmente el mismo argumento. Ambos están basados en la suposición implícita de que el tiempocontinúa hacia atrás indefinidamente, tanto si el universo ha existido desde siempre como si no.Como veremos, el concepto de tiempo no tiene significado antes del comienzo del universo. Estoya había sido señalado en primer lugar por san Agustín. Cuando se le preguntó: ¿Qué hacía Diosantes de que creara el universo?, Agustín no respondió: estaba preparando el infierno paraaquellos que preguntaran tales cuestiones. En su lugar, dijo que el tiempo era una propiedad deluniverso que Dios había creado, y que el tiempo no existía con anterioridad al principio deluniverso.Cuando la mayor parte de la gente creía en un universo esencialmente estático e inmóvil, lapregunta de si éste tenía, o no, un principio era realmente una cuestión de carácter metafísico oteológico. Se podían explicar igualmente bien todas las observaciones tanto con la teoría de queel universo siempre había existido, como con la teoría de que había sido puesto en funcionamientoen un determinado tiempo finito, de tal forma que pareciera como si hubiera existido desdesiempre. Pero, en 1929, Edwin Hubble hizo la observación crucial de que, donde quiera que unomire, las galaxias distantes se están alejando de nosotros. O en otras palabras, el universo se estáexpandiendo. Esto significa que en épocas anteriores los objetos deberían de haber estado másjuntos entre sí. De hecho, parece ser que hubo un tiempo, hace unos diez o veinte mil millones deaños, en que todos los objetos estaban en el mismo lugar exactamente, y en el que, por lo tanto,la densidad del universo era infinita. Fue dicho descubrimiento el que finalmente llevó la cuestióndel principio del universo a los dominios de la ciencia.Las observaciones de Hubble sugerían que hubo un tiempo, llamado el big bang [gran explosióno explosión primordial], en que el universo era infinitesimalmente pequeño e infinitamente denso.Bajo tales condiciones, todas las leyes de la ciencia, y, por tanto, toda capacidad de prediccióndel futuro, se desmoronarían. Si hubiera habido acontecimientos anteriores a este no podríanafectar de ninguna manera a lo que ocurre en el presente. Su existencia podría ser ignorada, yaque ello no extrañaría consecuencias observables. Uno podría decir que el tiempo tiene su origenen el big bang, en el sentido de que los tiempos anteriores simplemente no estarían definidos. Esseñalar que este principio del tiempo es radicalmente diferente de aquellos previamenteconsiderados. En un universo inmóvil, un principio del tiempo es algo que ha de ser impuesto porun ser externo al universo; no existe la necesidad de un principio. Uno puede imaginarse que Dioscreó el universo en, textualmente, cualquier instante de tiempo. Por el contrario, si el universo seestá expandiendo, pueden existir poderosas razones físicas para que tenga que haber un principio.Uno aún se podría imaginar que Dios creó el universo en el instante del big bang, pero no tendríasentido suponer que el universo hubiese sido creado antes del big bang. ¡Universo en expansiónno excluye la existencia de un creador, pero sí establece límites sobre cuándo éste pudo haberllevado a cabo su misión!

Para poder analizar la naturaleza del universo, y poder discutir cuestiones tales como si ha habidoun principio o si habrá un final, es necesario tener claro lo que es una teoría científica.Consideremos aquí un punto de vista ingenuo, en el que una teoría es simplemente un modelo deluniverso, o de una parte de él, y un conjunto de reglas que relacionan las magnitudes del modelocon las observaciones que realizamos. Esto sólo existe en nuestras mentes, y no tiene ningunaotra realidad (cualquiera que sea lo que esto pueda significar). Una teoría es una buena teoríasiempre que satisfaga dos requisitos: debe describir con precisión un amplio conjunto deobservaciones sobre la base de un modelo que contenga sólo unos pocos parámetros arbitrarios,y debe ser capaz de predecir positivamente los resultados de observaciones futuras. Por ejemplo,la teoría de Aristóteles de que todo estaba constituido por cuatro elementos, tierra, aire, fuego yagua, era lo suficientemente simple como para ser cualificada como tal, pero fallaba en que norealizaba ninguna predicción concreta. Por el contrario, la teoría de la gravedad de Newton estababasada en un modelo incluso más simple, en el que los cuerpos se atraían entre sí con una fuerzaproporcional a una cantidad llamada masa e inversamente proporcional al cuadrado de la distanciaentre ellos, a pesar de lo cual era capaz de predecir el movimiento del Sol, la Luna y los planetascon un alto grado de precisión.Cualquier teoría física es siempre provisional, en el sentido de que es sólo una hipótesis: nuncase puede probar. A pesar de que los resultados de los experimentos concuerden muchas veces conla teoría, nunca podremos estar seguros de que la próxima vez el resultado no vaya a contradecirla.Sin embargo, se puede rechazar una teoría en cuanto se encuentre una única observación quecontradiga sus predicciones. Como ha subrayado el filósofo de la ciencia Karl Popper, una buenateoría está caracterizada por el hecho de predecir un gran número de resultados que en principiopueden ser refutados o invalidados por la observación. Cada vez que se comprueba que un nuevoexperimento está de acuerdo con las predicciones, la teoría sobrevive y nuestra confianza en ellaaumenta. Pero si por el contrario se realiza alguna vez una nueva observación que contradiga lateoría, tendremos que abandonarla o modificarla.O al menos esto es lo que se supone que debe suceder, aunque uno siempre puede cuestionar lacompetencia de la persona que realizó la observación.En la práctica, lo que sucede es que se construye una nueva teoría que en realidad es una extensiónde la teoría original. Por ejemplo, observaciones tremendamente precisas del planeta Mercuriorevelan una pequeña diferencia entre su movimiento y las predicciones de la teoría de la gravedadde Newton. La teoría de la relatividad general de Einstein predecía un movimiento de Mercurioligeramente distinto del de la teoría de Newton. El hecho de que las predicciones de Einstein seajustaran a las observaciones, mientras que las de Newton no lo hacían, fue una de lasconfirmaciones cruciales de la nueva teoría. Sin embargo, seguimos usando la teoría de Newtonpara todos los propósitos prácticos ya que las diferencias entre sus predicciones y las de larelatividad general son muy pequeñas en las situaciones que normalmente nos incumben. (¡Lateoría de Newton también posee la gran ventaja de ser mucho más simple y manejable que la deEinstein!)El objetivo final de la ciencia es el proporcionar una única que describa correctamente todo eluniverso. Sin embargo, el método que la mayoría de los científicos siguen en realidad es el deseparar el problema en dos partes. Primero, están las leyes que nos dicen cómo cambia el universocon el tiempo. (Si conocemos cómo es el universo en un instante dado, estas leves físicas nosdirán cómo será el universo en cualquier otro posterior.) Segundo, está la cuestión del estadoinicial del universo. Algunas personas creen que la ciencia se debería ocupar únicamente de laprimera parte: consideran el tema de la situación inicial del universo como objeto de la metafísicao la religión. Ellos argumentarían que Dios, al ser omnipotente, podría haber iniciado el universode la manera que más le hubiera gustado. Puede ser que sí, pero en ese caso él también haberlohecho evolucionar de un modo totalmente arbitrario. En cambio, parece ser que eligió hacerlo

evolucionar de una manera muy regular siguiendo ciertas leyes. Resulta, así pues, igualmenterazonable suponer que también hay leyes que gobiernan el estado inicial.Es muy difícil construir una única teoría capaz de describir todo el universo. En vez de ello, nosvemos forzados, de momento, a dividir el problema en varias partes, inventando un cierto númerode teorías parciales. Cada una de estas teorías parciales describe y predice una cierta claserestringida de observaciones, despreciando los efectos de otras cantidades, o representando éstaspor simples conjuntos de números. Puede ocurrir que esta aproximación sea completamenteerrónea. Si todo en el universo depende de absolutamente todo el resto de él de una manerafundamental, podría resultar imposible acercarse a una solución completa investigando partesaisladas del problema. Sin embargo, este es ciertamente el modo en que hemos progresado en elpasado. El ejemplo clásico es de nuevo la teoría de la gravedad de Newton, la cual nos dice quela fuerza gravitacional entre dos cuerpos depende únicamente de un número asociado a cadacuerpo, su masa, siendo por lo demás independiente del tipo de sustancia que forma el cuerpo.Así, no se necesita tener una teoría de la estructura y constitución del Sol y los planetas para poderdeterminar sus órbitas.Los científicos actuales describen el universo a través de dos teorías parciales fundamentales: lateoría de la relatividad general y la mecánica cuántica. Ellas constituyen el gran logro intelectualde la primera mitad de este siglo. La teoría de la relatividad general describe la fuerza de lagravedad y la estructura a gran escala del universo, es decir, la estructura a escalas que van desdesólo unos pocos kilómetros hasta un billón de billones (un 1 con veinticuatro ceros detrás) dekilómetros, el tamaño del universo observable. La mecánica cuántica, por el contrario, se ocupade los fenómenos a escalas extremadamente pequeñas, tales como una billonésima de centímetro.Desafortunadamente, sin embargo, se sabe que estas dos teorías son inconsistentes entre sí: ambasno pueden ser correctas a la vez. Uno de los mayores esfuerzos de la física actual, y el temaprincipal de este libro, es la búsqueda de una nueva teoría que incorpore a las dos anteriores: unateoría cuántica de la gravedad. Aún no se dispone de tal teoría, y para ello todavía puede quedarun largo camino por recorrer, pero sí se conocen muchas de las propiedades que debe poseer. Encapítulos posteriores veremos que ya se sabe relativamente bastante acerca de las prediccionesque debe hacer u

Capítulo 8. El origen y destino del Universo Capítulo 9. La flecha del tiempo Capítulo 10. Agujeros de gusano y viajes en el tiempo Capítulo 11. La unificación de la Física Capítulo 12. Conclusión . Glosario . Agradecimientos y acerca del autor Prólogo Yo no escribí el prólogo a la edición original de Breve Historia del Tiempo. Esto .