SI ESTO ES UN HOMBRE: GUÍA De LECTURA - LECTURAS DEL HOLOCAUSTO

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SI ESTO ES UN HOMBRE:GUÍA de LECTURA0

Imaginemos ahora un hombre a quien, además de a sus personas amadas, se le quitan la casa, lascostumbres, las ropas, todo, literalmente todo lo que posee: será un hombre vacío, reducido al sufrimiento yla necesidad, falto de dignidad y de juicio, porque a quien lo ha perdido todo fácilmente le sucede perderse así mismo; hasta tal punto que se podrá decidir sin remordimiento su vida o su muerte prescindiendo decualquier sentimiento de afinidad humana; en el caso más afortunado, apoyándose meramente en lavaloración de su utilidad. Comprenderéis ahora el doble significado del término «Campo de aniquilación», yveréis claramente lo que queremos decir con esta frase: yacer en el fondo(Primo Levi, Si esto es un hombre)Al contrario que otros testimonios de la barbarie nazi, escritos años eincluso décadas después de los hechos, Si esto es un hombre se redactó encaliente, a los pocos meses del regreso de Auschwitz. Sin embargo, el propioautor lo consideraba una obra literaria antes que testimonial. La obra de Levi,en efecto, no nos cuenta nada que no conozcamos por otros testimonios másdetallados y truculentos. No hay que buscar ahí su valor. A pesar de tratar sólode hechos reales, de no contener ficción, Si esto es un hombre es una obramaestra de la literatura. Su autor siempre se consideró escritor, no meramentetestigo.¿Cuál es la diferencia entre uno y otro? Detengámonos en la primera palabradel magistral párrafo anterior, porque en ella se encuentra lo que los distingue:«Imaginemos». A diferencia del testigo, que trata de dar una relación lo másprecisa, objetiva y ordenada posible de los hechos vividos o contemplados, elautor literario asume desde el principio que su misión no es informar, sinotransmitir. ¿Transmitir qué? Transmitir justamente aquello que es imposiblecomunicar, lo que sólo conoce quien lo ha vivido en propia carne. Se trata deun abismo que sólo puede salvarse a partir de experiencias comunes entre ellector y el escritor. Pero ¿cómo transmitir una experiencia radicalmente inéditaque muy pocos de los lectores conocen o llegarán a conocer? ¿Cómocomunicar con las mismas palabras que todos usamos a diario paraexperiencias cotidianas muy distintas el horror de un infierno como no se havivido antes?El atestado policial, el informe escrupuloso, el testimonio se revelaimpotente cuando se trata de Auschwitz. Sencillamente no sirve. Debemoslevantarnos de la silla, darle la espalda al notario que nos toma declaración yencerrarnos en un cuarto, tomar distancia. Y entonces reconstruir, reflexionar,recordar otras lecturas, otros infiernos literarios, inventar un nuevo lenguajepara una realidad nunca vista, utilizando para ello todos los recursos retóricosa nuestro alcance: la vida de los insectos, Robinson Crusoe, Pulgarcito, la DivinaComedia o Los novios de Manzoni. «Imaginemos», reprimamos el lamento, elsollozo, la lástima, cualquier patetismo; descendamos a este nuevo infierno dela mano de su guía, como hizo Dante con Virgilio en el otro infierno, porqueaunque este sea real, no tenemos herramientas mejores para comprenderloque las que ya utilizó Dante: «imaginemos» 1

1. BIOGRAFÍAPrimo Levi nace el 31 de julio de 1919 en Turín, en la misma casa donde viviría casi todasu vida y en donde se suicidaría: 75 Corso Re Umberto. Pertenecía a una familia judíaacomodada, culta y liberal. El padre era ingeniero. El joven Levi era el mayor de doshermanos; su hermana Anna Maria nació en 1921. Primo era menudo y delgado (hasta suhermana menor era más alta que él), muy poquita cosa y de carácter apocado, peroexcelente estudiante. En la secundaria, era el más joven, pequeño y listo de la clase, lo que,unido a su condición de judío, propició que los compañeros le hicieran objeto de acoso.Aunque la familia no era especialmente religiosa, estudió dos años en la escuela talmúdica ya los 13 años pasó su Bar Mitzvah, la ceremonia judía de iniciación religiosa, equivalente anuestra Primera Comunión. A los 14 años ingresa en el liceo clásico Massimo d’Azeglio,donde dan clases conocidos antifascistas, como Norberto Bobbio o Cesare Pavese. Levicontinuó siendo objeto de acoso en el instituto.En 1937 entra en la facultad de química de Turín. Por esas fechas se agrava ladiscriminación contra los judíos por parte del régimen fascista de Mussolini con lapromulgación de las leyes raciales italianas de 1938. Pierden sus derechos civiles, se lesexpulsa de la funciónpública y se lesprohíbe el acceso a launiversidad, aunque alos que ya están, comoLevi, se les permiteacabar sus estudios.Guiado por su amigoSandroDelmastro,compañero de losestudios de química,afiliado a la resistenciapartisana y que seríaasesinado en 1944,Levi se aficiona almontañismodesde1939.Levi en 1943, antes de sudetenciónEn junio de 1940, Italia declara la guerra a los Aliados, el padre enferma de cáncer ycomienzan los bombardeos sobre Turín. Levi se gradúa en 1941, pero las leyes raciales leimpedirán encontrar un trabajo fijo como químico. En diciembre de 1941 Primo Levi escontratado bajo un nombre falso para trabajar como químico en una mina de extracción deníquel, en un pueblo a las afueras de Turín, San Vittore.Mientras está empleado en la mina, muere su padre en marzo de 1942. En junio entra atrabajar en Milán para una compañía farmacéutica suiza a la que no afectan las leyesraciales. En julio de 1943 el rey Vittorio Emanuele III depone a Mussolini y nombra unnuevo gobierno bajo el mando del mariscal Badoglio, con la misión de firmar la paz con losAliados. Tras la firma del armisticio el 8 de septiembre de 1943, Alemania invade el norte ycentro de Italia, libera a Mussolini y lo pone al frente de la República títere de Saló(República Social Italiana). Comienza entonces la persecución de los judíos y la madre yhermana de Levi se refugian en pueblos de la zona. Primo Levi se une a ellas en el Valle2

d’Aosta. Poco después, y junto con otros compañeros, forma un grupo de partisanos en lasestribaciones de los Alpes en octubre de 1943. Mal equipados y peor entrenados, caen enmanos de la Milicia fascista en diciembre de ese año. Levi es arrestado la noche del 13 dediciembre en Valle d’Aosta. Ante la amenaza de ser fusilado por partisano, se declara judíoy es enviado al campo de Fossoli, cerca de Modena, en enero de 1944. Tras pasar a manosalemanas, comienzan las deportaciones desde Fossoli y Levi es enviado a Auschwitz el 21de febrero de 1944, donde pasará once meses en el campo de Buna-Monowitz (AuschwitzIII), hasta la liberación por los rusos el 27 de enero de 1945. De los 650 deportadositalianos con los que viajó el escritor, sólo sobrevivirían 24.A su llegada a Auschwitz fue tatuado con el número 174517. Sabe algo de alemánaprendido en los libros de química y aprende más a marchas forzadas pagando suslecciones con raciones de pan. El alemán es una herramienta imprescindible desupervivencia, casi tan importante como la comida. Tras nueve meses de los trabajos másduros, en noviembre de 1944 Levi consigue entrar como ayudante químico en la fábrica deBuna (goma sintética). Gracias a ello, trabajará a cubierto durante las semanas más crudasdel invierno polaco, lo que probablemente le salve la vida. En el laboratorio se le ofrece porañadidura la posibilidad de llevar a cabo pequeños hurtos de valioso material delaboratorio, lo que le permitirá mercadear en el mercado negro y obtener más comida.Poco antes de la liberación del campo, Levi cae enfermo de escarlatina y es internado enel barracón de infecciosos. La llegada adelantada de los rusos y la huida precipitada de losalemanes impiden la liquidación de los últimos presos (aquellos que no han podido evacuarel campo en las llamadas marchas de lamuerte) por parte de los SS, comoestaba previsto y Levi ya se habíaresignado a esperar. La enfermedad lelibraría a Levi de seguir el destino de lamayoría de los que participaron en laevacuación, muertos de agotamiento yasesinados en las cunetas de loscaminos.De izquierda a derecha: Lisa Morpurgo, mujerde Levi; Primo Levi y su hermana Anna Maria,en 1947, año de la publicación del libroTras la liberación, comenzaría lalarga odisea del retorno a casa―narrada por Levi en La tregua―, en laque invertiría desde finales de enero de1945 hasta el 19 de octubre del mismoaño, día en que llegó por fin a Turín.Allí le esperaban su madre y suhermana,quehabíanlogradosobrevivir escondiéndose en pueblosde alrededor.Primo es el único sostén de lafamilia en la empobrecida Italia deposguerra y ya el 21 de enero de 1946obtiene un empleo en una fábrica depinturas (la DUCO, perteneciente alemporio americano Du Pont) situada alas afueras de Turín. Allí empieza a3

escribir sus recuerdos de Auschwitz, apenas un año después de ser liberado del campo. Unaño más tarde, en enero de 1947, Levi pasea el manuscrito ya concluido por variaseditoriales. Rechazado por Einaudi por consejo de la escritora y amiga Natalia Ginzburg,sería aceptado finalmente por una pequeña editorial de vanguardia (De Silva).En junio de 1947, Levi se despide de la fábrica y monta un pequeño taller químico juntocon su amigo Alberto Salmoni en la casa de este último. En septiembre de 1947, se casacon Lucia Morpurgo, una amiga de la adolescencia, y en octubre salen de imprenta los 2000ejemplares de Si esto es un hombre, de los que sólo se venderían 1500 y que pasará casidesapercibido, pese a una buena crítica de Italo Calvino. En la primavera de 1948, despuésde que su mujer quede embarazada, Levi busca un trabajo seguro y entra en la fábrica depinturas SIVA, en donde permanecerá ya hasta su jubilación. En octubre de 1948 nace suhija Lisa. En 1950 el competente químico que fue Levi es ascendido a director técnico de lacompañía. En calidad de tal efectuó numerosos viajes a Alemania, donde se encontró conantiguos nazis a los que no les ocultaba su estancia en Auschwitz. Levi se implica desde losaños 50 en organizaciones que tratan de preservar la memoria de las víctimas delHolocausto y en 1954 visita Buchenwald. En 1957 nace su hijo Renzo, llamado así enhonor de uno de sus salvadores, Lorenzo Perrone, muerto unos años antes alcoholizado ytraumatizado por lo que había vivido.Por fin en 1958 Einaudi decide reeditar Si esto es un hombre, que entonces sí, se convierteen un éxito y se traduce al inglés y al alemán.En 1963 publica La tregua, su segundo libro después de 16 años. Para entonces lareputación de Levi va en aumento, pero como le sucedía en Auschwitz, la mejora de lasituación personal relaja también los mecanismos de defensa y permite que los traumasafloren: Levi sufre su primer episodio grave de depresión. Lo cual no le impide una vidaactiva; el químico-escritor viaja, escribe artículos, dicta conferencias. Por esos años publicaun par de libros de relatos de ciencia-ficción, Storie naturali (Historias naturales, 1966) y Viziode forma (Defecto de forma, 1971), bajo el pseudónimo de Damiano Malabaila. En 1974 (con55 años) se retira parcialmente de su trabajo de químico para dedicar más tiempo a laescritura.Su trabajo de escritor prosigue desde entonces a un ritmo constante de publicaciones. En1975 edita una serie de relatos autobiográficos, El sistema periódico, unánimemente alabadospor la crítica (en 2006, la Royal Institution de Gran Bretaña lo declararía el mejor libro deciencia jamás publicado), y tres años más tarde, en 1978, su primera novela, La llave estrella,una especie de epopeyalaboral, ambientada enuna fábrica rusa de laFiat, y que le valdría elimportantepremioStrega. De 1984 es susegunda novela (o segúnalgunos que consideranLa llave estrella unacolección de relatos, suprimera), Si ahora no,cuándo, sobre un grupode la resistencia judíadurante la SegundaGuerra Mundial.Primo Levi con estudiantesdel instituto Roselli, 19794

En 1985 escribe la introducción a las memorias del comandante de Auschwitz, RudolfHöss. De ese mismo año es la publicación de una recopilación de sus artículos para LaStampa, el diario turinés, titulada L’altrui mestiere (Los oficios de los otros). En su última obra,Los hundidos y los salvados, publicada un año antes de su muerte, en 1986, vuelve al tema delHolocausto, pero esta vez desde un punto de vista reflexivo más que narrativo. Allí analizalos diferentes comportamientos de los encerrados en Auschwitz, en especial los de aquellasvíctimas que, en su degradación, se acercaban a la vileza de los verdugos, y que Levidenominó con una expresión que ha hecho fortuna: «la zona gris». La supervivencia acualquier precio, al margen de toda consideración moral, convertía finalmente a las víctimasen una parodia de sus verdugos. De ahí la demoledora conclusión del autor: «Nosobrevivieron los mejores».Levi mantuvo una incansable labor didáctica sobre la memoria del Holocausto, visitandoa lo largo de los años más de 130 centros escolares, donde impartía charlas y respondía a laspreguntas de los alumnos. Siempre se mostró combativo contra cualquier intento deminimizar o negar la realidad del genocidio nazi. En uno de sus últimos artículos, «Agujeronegro de Auschwitz», criticaba con dureza a los historiadores revisionistas que pretendíanatenuar la vileza nazi equiparándola a otras represiones, en especial al Gulag soviético. Levise mostró terminante: el genocidio nazi fue una infamia única, sin punto de comparacióncon ninguna otra, no sólo por su magnitud sino por su finalidad: la aniquilación completade todo un pueblo, sin excluir a los niños. Incluso con toda su brutalidad, los verdugos delGulag seguían considerando seres humanos a los enemigos que pretendían someter. Elverdadero crimen de los nazis fue negar toda humanidad a judíos, gitanos y otras categoríasraciales «inferiores», como subrayaban hasta en el método de exterminarlos fumigándoloscomo a insectos. «La manera elegida para la exterminación (al cabo de minuciososexperimentos) era ostensiblemente simbólica. Había que usar, y se usó, el mismo gasvenenoso que se usaba para desinfectar las estibas de los barcos y los locales infestados dechinches o piojos. A lo largo de los siglos se inventaron muertes más atormentadoras, peroninguna tan cargada de vilipendio y desdén»1 (239) .No menos crítico se mostró con ciertas actuaciones de Israel, como la ocupación del surdel Líbano o la matanza de Sabra y Chatila. «Cualquiera puede ser judío para algún otro»,manifestó a un periódico en 1982, «y hoy día los palestinos son los judíos de los israelíes».Muchos judíos le acusaron de traicionar a su pueblo, pero Levi nunca ejerció una judeidadcomplaciente. Como Jean Améry, Imre Kertész y tantos otros judíos laicos, fue Auschwitzquien le «convirtió» en judío, una condición a la que, ni antes ni después del Lager, concedióexcesiva trascendencia. Un judío, solía declarar, es sólo alguien queno debería comer salami pero lo come de todas formas.Levi murió el 11 de abril de 1987, a los 67 años, al caer por elhueco de la escalera de su casa desde la tercera planta en que vivía.Dado su historial de depresiones, agudizadas en los últimos tiempos,muchos ―entre ellos la policía― dieron por hecho que se trató de unsuicidio; aunque también hubo amigos que lo pusieron en duda,arguyendo que el escritor se encontraba animado en esos días y condiversos proyectos, además de que la forma impulsiva y truculentade morir no concordaba con su carácter discreto; a lo que habría queañadir todavía la posibilidad de que sufriera un mareo debido a lamedicación antidepresiva que tomaba. «Primo Levi murió enAuschwitz cuarenta años más tarde», declaró Elie Wiesel.La edición citada es: Primo Levi, Trilogía de Auschwitz (contiene: Si esto es un hombre, La tregua, Los hundidos y lossalvados), Barcelona, El Aleph, 2009. Entre paréntesis el número de página.15

2. SI ESTO ES UN HOMBRE: ESTILO Y TEMASLa originalidad de Si esto es un hombre proviene de su cruce de varios géneros: contienealgo de novela de formación, de informe antropológico y casi zoológico, de literatura dememorias y también de reflexión filosófica y moral a la manera de un Montaigne, sinterminar de pertenecer a ninguno de estos géneros. Tiene también de novela de aventuras ysupervivencia, al estilo de Robinson Crusoe, e incluso contiene una parte de cuento infantil,donde un personaje débil y vulnerable, una especie de Pulgarcito, logrará sobreponerse consu astucia a los ogros nazis.Hay una cosa, sin embargo, que desde el principio se niega a ser y que tanto abunda en laliteratura del Holocausto: una obra que explote el morbo y la truculencia: «No lo he escritocon intención de formular nuevos cargos; sino más bien de proporcionar documentaciónpara un estudio sereno de algunos aspectos del alma humana» (27). Levi rehúye lavictimización desde la primera frase: «Tuve la suerte de no ser deportado a Auschwitz hasta1944» (27). En contra de lo esperado, comienza no lamentándose, sino congratulándose desu suerte.También desde el principio señala con claridad la raíz de todo mal político: aquellos(«individuos o pueblos») que piensan que «todo extranjero es un enemigo». Cuando esteprejuicio se convierte en doctrina, «entonces, al final de la cadena está el Lager» (27). Levino limita el mal simplemente a los judíos y el antisemitismo, sino que lo generaliza acualquier discriminación contra el diferente, del que el antisemitismo sería tan sólo un caso.En el apéndice de 1976 se muestra aún más explícito:La aversión contra los judíos, impropiamente llamada antisemitismo, es un caso particular de unfenómeno más vasto: la aversión contra quien es diferente a uno. No hay duda de que se trata, ensus orígenes, de un hecho zoológico: los animales de una misma especie pero de grupos distintosmanifiestan entre sí fenómenos de intolerancia (233-234).El autor advierte también de que su obra, aunque memorialística, persigue un propósitomuy claro de actualidad, pues el prejuicio asesino no está en absoluto erradicado: «Lahistoria de los campos de concentración debería ser entendida por todos como unasiniestra señal de peligro» (27).Pero sin duda la primera motivación del libro es personal: la urgencia de expresarse«como una liberación interior» (28); la «necesidad de hablar a “los demás”, de hacer que“los demás” supiesen ». «De aquí su carácter fragmentario: sus capítulos han sidoescritos no en una sucesión lógicasino por su orden de urgencia».Estación de Carpi, desde donde partió eltren que llevó a Levi y a los otros 650deportados del campo de Fossoli hastaAuschwitz6

NOVELA DE FORMACIÓNLos pasajes más personales del libro proceden del esquema de la novela de formación oaprendizaje (la Bildungsroman), en el que el ingenuo protagonista afronta una azarosainiciación (título precisamente de uno de los capítulos) a una realidad que le desborda. Enellos se dibuja la evolución que conduce del joven frágil e inexperto del principio, a quiennadie concede muchas posibilidades de sobrevivir, hasta el prisionero curtido del final, queha logrado superar incontables peligros y ha aprendido a manejarse en el campo como elque más.He aquí el autorretrato que Levi nos entrega de ese joven sensible y vulnerable que era alingreso en Auschwitz:Tenía veinticuatro años, poco juicio, ninguna experiencia, y una inclinación decidida, favorecida porel régimen de segregación al que estaba reducido desde hacía cuatro años por las leyes raciales, avivir en un mundo poco real, poblado por educados fantasmas cartesianos, sinceras amistadesmasculinas y lánguidas amistades femeninas. Cultivaba un sentido de la rebelión moderado yabstracto (31).No es desde luego el perfil más adecuado para aguantar las terribles condiciones delLager, como enseguida averiguaría: « nadie quiere trabajar conmigo, porque soy débil ydesmañado » (67). Al poco, Levi se hiere en un pie y le envían a la enfermería, donde seentera de que «son pocos los que están allí más de dos semanas y nadie más de dos meses:dentro de estos límites tenemos que curarnos o morirnos» (70). Por si aún no lo tiene claro,un enfermero polaco le da por acabado: «tú, judío, ya estás listo, en seguida al crematorio»(74).Esas y otras experiencias cruciales le irán abriendo los ojos a una realidad inédita, comojamás se ha visto en ningún lado, y para la que no existe, por tanto, ningún punto decomparación:Y precisamente: empujado por la sed le he echado la vista encima a un gran carámbano que habíapor fuera de una ventana al alcance de la mano. Abrí la ventana, arranqué el carámbano, peroinmediatamente se ha acercado un tipo alto y gordo que estaba dando vueltas afuera y me lo haarrancado brutalmente.―Warum? ―le pregunté en mi pobre alemán.―Hier ist kein warum (aquí no hay ningún porqué) ―me contestó, echándome dentro de unempujón.La explicación es sencilla aunque revuelva el estómago: en este lugar está prohibido todo, no porninguna razón oculta sino porque el campo se ha creado para ese propósito. Si queremos seguirviviendo tenemos que aprenderlo rápidamente. (50)Hay pocas estrategias que oponer a esta vorágine que arrastra a los presos desde el primersegundo y apenas hay tiempo para aprenderlas: recuérdese que la media de supervivenciade los recién llegados era de tres meses. Acaso el único recurso que quede sea el que lecuenta un veterano, Steinlauf, antiguo sargento del ejército austro-húngaro, que le predicala conveniencia de mantener la disciplina y no dejarse llevar: que para vivir es importante esforzarse por salvar al menos el esqueleto, la armazón, la forma dela civilización. Que somos esclavos, sin ningún derecho, expuestos a cualquier ataque, abocados auna muerte segura, pero que nos ha quedado una facultad y debemos defenderla con todo nuestrovigor porque es la última: la facultad de negar nuestro consentimiento. Debemos, por consiguiente,lavarnos la cara sin jabón, en el agua sucia, y secarnos con la chaqueta. Debemos dar betún a loszapatos no porque lo diga el reglamento sino por dignidad y por limpieza. Debemos andar derechos,sin arrastrar los zuecos, no ya en acatamiento de la disciplina prusiana sino para seguir vivos, para noempezar a morir (64-65).7

Sólo un milagro puede salvarle y esta casualidad, sin ninguna relación con el mérito,sucede un día: cuando Levi desespera ya de poder sobrevivir, le llaman para trabajar en ellaboratorio:Aunque no pensamos más que unos minutos al día, y de una manera despegada y exterior,sabemos bien que vamos a acabar en la selección. Yo sé que no soy del paño de los que aguantan,soy demasiado culto, pienso todavía demasiado, me consumo en el trabajo. Y ahora sé también queme salvaré si me convierto en Especialista, y me convertiré en Especialista si supero un examen dequímica (135).Por lo que parece, pues, la suerte, llegada por caminos insospechados, ha hecho que nosotros tres,objeto de envidia para diez mil condenados, no tengamos este invierno ni frío ni hambre. Estosignifica grandes posibilidades de no enfermar de gravedad, de salvarse de la congelación, de superarlas selecciones (176).El último capítulo del libro, «Historia de diez días», escrito en forma de diario, tienemucho de relato de náufrago perdido en una isla desierta. El 11 de enero de 1945, con losrusos a las puertas de Auschwitz, Levi es ingresado en la enfermería con escarlatina. Apesar de que la prudencia aconseja marcharse con todos cuando se anuncia la evacuacióndel campo, el enfermo está demasiado débil para caminar. Cuenta con que los alemanesliquidarán a los que no puedan evacuar el campo.Los prisioneros evacuan el campo el 18 de enero de 1945: «Debían de ser cerca de veintemil, procedentes de varios campos. En su casi totalidad desaparecieron durante la marchade evacuación: Alberto entre ellos. Quizás alguien escriba un día su historia» (193).En la enfermería permanecen unos 800 enfermos; en el pabellón de infecciosos de Levison once: «Extinguido el ritmo de la gran máquina del Lager, empezaron para nosotros diezdías fuera del mundo y del tiempo» (193).A partir de aquí, el capítulo está escrito en forma de diario, día por día. Un bombardeoaéreo en la noche del 18 de enero hace huir a los últimos SS, antes de que tengan tiempo deliquidar a los enfermos. Con ayuda de dos prisioneros franceses civiles en buena formaaunque con escarlatina, Levi provee al barracón de una estufa y de patatas. Pese a la durezadel invierno polaco, la nieve les proporciona agua e impide que se propaguen lasinfecciones y el hedor:Aun sufriendo con el frío, que seguía siendo muy intenso, pensábamos horrorizados en lo quehabría sucedido si se nos hubiese echado encima el deshielo: las infecciones se habrían extendido sinobstáculos, el hedor se habría hecho sofocante y, además, una vez disuelta la nieve, nos habríamosquedado definitivamente sin agua (203).El peligro continúa el 22 de enero: un grupo de SS en desbandada penetran en el campoy ajustician a quien encuentran. Por el campo deambulan como fantasmas los enfermoshambrientos y hay numerosos cadáveres tirados por todos lados. El día 23, Levi y sucompañero francés salen por primera vez fuera del campo a buscar un silo de patatas.Aunque teóricamente libres, nadie está en condiciones de alegrarse. Todos se hallan muydebilitados y los enfermos siguen muriendo: «Yacíamos en un mundo de muertos y delarvas. La última huella de civismo había desaparecido alrededor de nosotros y dentro denosotros.» (212).A pesar de que todo acabe bien, no se trata, sin embargo, de un canto al emprendedor y ala astucia, al estilo de Robinson Crusoe. Levi deja muy claro que su supervivencia dependió enbuena parte del puro azar y de la ayuda providencial de algunas personas. Fue nada másque suerte que evitase la marcha de la muerte debido a una oportuna enfermedad. Fuetambién un azar improbable que los SS se asustasen y huyesen del campo antes de liquidara los que se habían quedado, como estaba previsto. Levi lo advierte más de una vez: nosobrevivieron los mejores, ni siquiera los más fuertes.8

INFORME CIENTÍFICOLos pasajes más objetivos y descriptivos de la obra pertenecen al género del informecientífico. Y ello tiene su justificación: el Lager fue concebido como un enorme laboratoriodel comportamiento humano sometido a condiciones extremas: «el Lager ha sido, también ynotoriamente, una gigantesca experiencia social y biológica» (117). Levi era químico yestaba acostumbrado a utilizar un lenguaje aséptico e impersonal, que nunca va más allá delos hechos. Es el lenguaje que mejor puede reflejar el método industrial y «científico» deexterminio que implantaron los nazis.Se trata sin duda de un informe sociológico de lo más exhaustivo, que abarca todos losaspectos de una comunidad. En primer lugar el económico, como en el octavo capítulo,«Más acá del bien y del mal», de irónico título nietzscheano, que contiene un análisisdetallado del trapicheo y el mercado negro en el campo. Al final del capítulo, lleno dehurtos y cambalaches, Levi se pregunta «cuánto de nuestro mundo moral normal podríasubsistir más allá de la alambrada de púas» (116).También encontramos una descripción del aspecto urbanístico o geográfico, no exentode cierta lírica inhumana: la Buna es desesperada yesencialmente opaca y gris.Este desmesurado enredo dehierro, de cemento, de barro yde humo es la negación de labelleza [ ] Dentro de surecinto no crece una brizna dehierba, y la tierra estáimpregnada por los jugosvenenosos del carbón y delpetróleo, y nada más que lasmáquinas y los esclavos estánvivos: y más aquéllas queéstos. La Buna es grandecomo una ciudad; allítrabajan, además de losdirigentes y los técnicosalemanes,cuarentamilextranjeros, y se hablanquince o veinte idiomas»(100-101).Levi contempla todas las particularidades del campo, desde lo más amplio, como es lacompleja distribución y organización de los diversos subcampos de Auschwitz, hasta eltrazado de los barracones: el imperio concentracionario de Auschwitz no estaba formado por un solo Lager, sino por unoscuarenta: el campo de Auschwitz propiamente dicho se alzaba en la periferia de la pequeña ciudaddel mismo nombre (Oswiecim, en polaco), tenía capacidad para unos veinte mil prisioneros y, porasí decir, era la capital administrativa del conjunto; además estaba el Lager (o más exactamente elgrupo de Lager: según la época) de Birkenau, que llegó a contener sesenta mil prisioneros, de loscuales cuarenta mil eran mujeres y en los que funcionaban las cámaras de gas y los hornoscrematorios; y finalmente un número continuamente variable de campos de trabajo, alejados de la“capital” hasta cientos de kilómetros: mi campo, llamado Monowitz, era el más grande de éstos yhabía llegado a tener doce mil prisioneros. Estaba a unos siete kilómetros de Auschwitz» (226,apéndice de 1976)Los Blocks comunes de viviendas están divididos en dos locales; en uno (Tagesraum) vive el jefe delbarracón con sus amigos; tienen una mesa larga, sillas, bancos; por todas partes un montón de9

objetos extraños de colores vivos, fotografías, recortes de revistas, dibujos, flores artificiales,bibelots; grandes letreros en la pared, proverbios y aleluyas que encomian el orden, la disciplina, lahigiene; en un rincón, una vitrina con los instrumentos del Blockfrisör (el barbero autorizado), loscucharones para repartir la sopa y dos vergajos de goma, el lleno y el vacío, para mantener la mismadisciplina. El otro local es el dormitorio; en él no hay que ciento cuarenta y ocho literas de tres pisos,dispuestas apretadamente como las celdas de una colmena, de modo que se aprovechen todos losmetros cúbicos del espacio, hasta el techo, y separadas por tres pasillos; aquí viven los Häftlinge[prisioneros] corrientes, doscientos o doscientos cincuenta por barracón, por consiguiente dos enuna buena parte de cada una de las literas, que son tablas de madera movibles, provistas de undelgado saco de paja y de dos mantas cada una. Los pasillos de desahogo son tan estrechos quedifícilmente pueden pasar dos personas; la superficie total del suelo es tan poca que los habitantesdel mismo Block no pueden estar dentro a la vez si por lo menos la mitad no están echados en lasliteras. De ahí la prohibición d

ejemplares de Si esto es un hombre, de los que sólo se venderían 1500 y que pasará casi desapercibido, pese a una buena crítica de Italo Calvino. En la primavera de 1948, después de que su mujer quede embarazada, Levi busca un trabajo seguro y entra en la fábrica de pinturas SIVA, en donde permanecerá ya hasta su jubilación.