Diccionario Bíblico Adventista Del Séptimo Día - Contestando

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DICCIONARIO BÍBLICOADVENTISTA DELSÉPTIMO DÍAÍndiceABCDEFGHIJKLLLMNOPQRSTUVYZATLAS

ÍNDICE DE LOS MAPASS iegfried H. Horn, Ph.D.PRIMERA EDICIÓN EN ESPAÑOLCon AtlasASOCIACIÓN CASA EDITORA SUDAMERICANAAv. San Martín 4555, 1602 FloridaBuenos Aires, ArgentinaEditor:ALDO D. ORREGOTraductores:ROLANDO A. ITINGASTÓN CLOUZETALDO D. ORREGOCorrectoresLORENZO J. BAUMALDO D. ORREGO.Acerca de la primera edición en inglés y de su ediciónrevisadaUn diccionario bíblico es una ayuda indispensable para todo estudiante dela Biblia, y existen muchos en circulación. Pero la necesidad de un nuevodiccionario, que incluya los resultados de los hallazgos arqueológicos másrecientes y esté libre de ciertas peculiaridades doctrinales y filosóficas, fuela expresión de deseo manifestada en la convención cuadrienal deprofesores de Biblia realizado en el Colegio La Sierra, Arlington, California,en junio de 1954. Durante esta convención, a la cual asistieron profesoresde Biblia de todos los colegios adventistas de Norteamérica y de unospocos colegios de otros países, se tomó un voto oficial que solicitaba laproducción de un nuevo diccionario bíblico. Se hizo notar que la IglesiaAdventista dispone de la erudición necesaria, la competencia editorial y elapoyo financiero para tales empresas. En respuesta a esta apelación, elComité Ejecutivo de la Review and Herald Publishing Association tomó laresolución, en su junta del 30 de enero de 1957, de publicar un diccionariobíblico ilustrado, en un solo tomo y conteniendo un Atlas de mapas

pertenecientes a los tiempos bíblicos.Don F. Neufeld fue designado como editor, y Julia Neuffer fue asignadacomo editora asociada. Más tarde, Thomas A. Davis se unió al equipocomo editor asistente.A Siegfried H. Horn, profesor de Arqueología e Historia de la Antigüedad (dela Universidad Andrews), se le pidió que escribiera los artículosgeográficos, históricos y la mayoría de los biográficos, como así tambiénuna cierta cantidad de otros artículos donde la arqueología jugaba un papelprincipal, formando una comisión que cubriría más de la mitad del materialde este tomo. También se le asignó una pesada responsabilidad,gustosamente aceptada, a Raymond F. Cottrell: escribir los artículos sobrelos libros de la Biblia, la mayoría de los artículos biográficos sobre losapóstoles, muchos profetas y otros personajes bíblicos, junto con unabuena parte de los artículos teológicos. Los artículos restantes fueronconfeccionados por otros 9 contribuyentes, quienes eran profesores deBiblia y/o de lenguas bíblicas en los colegios y seminarios adventistas, oeran hombres que, a través de estudios especializados o de interés,estaban calificados para escribir artículos acerca de ciertas áreas delconocimiento bíblico. Sus nombres aparecen como colaboradores en ellistado de la página ii.También se obtuvo ayuda de varios expertos en los campos de lalingüística, estudios del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento,teología, etc., a través de la lectura crítica de los artículos que cayerondentro del ámbito de sus especialidades. Las galeradas fueron remitidasa un grupo de lectores comunes para su crítica. Los editores deseanreconocer y agradecer profundamente a tales lectores por cientos desugerencias y correcciones realizadas con crítica constructiva. A ellos seles debe mucho de los méritos que posee este diccionario, pero ellos nodeberían ser culpados por los errores que puedan permanecer. Losnombres de los lectores son: Walter R. Beach, Maynard V. Campbell,Theodore Carcich, Earle Hilgert, Alger F. Johns, Lewis E. Lenheim, RichardL. Litke, William G. C. Murdoch, Merwin R. Thurber, Kenneth H. Wood (Jr.).*******El año 1975 marcó el decimoquinto aniversario de la publicación delSeventh-day Adventist Bib le Dictionary (SDABD). Durante la década ymedia de existencia, se vendieron decenas de miles de copias, y la obrallegó a ser una herramienta indispensable para los ministros, profesoresde Biblia, estudiantes, maestros de escuela sabática y una gran multitudde miembros de iglesia en su estudio de las Escrituras.Sin embargo, llegó a ser obvio que la obra necesitaba una actualización.Por causa del fenomenal incremento de las actividades arqueológicas enTierra Santa, y el descubrimiento reciente de numerosos textos antiguosque arrojaban luz sobre la Biblia, muchas de las entradas habían quedado

anticuadas y necesitaban revisión. Por esta razón la Review and HeraldPublishing Association, publicadora de la 1ª edición del SDABD, mecomisionó, como principal autor de esa edición, vii para preparar unaedición actualizada e incorporar en ella toda la nueva información queestuviera disponible.A causa de mis pesadas responsabilidadesadministrativas como decano del Seminario Teológico de la UniversidadAndrews, no me fue posible hacerme cargo de este trabajo hasta que meretiré de los deberes académicos activos, por cuya razón la obra no secompletó hasta mediados de 1978.En el transcurso de esta obra de revisión se incorporaron al texto más de3.300 correcciones, cambios y adiciones. Se agregaron 27 nuevosartículos y otros fueron grandemente ampliados. Se reemplazaron variasilustraciones que eran obsoletas o que los nuevos descubrimientosdemostraban que proporcionaban una información incorrecta.Sinembargo, a lo largo de la obra se retuvo la naturaleza y la perspectivaconservadora de la primera ediciónDos de los contribuyentes de la primera edición, Raymond F. Cottrell yWalter F. Specht, proveyeron material actualizado para los artículosoriginalmente escritos por ellos, y 5 nuevos contribuyentes -Stanley A.Hudson, Robert M. Johnston, Julia Neuffer, Ariel A. Roth y Ray Fosterayudaron en la revisión de muchos otros artículos y escribieron una ciertacantidad de los nuevos. Estoy muy agradecido a estos amigos por suayuda y contribución. Por último, una palabra especial de agradecimientoal editor de la edición revisada y al equipo de impresores de la Review andHerald, quienes, con sus pericias combinadas, han colocado una vez másdelante de los estudiantes adventistas de las Escrituras una herramientaútil y amena para el estudio de la Biblia.Siegfried H. HornPleasant Hill, CaliforniaMayo de 1978viiiPrefacio a la primera edición en españolEsta versión en español del Diccionario b íb lico adventista del séptimo día(DBA) no es sólo una traducción de su homónima en lengua inglesa, sinotambién una adaptación, corrección y ampliación de tan magna obra. Perolo que comenzó como una simple traducción, con el paso del tiempo setransformó en una aventura con mayores exigencias. Fue por esto, y por loreducido del equipo involucrado en tamaña empresa editorial, que estaobra no llegó a manos de los lectores en el tiempo previsto en un principio.Como el amable y atento lector podrá notar, quedan cosas por mejorar, las

cuales, si el Señor no viene pronto, se realizarán en futuras ediciones. Losarchivos de la ACES están preparados para ordenar las sugerencias,aclaraciones y mejoras que, indudablemente, enriquecerán una próximarevisión de esta versión en español.NovedadesSi bien el Seventh-day Adventist Bib le Dictionary, edición revisada de 1979,es base para la edición en español, ésta incorpora 3 tipos de mejoras:actualización de artículos, nuevas entradas y cuadros esquemáticos.1. Aunque no se pudo actualizar todos los artículos, muchos fueronampliados, reducidos, agrupados o subdivididos según los adelantos en lacomprensión del texto bíblico.2. Se incorporaron algunas entradas que, por diversas razones, no estánen la edición inglesa. Algunas por las necesidades presentes en el campode la biblística; otras porque, si bien en su momento se creyó que eramejor incluirlas en una versión enciclopédica (por cuestiones de volumen yespacio), hoy necesitan estar en un diccionario común.3. La mayor novedad en esta obra es la incorporación de 21 nuevosgráficos y cuadros esquemáticos. La intención es ofrecer al estudioso,juntos en un solo volumen, ciertos esquemas que están esparcidos enotros libros -o sencillamente no existen, pero son el resultado de la sanainterpretación bíblica- y que le serán de utilidad en el estudio de la Biblia.En la página xxiv se ofrece un listado de los 45 cuadros esquemáticos queenriquecen esta obra.* Cabe aclarar nuevamente, este Diccionario no es una enciclopediabíblica; pero trata de aportar la mayor cantidad de material dentro de loslímites impuestos por la obra original.AgradecimientosEn primer lugar, a nuestro Señor Jesucristo por su bendición en llevar abuen fin, sorteando muchos obstáculos como sólo él podría hacerlo, laedición de esta obra.En segundo lugar a la Administración de la ACES, encabezada por el Pr.Roberto Gullón (y seguida por el Hno. Arbin Lust y el Pr. Werner Mayr), poraceptar el desafío, promover su edición y apoyar decididamente lapublicación de este Diccionario.Detrás de ellos, a una pléyade de hombres y mujeres que ofrecieronsugerencias y consejos oportunos y dedicaron con amor horas de su vidapara que este libro fuera una realidad:Al Pr. Rolando ltin, que, en momentos de ser Jefe de Redacción, comenzócon entusiasmo la edición y traducción hasta que tuvo que dejar dichas

tareas por tener que ausentarse de la ACES. Labor continuada por el Pr.Gastón Clouzet, también con la misma dedicación, y concluida por quiensuscribe. Al trabajo ímprobo realizado por el Pr. Lorenzo J. Baum, quecorrigió principalmente la parte teológica de toda la obra. A quienestuvieron la difícil tarea de componer el texto: Eval Sosa y Dora de Miraballes.A Arturo Krieghoff y Viviana de Niedrhans, que tuvieron la delicadaresponsabilidad de presentar gráficamente los mapas, asesoradosoportunamente por Luis Marsón y Hugo Primucci. A los departamentos deProducción (comandados por el Hno. Daniel Pérez): Fotomecánica (bajo ladirección de Osvaldo Ramos), Prensas (José Fedezcko y equipo) yEncuadernación (Carlos Quiñones y personal). Y al departamento deComercialización y Expedición, con el Hno. Arbin Lust a la cabeza.EL EDITORixCómo usar este DiccionarioPropósitoEl objetivo de un diccionario bíblico es presentar, de manera concisa peroclara, toda la información bíblica y extrabíblica disponible concerniente apersonajes, países, lugares, objetos y conceptos mencionados en laBiblia, y transmitir a los lectores de la Biblia el significado que subyace alos términos hebreos, arameos y griegos.Algunos diccionarios bíblicos sólo discuten nombres y expresionesbíblicas importantes, dejando fuera temas, lugares y personas acerca delos cuales se sabe poco o nada a no ser sólo sus nombres. Otros soncompletos, pero los artículos son tan largos que la obra consiste en variostomos voluminosos que, por ende, sólo son accesibles a un selecto ypequeño grupo de lectores. Desde el comienzo ha sido la intención de loseditores de este Diccionario ofrecer toda la información y discutir cadanombre propio y palabra significativa encontrada en la Biblia, pero sin crearuna enciclopedia bíblica. Dado que la obra fue programada para unas1.200 páginas, se debió ejercer ciertas restricciones con respecto a lalongitud de los artículos. Sin embargo, el usuario de este Diccionariopuede estar seguro de que contiene información valiosa sobre cadanombre bíblico y/o palabra importante; no se dejó fuera nombre alguno,incluso si no se podía decir algo para explicarlos y sólo registrar suaparición en cierto versículo. De esta manera el lector está capacitado paraevaluar la importancia relativa de algunos personajes y lugares.Artículos/EntradasCon muy pocas excepciones, este Diccionario no tiene entradas con verbos

(tampoco se analizan artículos, adjetivos, preposiciones, etc.); sólocontiene sustantivos propios y comunes.Forma de las entradas.Todas siguen el siguiente modelo:Damasco(heb. DammeÑeq, DûmmeÑeq y DarmeÑeq [1, 2], "actividad"; ac.Dimashqa; egip. TmÑk; gr. Damaskós; heb. tappûaj [3], literalmente "fruto oplanta de dulce fragancia" [del verbo nâpaj, "alentar", "soplar"]).De donde se deduce que Damasco es la entrada o artículo; el paréntesis () encierra la parte etimológica primaria (o sea, cuál/es es/son el/losvocablo/s original/es que da/dan origen a la palabra española, más laslenguas afines al texto sagrado); heb. significa que la palabra españolaproviene de ese (o varios) vocablo hebreo (lo mismo para las abreviaturasque se refieran a otras lenguas); y el corchete [ ] encierra un complementonecesario, una acepción o cualquier otra aclaración etimológica paracomprender el significado del vocablo.Explicaciones lingüísticas.Véase en las páginas xiii-xv todo lo referente a la filología (criterios) ymetodología (peculiaridades).Texto.Se lo simplificó al máximo; a veces es telegráfico. La razón: no engrosardemasiado el Diccionario. Por ejemplo, se eliminaron todos los véase, cp,v, etc., y las palabras obvias ("en el 107 a.C."; y no: "en el año 107 a.C.").También las referencias a los números se simplificaron (aunque a veceschoque a la vista): del 2 en adelante se los escribió con cifras en lugar dehacerlo con palabras; y toda vez que se pudo se empleó cifras ordinales.* Cuando una referencia bíblica va entre paréntesis (con v, vs, cp, etc.; o sinellos) y sin mención del libro, se refiere al inmediato anterior.Nombres.La variedad de significados se debe a cambios en la escritura y/opuntuación, a conjeturas, a puntos de vista en la interpretación del vocablooriginal (la multiplicidad de significados da lugar a varias posibilidades,aunque no se pusieron todas), o al desconocimiento, hasta ahora, de suverdadera etimología.* La mención de distintos personajes con un mismo nombre se organizósegún su aparición en el orden establecido para los libros de la Biblia, yprimero todos los del AT y luego todos los del NT. De igual manera seprocedió al citar varias referencias bíblicas para explicar o confirmar unasunto (Gn., Pv., Mt., Ap., etc.; y no: Pv., Ap., Mt., Gn., etc.).

Versiones.Los nombres propios aparecen según la grafía de la versión Reina-ValeraRevisada de 1960 (RVR), publicada por la Sociedad Bíblica Internacional,por ser la de uso más corriente x entre las personas de habla hispana. Sinembargo, muchas veces se recurrió a otras versiones (Bib lia de Jerusalén,Dios hab la hoy, Nueva Bib lia Española y El Lib ro del Pueb lo de Dios) paracomparar grafías y ocurrencias que reflejaran con mayor exactitud elsignificado de las lenguas originales de la Biblia. Además, esteDiccionario incluye algunos nombres que aparecen en las otras versionespero no en la Reina-Valera, por considerarlos importantes y relevantes.* No se puso la traducción de un vocablo original cuando dicha traducciónes igual que el de la entrada. Por ejemplo: Bondad (heb. jesed); y no:Bondad (heb. jesed, "bondad"). Pero en caso de que el vocablo impliquemás de un significado, se colocaron todos, incluso repitiendo el de laentrada (si éste no aparece es porque la traducción-versión castellana norefleja los significados del original).Temas no bíblicos.Aunque esta obra no es una enciclopedia bíblica, incluye unos pocosartículos sobre temas no bíblicos. Se hizo esto porque en otras entradasse hace frecuentes referencias a asuntos como Cartas de Amarna y PiedraMoabita, términos sin sentido para el lector promedio de la Biblia a menosque se expliquen. También se incluyeron artículos sobre escritura,materiales para escribir, apócrifos y aspectos relacionados por suimportancia para la cultura general del lector.Materiales de consulta y bibliografíaUna lista de los títulos de todos los libros, obras de referencia y artículosperiódicos consultados por los editores y contribuyentes de esteDiccionario llenaría muchas páginas. Fueron consultados prácticamentetodas las enciclopedias y los diccionarios bíblicos estándar, como tambiénlos diccionarios de hebreo, griego, acadio, egipcio, ugarítico, fenicio,sudarábigo y otras lenguas antiguas, y las obras sobre Egipto, Asiria yantigüedades históricas primitivas y clásicas. En la mayoría de los casosno se da un crédito por la información obtenida de las muchas obrasconsultadas, y la bibliografía sólo aparece esporádicamente. Huboexcepciones en los casos donde la información no está disponiblerápidamente, o los puntos de vista presentados por lo general no sonaceptados. Pero, en los casos donde no se dan las fuentes para lasopiniones expresadas, el lector los corroborará dirigiéndose a las grandesenciclopedias.* Se hizo un estudiado esfuerzo para garantizar que las interpretacionespresentadas en este Diccionario estén en armonía con la sana erudición

conservadora.Al mismo tiempo, ellas están de acuerdo con lasenseñanzas sostenidas por los adventistas del séptimo día. Dondeexisten controversias sobre ciertos temas y el espacio no permiteextenderse en discusiones, se hicieron referencias a los 7 tomos delComentario b íb lico adventista del séptimo día (CBA). El lector notará queno se mencionan los escritos de Elena G. de White, aunque sus librosfueron frecuentemente consultados. La omisión de tales referencias sedebe a las mismas limitaciones de espacio que impidieron que se citaranotras obras, y también porque el CBA contiene un sistema completo dereferencias cruzadas para estos escritos.* Para no interrumpir el flujo de la lectura, las obras consultadas oindicadas para investigaciones posteriores se colocaron al final delartículo. Luego de haber completado la lectura del artículo, el estudiosopuede recurrir a las referencias mencionadas para corroborar oprofundizar.IlustracionesEste Diccionario contiene 530 fotografías y dibujos, y una cubierta interiorque describe una antigua pintura mural. La mayoría de las ilustracionesfueron obtenidas por Siegfried H. Horn. Muchas de ellas fueron tomadasdurante sus viajes por tierras bíblicas y se publican en esta obra porprimera vez. Las ilustraciones no se eligieron para servir meramente comoun embellecimiento de este libro o por su valor estético, sino más bienpara familiarizar al lector con la topografía de las tierras bíblicas, con lossitios bíblicos y con los objetos arqueológicos (como ser armas,herramientas, utensilios o instrumentos musicales). Muchas institucionesprivadas y públicas y numerosos eruditos en varios países contribuyeroncon ilustraciones y han dado permiso para usarlas. Sus nombres ycontribuciones aparecen en las páginas xxii y xxiii, y vaya para ellos unapalabra de sentida y profunda gratitud. La tarea de recopilar lasilustraciones fue muy grande, y es la esperanza xi de los contribuidores yeditores que su inclusión en este Diccionario pueda servir para entenderlas Escrituras a través de las ayudas visuales.MapasUn diccionario bíblico estaría incompleto sin la localización de los cientosde lugares bíblicos que están en discusión. Por lo tanto, se planeó incluiren este Diccionario un Atlas apropiado de mapas bíblicos en colores,producido por el más reciente procesado de mapas. El equipo editorialcotejó diversos mapas en la confección de los que aparecen al final deeste Diccionario.* El lector notará ocasionalmente algunas diferencias menores en laescritura de los nombres árabes tal como están presentados en el texto y

en los mapas. La razón de esto es que en el texto los nombres árabesestán escritos de acuerdo con el sistema usado en The WestminsterHistorical Atlas to the Bib le (Atlas histórico Westminster de la Biblia).* A veces este Diccionario propone la identificación de una localidad bíblicacon un sitio diferente del propuesto por otros eruditos, en cuyo caso ellector estará informado sobre esto en el artículo geográfico respectivo. Porejemplo, sobre el Mapa V se presentan diversas teorías de la ruta deléxodo, algunas de las cuales varían de la ruta tradicional y están basadassobre hipótesis no aceptadas por este Diccionario, lo cual se explicita en elartículo correspondiente.* Para aligerar la lectura, las referencias a los mapas son citados al finaldel artículo o de un párrafo principal.Historia y cronologíaNo existe campo de los estudios bíblicos en que los descubrimientosarqueológicos del siglo pasado hayan sido más instructivos eiluminadores que en la reconstrucción de la historia antigua y de su cienciaauxiliar, la cronología. Hoy se conoce bastante bien el trasfondo históricode la Biblia: de algunos períodos sólo en líneas generales, de otros, engrandes detalles. También ayudó a estabilizar la cronología antigua, demanera que las fechas inicialmente inusuales para los comienzos de lahistoria mesopotámica y egipcia, encontrados en los libros más antiguos,se redujeron por varios milenios en algunos casos y por siglos en otros.Sin embargo, no existen techas exactas en la historia egipcia para eventosprecedentes al 1991 a.C., y la cronología exacta en la Mesopotamia nocomienza hasta s IX a.C. Todos las fechas anteriores sólo sonaproximadas y pueden representar errores grandes o pequeños.* Pero la cronología bíblica sacó provecho de la estabilización de lacronología secular. Por lo tanto, las diferencias entre los eruditos por elfechado de los eventos del 1er, milenio a.C. son insignificantes, y los datospresentados en este Diccionario para ese período difícilmente difieran enmás de 1 o 2 años de los encontrados en otras obras recientes. No asípara las fechas para el período patriarcal, el éxodo y el período de losjueces, que muestran grandes diferencias por causa de las variadasinterpretaciones de los datos bíblicos y la falta de referencias extrabíblicaspara los eventos y los personajes bíblicos durante el 2º milenio a.C. Noobstante esto, el lector puede estar seguro de que los contribuyentes y loseditores estuvieron al tanto de las más recientes teorías cronológicas endiscusión en el mundo de los estudiosos de la Biblia, tomaron nota de lasmejores evidencias históricas y arqueológicas disponibles, y adoptaron unesquema basado sobre éstas y sobre los datos bíblicos. Sin embargo,rápidamente admitimos que este esquema sólo es provisorio y puedeexperimentar ajustes a causa de futuros descubrimientos. Resumiendo,

cuando el lector de este Diccionario cite cualquiera de las fechaspresentadas en él, debería tener en cuenta lo siguiente: algunas fechaspueden ser absolutamente seguras, otras pueden estar erradas en nomás de 1 año, mientras que algunas, en especial las primitivas, podríanacusar errores de un grado mucho mayor. Véase Cronología IX, notas alas tablas. xiiMisceláneaParéntesis.Los paréntesis ( ) se emplean, además del uso expresado en Forma de lasentradas, para: 1. Las explicaciones (referencias a textos bíblicos, a fuentesextrabíblicas, a los mapas del Atlas, a otros artículos en este Diccionario,etc.). 2. Suplir informaciones necesarias, como cuando ocurre en latraducción de ciertos textos antiguos, o en la traducción de nombrespropios, aunque la parte así enmarcada no pertenezca al texto traducido.Por ejemplo la entrada Líbano. La traducción que se da es: "(montaña)blanca". La palabra "montaña" está suplida para clarificar lo que losantiguos querían decir, aunque la palabra "Líbano" sólo significa "blanca".Corchetes.Los corchetes [ ] se usan, además de lo expresado en Forma de lasentradas, para: 1. Tomar el lugar de los paréntesis si las palabras incluidasocurren dentro de una sección que está entre paréntesis. Por ejemplo:(BASOR 100 [1954]:14). 2. Indicar la interpelación de palabras y/o letras enel original en una cita de la Biblia o de cualquier otro texto y/o libro. 3.Indicar, en el caso de un texto antiguo (como una tableta, un papiro o unainscripción en piedra), una oración, sección, palabra o carta que se haperdido. Por ejemplo: ciertas palabras o letras ahora ilegibles de la PiedraMoabita han sido restauradas por los editores y traductores modernos deesos textos, las que han sido puestas entre corchetes (véase PiedraMoabita). De igual manera, parte de la inscripción sobre la impresión deun sello hebreo encontrado en Laquis está partido, de manera que se haperdido una letra hebrea de cada final de la línea inferior. De aquí que estainscripción, citada en el artículo sobre Gedalías, diga: "(Perteneciente) aGedalías [q]uien está sobre la cas[a]", porque la letra 'alef del heb. 'shr,"quien", y la letra t en el heb. hb yt, "la casa", se perdieron. 4. Indicar, en unnombre propio y con números dentro, a qué personaje(s) de losenumerados se refiere la variante escriturística.Asteriscos.Un asterisco (*) después de una palabra indica que dicha palabra es elencabezamiento de otro artículo en el que se hallará información adicionalsobre el tema en cuestión.Véase/Véanse.

Un Véase seguido por un nombre o término le indica al lector que, en elartículo referido, bajo esa palabra en particular encontrará informaciónadicional o relacionada. Dicho sea de paso, los véase/véanse van al finaldel artículo para aligerar la lectura.Cabezales.Ayudan a encontrar rápidamente un artículo. En este Diccionario funcionande la siguiente manera: en cada página, el de la izquierda remite al 1erartículo que comienza con una entrada (palabra saliente), y el de la derechaal último artículo que comienza con una entrada. *(1)Abreviaturas.En las páginas xvi-xx el lector encontrará una lista de abreviaturas usadaspara los libros de la Biblia, los títulos de las revistas y los libros utilizadosfrecuentemente, ciertos términos generales y otros detalles menoresencontrados en este Diccionario.EL EDITORxiiiGuía de transliteraciónFilologíaTodo nombre propio y/o entrada está seguido de una declaración de tipolingüística entre paréntesis. Pero, como se podrá notar, no se pusierontodos los vocablos originales que dan lugar a la entrada, sino sólo losprincipales. Los lectores que no están interesados en este asunto puedenpasar por alto dicha sección y continuar con la lectura de la informaciónfactual que sigue al cierre de la explicación lingüística. En las seccionesentre paréntesis aparecen las formas bíblicas hebrea, (o) aramea y (o)giega de las palabras bajo discusión, transliteradas de acuerdo con elsistema explicado en las páginas xiv y xv.* La primera letra de un nombre propio transliterado siempre estáexpresado por una mayúscula, aunque las escrituras hebrea y aramea notengan diferencias entre mayúsculas y minúsculas. Por ejemplo: heb.Ji5qîyahû, "Ezequías"; gr. Paulos, "Pablo". Las palabras comunes seexpresan sin mayúsculas. Por ejemplo: heb. nefesh, "alma"; gr. pneuma,"espíritu".* Si un nombre se escribe de 2 o más maneras diferentes en hebreo,arameo o griego, se escriben todas ellas. Por ejemplo: heb. Ji5qîyah yJi5qîyah (que, para abreviar, en la mayoría de las veces aparece con laadosada: Ji5qîyah[û]).

* No se hizo intento alguno por indicar la acentuación en los vocabloshebreos y arameos, pero a las palabras griegas se las acentuó y sediferenció entre vocales largas o cortas (se tomó como base la obra deJorge G. Parker, Léxico-concordancia del Nuevo Testamento en griego yespañol [El Paso, Mundo Hispano, 1982]). Con todo, los sistemas semantuvieron simples, de manera que la palabra se pronuncie fácilmentesin el conocimiento de las lenguas antiguas; al mismo tiempo,proporcionan suficiente información a los estudiantes como paracapacitarlos en reconocer tales palabras y buscarlas en los diccionarioscorrespondientes.* Cuando las aclaraciones filológicas eran muy largas y complicaban lalectura, se las sacó de las aclaraciones primarias (ubicadas entreparéntesis luego del vocablo que hace de entrada) y se las colocó comosecundarias. En ese caso, el cuerpo del texto principal recién comienzaluego del primer punto y aparte.* Cuando es posible, se ofrece el significado de cada nombre propio; lafalta de tal información indica que dicho significado es desconocido.Muchas veces al nombre transliterado le sigue la frase "de significadoincierto/desconocido", lo que quiere decir que el significado dado para talesnombres en otros diccionarios son hipotéticos y no se sustentan en baseslingüísticas reales. Incluso donde aparece el significado, el lector deberíarecordar que no siempre existe una certeza firme con respecto a laseguridad de tales traducciones. En muchos casos donde había ciertosinterrogantes, se insertó la palabra "posiblemente", "tal vez", "quizá" o"probablemente" para alertar al lector acerca de la ausencia de una certezaabsoluta con respecto al significado.* Muchos nombres personales hebreos contienen como uno de suselementos una forma abreviada del nombre Dios. Por ejemplo, en elnombre Ezequías (heb. Ji5qîyah[û]) la terminación "-ías" (heb. -yah o -yahû)es una abreviatura del nombre divino YHWH. Por esta razón se ofrece laforma transliterada "Yahweh", porque es la que más correctamenterepresenta la pronunciación original (y no la forma popular "Jehová"). Deaquí que en las secciones lingüísticas se emplea la escritura "Yahweh",pero en las secciones principales de los artículos se utilizan los términos"Jehová", "Señor", "Dios", etc.* El sistema verbal hebreo, a desemejanza del español, no expresa lostiempos pasado, presente y futuro, pero sus formas declinadas indican siuna acción es completa o incompleta. Cuando un verbo ocurre en uncontexto textualmente amplio, su significado es usualmente claro yfácilmente puede ser vertido al español. Sin embargo, los nombrespropios son tan cortos que en muchos casos es difícil determinar la formaverbal exacta del cual provienen. Es por esta razón que en la traducción seusa el tiempo presente para la mayoría de los nombres, aunque en el

terreno de la lingüística se puede sostener fácilmente una transliteraciónen tiempo pasado. Por ejemplo: Natanael puede significar "Dios da" o"Dios ha dado".* Si un nombre propio ocurre en inscripciones u otros textos -como entextos cuneiformes xiv asirios, inscripciones egipcias, sobre sellos hebreoso papiros arameos-, tal hecho se hace notar en su transliteración. Estainformación con respecto a los nombres personales se presenta paramostrar cuán ampliamente se usaron algunos nombres en el mundoantiguo; de lo contrario se podría tener la impresión de que los nombresbíblicos estaban confinados a las personas mencionadas en lasEscrituras. Sin embargo, se debería r

diccionario, que incluya los resultados de los hallazgos arqueológicos más recientes y esté libre de ciertas peculiaridades doctrinales y filosóficas, fue la expresión de deseo manifestada en la convención cuadrienal de profesores de Biblia realizado en el Colegio La Sierra, Arlington, California, en junio de 1954.