CUANDO TODO SE DERRUMBA - Budismo Libre

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2 Pema Chödron – Cuando todo se derrumbaÍndiceIntroducción .3Intimar con el miedo .7Cuando todo se derrumba.15Este mismo momento es el profesor perfecto .23Relájate en lo que es .33Nunca es demasiado tarde .43No hacer daño .53Desesperanza y muerte .61Los ocho dharmas mundanos .71Seis tipos de soledad .81Curiosos respecto a la existencia .91No agresión y los cuatro maras .99Crecer.111Ampliando el círculo de la compasión .117El amor que no morirá .127Ir contra el miedo.137Servidores de la paz .143Opiniones .157Instrucciones orales secretas.165Tres métodos para trabajar con el caos .173El truco de no tener elección .183Revertir la rueda del samsara .197El sendero es la meta .205

Pema Chödron – Cuando todo se derrumba 3IntroducciónEn 1995 me tomé un año sabático. Durante doce mesesno hice prácticamente nada. Fue el tiempo en que másinspirada espiritualmente me he sentido en toda mi vida.En buena medida, lo único que hice fue relajarme. Leí,caminé y dormí. Comí, medité y escribí. No teníaprograma ni agenda ni «obligaciones». Durante estetiempo libre de programaciones digerí muchas cosas. Unade éstas fue empezar a leer lentamente dos cajas de cartónllenas de transcripciones de charlas mías, un tanto toscas einéditas, impartidas entre 1987 y 1994. A diferencia de lascharlas dathun que componen La sabiduría de la noevasión y las enseñanzas lojong que forman parte deComienza dónde estás, aquellas charlas no parecían tenerun hilo unificador. De vez en cuando miraba algunastranscripciones. Las había de todo tipo, desde pedanteshasta deliciosas. Fue interesante y vergonzante tener queenfrentarme a semejante profusión de mis propiaspalabras. Gradualmente y a medida que avanzaba lalectura empecé a ver que, fuera cual fuese el tema elegidopara la charla, el país en el que estuviera o el año en que laescribí, había enseñado incansablemente sobre los mismostemas: la gran necesidad de maitri (bondad amorosa haciauno mismo) y el desarrollo de una actitud

4 Pema Chödron – Cuando todo se derrumbacompasivamente intrépida hacia nuestro propio dolor y elde otros. Me pareció que la visión detrás de cada una delas charlas era que podemos entrar en territoriodesconocido y relajarnos en la insondabilidad de nuestrasituación. El otro tema subyacente era disolver la tensióndualista entre nosotros y ellos, esto y aquello, bueno ymalo, invitando a eso que solemos llamar vacío. Miprofesor, Chógyam Trungpa Rinpoche, lo describió como«reclinarse sobre los puntos más afilados». Se me ocurrióque durante aquellos siete años sólo había tratado de digerir y comunicar las provechosas e intrépidasinstrucciones que Trungpa Rinpoche daba a susdiscípulos.Al sumergirme en los textos pude ver que aún mequedaba mucho camino antes de poder apreciarplenamente lo que se me había enseñado. También me dicuenta de que, poniendo en práctica los consejos deRinpoche lo mejor que podía y tratando de compartir misexperiencias con otros, había encontrado una especie defelicidad fundamental que nunca antes había tenido. Medio risa comprobar que, tal como él solía decir, hacernosamigos de nuestros demonios y de las inseguridades queles acompañan nos lleva a una relajación y alegría muysimples y nunca suficientemente valoradas.Hacia mediados de año mi editora, Emily Hilburn Sell,me preguntó si tenía alguna charla más que pudiera serutilizable para un tercer libro. Le envié aquella caja decartón. Leyó las transcripciones y se sintió inspirada paradecir a Shambala Publications: «Tenemos otro libro.»

Pema Chödron – Cuando todo se derrumba 5A lo largo de los seis meses siguientes, Emilyseleccionó, borró y editó, y yo pude darme el lujo dereelaborar a mi gusto, cada capítulo. Cuando no estabadescansando, mirando al mar o caminando por las colinas,me absorbía totalmente en estas charlas. Rinpoche me diouna vez el consejo de «relajarme y escribir». En aquellostiempos no parecía que pudiera hacer ninguna de las doscosas, pero años después allí estaba: siguiendo susinstrucciones.El resultado de esta colaboración con Emily y de miaño de no hacer nada es este libro.Ojalá te estimule a serenarte en tu vida y a tomar estasenseñanzas con honestidad, bondad y valentía. Si vivesuna vida caótica y llena de tensiones, aquí hay muchosconsejos para ti. Si estás experimentando una transición, sisufres alguna pérdida o te sientes básicamente inquieto,estas enseñanzas están hechas a tu medida. El punto clavees que todos necesitamos que se nos recuerde y se nosanime a relajarnos ante cualquier cosa que surja, y quellevemos al sendero todo lo que encontramos.Al poner estas instrucciones en práctica nos unimos aun largo linaje de profesores y estudiantes que han hechoque el dharma del Buda sea relevante en medio de lassubidas y bajadas de sus vidas cotidianas. De la mismaforma que se hicieron amigos de sus egos y descubrieronsu mente sabia, también podemos hacerlo nosotros.Agradezco al Vidydhara, el Venerable ChógyamTrungpa Rinpoche, por comprometer su vida totalmentecon el dharma y por estar tan ansioso por transmitir suesencia a la gente occidental. Ojalá la inspiración recibida

6 Pema Chödron – Cuando todo se derrumbade él pueda contagiarse, y que nosotros, como él, llevemosla vida del bodhisattva sin olvidar su declaración de que el«caos debe ser considerado como una muy buena nueva».PEMA CHÓDRÓN Abadía GampoPleasant Bay, Nueva Escocia, 1996

Pema Chödron – Cuando todo se derrumba 7Capítulo 1Intimar con el miedoEl miedo es la reacción natural al acercarse a la verdad.EMBARCARSE EN EL CAMINO ESPIRITUAL es como meterseen un bote muy pequeño y aventurarse en el océano enbusca de tierras desconocidas. Cuando practicamos detodo corazón nos sentimos inspirados, pero antes odespués acabamos encontrándonos con el miedo.Pensamos que al llegar al horizonte estaremos en el fin delmundo y nos caeremos al vacío. Como todo explorador,nos sentimos atraídos a descubrir lo que nos estáesperando ahí fuera, sin saber aún si tendremos el valornecesario para hacerle frente.Si nos interesamos por el budismo y decidimosdescubrir lo que tiene que ofrecernos, prontodescubriremos en su oferta varios matices distintos. En lameditación intuitiva comenzamos practicando laconciencia del instante, estar plenamente presentes entodas nuestras actividades y pensamientos. En la prácticadel Zen escuchamos las enseñanzas sobre el vacío yenfrentamos el reto de conectar con una claridad mentalabierta e ilimitada. Las enseñanzas del Vajrayana nosintroducen a trabajar con la energía en todas lassituaciones y nos hacen ver que cualquier cosa que surjaes inseparable del estado de despertar. Cualquiera de losplanteamientos anteriores puede engancharnos y

8 Pema Chödron – Cuando todo se derrumbaentusiasmarnos para continuar explorando, pero siqueremos profundizar y seguir practicando sin vacilación,inevitablemente llegará un momento en que sentiremosmiedo.El miedo es una experiencia universal; lo sienten hastalos insectos más pequeños. Cuando vamos chapoteandoentre los charcos que quedan tras la bajada de la marea yacercamos el dedo a los cuerpos suaves y abiertos de lasanémonas, podemos ver cómo se cierran. Lo mismo lesocurre espontáneamente a todos los demás animales.Sentir miedo cuando nos enfrentamos a lo desconocido noes algo terrible; más bien es una parte integral del hechode estar vivos y que todos compartimos. Reaccionamosante la posibilidad de encontrarnos con la soledad, con lamuerte, ante la posibilidad de no tener nada a lo queagarrarnos. El miedo es una reacción natural al acercarse ala verdad.Pero si nos comprometemos a quedarnos dondeestamos nuestra experiencia se vuelve muy vivida; lascosas se ven muy claras cuando no hay escape posible.Mientras estaba en un largo retiro tuve una revelaciónque pareció conmover cielos y tierra: ¡no podemos estaren el presente y al mismo tiempo planificar nuestra vida!Ya sé que parece algo muy evidente, pero cuandodescubres algo así por ti mismo, te cambia. Laimpermanencia se vuelve algo vivido en el presente, y lomismo ocurre con la compasión, el coraje y la capacidadde maravillarse. Y también con el miedo. De hecho,cualquiera que esté en el límite de lo desconocido,plenamente en el presente sin punto de referencia,

Pema Chödron – Cuando todo se derrumba 9experimenta la ausencia de base o fundamento, de unlugar donde agarrarse. Cuando nuestra comprensión sehace más profunda descubrimos que el presente es un lugar muy vulnerable, lo que puede ser una experienciaabsolutamente enervante y al mismo tiempoabsolutamente tierna.Cuando empezamos nuestra exploración, tenemos todotipo de ideales y expectativas. Buscamos respuestas quesatisfagan el hambre que hemos sentido durante largotiempo, pero lo último que deseamos es que nos vuelvan ahablar del hombre del saco. Evidentemente, la genteintenta avisarnos. Recuerdo que la primera vez que medieron instrucciones de meditación, la profesora medescribió la técnica, me dio las instrucciones necesariaspara la práctica y luego añadió: «Pero, por favor, no salgasde aquí pensando que la meditación te va a dar unasvacaciones de la irritación.» De alguna manera, todas lasadvertencias del mundo no llegan a disuadirnos; de hecho,nos acercan más al sendero.De lo que estamos hablando es de llegar a conocer elmiedo, de familiarizarnos con él, de mirarle directamentea los ojos; no como una forma de resolver los problemas,sino como una manera de deshacer completamente lasviejas maneras de ver, oír, oler, saborear y pensar. Laverdad es que, cuando realmente comencemos a hacerlo,nos encontraremos con que somos humilladoscontinuamente. No va a quedar mucho espacio para laarrogancia que resulta de aferramos a nuestros ideales. Laarrogancia que inevitablemente aflorará va a servapuleada de continuo por nuestro propio coraje de ir un

10 Pema Chödron – Cuando todo se derrumbapaso más allá. Los descubrimientos que experimentaremosmediante la práctica no tienen nada que ver con ningunacreencia. Tienen mucho que ver con tener el coraje demorir, el coraje de morir continuamente.Las instrucciones sobre la conciencia del momento, lavacuidad o el trabajo con la energía apuntan hacia elmismo hecho: estar en el sitio justo nos deja clavados,clavados al punto del espacio y del tiempo en el que nosencontramos. Cuando nos detenemos allí mismo y noexpresamos ni reprimimos, no nos culpamos ni culpamosa los demás, nos encontramos frente a una preguntaabierta que no tiene respuesta conceptual. También nosencontramos con nuestro corazón. Un estudiante loexpresó muy elocuentemente: «La naturaleza de Buda,astutamente disfrazada de miedo, nos da una patada en elculo para que estemos receptivos.»En una ocasión asistí a una conferencia sobre laexperiencia espiritual que vivió un hombre en Indiadurante la década de los sesenta. Nos contó que estabaabsolutamente dispuesto a librarse de sus emocionesnegativas: luchaba contra la ira y la lujuria, luchaba contrala pereza y el orgullo, pero sobre todo quería liberarse delmiedo. Su profesor de meditación le decía una y otra vezque dejase de luchar, pero él consideraba que aquello noera más que otra manera de explicarle cómo superar losobstáculos.Finalmente, el profesor lo envió a meditar en unapequeña cabana al pie de las montañas. El cerró la puertay se dispuso a comenzar con la práctica. Al llegar lanoche, encendió tres pequeñas velas. Hacia medianoche

Pema Chödron – Cuando todo se derrumba 11oyó un ruido en una esquina de la habitación y en laoscuridad pudo distinguir una gran serpiente. Estaba justodelante de él, balanceándose, y le miraba como una cobrareal. Estuvo toda la noche totalmente alerta, manteniendolos ojos en la serpiente: tenía tanto miedo que no podía nimoverse. Sólo estaban él, la serpiente y su miedo.Justo antes del amanecer se apagó la última vela y élempezó a llorar, pero no lloraba de desesperación sino deternura. Sintió el anhelo de todas las personas y animalesdel mundo; conoció su lucha y su alienación. Todas susmeditaciones no habían sido más que lucha y separación.Entonces aceptó —verdaderamente aceptó de todocorazón— que era iracundo y celoso, que se resistía yluchaba, y que tenía miedo. También aceptó que era unser precioso más allá de toda medida: sabio y estúpido,rico y pobre, y totalmente insondable. Se sentía tanagradecido que se levantó en medio de la oscuridad total,caminó hacia la serpiente y le hizo una reverencia. Acontinuación se tumbó en el suelo y se quedóprofundamente dormido. Cuando despertó, la serpientehabía desaparecido. Nunca supo si se lo había imaginado osi realmente había sucedido, pero no parecía importarlemucho. Como dijo al final de la conferencia, el contactoíntimo con el miedo hizo que sus dramas personales secolapsaran, y finalmente el mundo que le rodeaba pudollegar hasta él.Nadie nos dice nunca que debemos dejar de huir delmiedo. Raras veces se nos dice que nos acerquemos más,que sigamos allí, que nos familiaricemos con él. En unaocasión le pregunté al maestro zen Kobun Chino Roshi

12 Pema Chödron – Cuando todo se derrumbacómo se relacionaba con el miedo, y me dijo: «Concuerdocon él; concuerdo.» Pero el consejo que solemos recibir esel de edulcorarlo, diluirlo, tomar una píldora odistraernos: cualquier cosa para hacerlo desaparecer.En realidad, no hace falta que nos animen a hacer estetipo de cosas porque lo que solemos hacer de modonatural es disociarnos del miedo. Ante la menorinsinuación de su presencia nos descentramos y nosevadimos. Cuando sentimos que viene, desaparecemos. Yes bueno saber que solemos actuar así, pero no paracastigarnos por ello, sino para desarrollar la compasiónincondicional. Lo más descorazonador de todo es nuestraforma de engañarnos para evitar el momento presente.Sin embargo, a veces estamos acorralados: todo se caeen pedazos y desaparece la posibilidad de escapar. Enmomentos así, las verdades espirituales más profundasparecen muy evidentes y ordinarias. No hay dóndeesconderse. Podemos ver este hecho tan bien comocualquiera, incluso mejor que cualquiera. Antes o despuésentendemos que, aunque no podemos hacer que el miedotenga una apariencia agradable, él será el que nosintroduzca a todas las enseñanzas que hemos leído u oído.Por eso, la próxima vez que te encuentres con el miedo,considérate afortunado. Aquí es donde el coraje entra enescena. Generalmente, pensamos que la gente valiente notiene miedo, pero la verdad es que conocen el miedoíntimamente. Al principio de nuestro matrimonio, miesposo me dijo que yo era una de las personas másvalientes que conocía. Cuando le pregunté por qué, me

Pema Chödron – Cuando todo se derrumba 13dijo que porque era una cobarde total, pero a pesar detodo seguía adelante y hacía las cosas.El truco consiste en seguir explorando y no abandonaraun cuando descubramos que algo no es lo quepensábamos, porque eso es lo que nos va a ocurrir una yotra vez. Nada es lo que pensábamos; esto es algo quepuedo afirmar con toda confianza. El vacío no es lo quepensábamos, y tampoco lo son la conciencia del presente oel miedo. Tampoco la compasión es lo que pensábamos, niel amor ni la naturaleza de Buda. Ni el coraje. Éstas no sonmás que palabras en clave para describir cosas que noconocemos mentalmente, pero que cualquiera de nosotrospuede experimentar. Son palabras que señalan lo queverdaderamente es la vida cuando dejamos que las cosas secaigan a pedazos y nos dejamos clavar al momentopresente.

14 Pema Chödron – Cuando todo se derrumba

Pema Chödron – Cuando todo se derrumba 15CAPÍTULO 2Cuando todo sederrumbaCuando todo se derrumba y estamos al borde de no se sabequé, la prueba para cada uno de nosotros es permanecer enese punto y no concretar. El camino espiritual no consisteen tratar de llegar al cielo y acabar accediendo a un lugarmagnífico.LA ABADÍA GAMPO está en una vasta explanada donde elcielo se funde con el mar. El horizonte se extiende has-tael infinito, y en ese vasto espacio vuelan las gaviotas y loscuervos. El marco es como un enorme espejo que exagerala sensación de que no hay lugar donde ocultarse.Además, como es un monasterio, hay pocas vías de escape:nada de mentir, de robar, de alcohol, de sexo o de salir.La abadía de Gampo era un lugar al que yo habíaañorado ir, y como Trungpa Rinpoche me pidió que fuerasu directora, acabé instalándome en él. Estar allí mepermitió comprobar mi gusto por los grandes desafíos,porque el primer año que pasé allí me sentí como si mehubieran hervido viva.Lo que me ocurrió al llegar es que todo se me cayó apedazos. Todas las formas que había tenido deprotegerme, de engañarme, todas las vías que habíaempleado para mantener mi brillante autoimagen. todo

16 Pema Chödron – Cuando todo se derrumbase cayó a pedazos. Por mucho que lo intentara no podíamanipular la situación. Mi manera de hacer las cosasestaba volviendo locos a todos los demás, y eso era algo delo que no me podía esconder.Siempre había pensado que yo era una persona flexibley servicial que caía bien a casi todo el mundo. Había sidocapaz de arrastrar conmigo dicha ilusión a lo largo de mivida, pero durante los primeros años en la abadía descubríque había estado viviendo en una especie de espejismo.No es que no tuviera buenas cualidades; simplemente, yano era la mujer absolutamente maravillosa que me creía.Había invertido mucho en esa imagen de mí misma y yano podía mantenerla más. Todos mis asuntos pendientesquedaron expuestos vívidamente, con precisión y entecnicolor; y no sólo para mí misma, también para todoslos demás.Todo lo que no había sido capaz de ver de mí mismaquedó patente de súbito y, como si eso no fuera suficiente,los demás podían opinar libremente sobre mí y mi manerade hacer las cosas. Me resultó tan doloroso que mepreguntaba si volvería a ser feliz alguna vez. Sentía queme lanzaban bombas casi continuamente y que misautoengaños estallaban por todas partes. En un lugardonde se practicaba tanto la meditación y el estudio nopodía perderme en justificaciones e intentar culpar a losdemás; esa vía de salida no estaba disponible.Por aquel tiempo nos visitó un profesor, y recuerdo queme dijo: «Cuando seas una buena amiga de ti misma, tusituación también se volverá más amistosa.»

Pema Chödron – Cuando todo se derrumba 17Ya había aprendido previamente esa lección y sabíaque era el único camino posible. Solía tener un cartelpuesto en la pared que decía: «Sólo en la medida en quenos exponemos a la aniquilación una y otra vez podemoshallar en nosotros aquello que es indestructible.» Dealguna manera, antes incluso de oír las enseñanzasbudistas, sabía que ése es el espíritu del verdadero despertar; tiene mucho que ver con soltarlo todo.En cualquier caso, cuando nos desfondamos y nopodemos encontrar nada a lo que agarrarnos, sentimos ungran dolor. Es como el lema del Instituto Naropa: «Elamor a la verdad te pone en el sitio.» Puede que tengamosuna visión romántica de lo que eso significa, pero cuandola verdad nos tiene clavados, sufrimos. Nos miramos en elespejo del baño que refleja nuestros granos, nuestro rostroque revela el paso de los años, nuestra falta de bondad,nuestra agresión y timidez. todo ese material.Aquí es donde entra en escena la ternura. Cuando lascosas se muestran inestables y nada funciona quizá nosdemos cuenta de que estamos a punto de entrar en algo.Tal vez entendamos que es un lugar muy tierno yvulnerable, y que la ternura puede ir en ambos sentidos.Podemos encerrarnos en nosotros mismos y estarresentidos o podemos entrar en contacto con esa cualidadpalpitante. Definitivamente, hay algo tierno y palpitanteen la sensación no tener dónde agarrarse.Es una especie de prueba, el tipo de prueba quenecesitan los guerreros espirituales para despertar suscorazones. A veces nos encontramos en ese lugar a causade una enfermedad o de una muerte, y experimentamos

18 Pema Chödron – Cuando todo se derrumbauna sensación de pérdida: pérdida de nuestros seresqueridos, pérdida de nuestra juventud, pérdida de nuestravida.Tengo un amigo que se está muriendo de sida. Antes deque me fuera de viaje, estuvimos hablando y me dijo: «Yono quería que me sucediera esto, lo odié y me dejóaterrorizado. Pero esta enfermedad ha terminado siendoel mayor regalo.» Y continuó: «Ahora cada momento esprecioso para mí. Toda mi vida significa mucho para mí.»Algo había cambiado realmente y se sentía preparado paramorir: algo horroroso y pavoroso se había convertido enun regalo.Que todo se nos venga abajo es una prueba y tambiénuna especie de curación. Pensamos que la cuestión espasar la prueba o superar el problema, pero en realidad lascosas no se resuelven. Las cosas se caen a pedazos ydespués éstos se vuelven a juntar. Simplemente sucede así.La curación proviene del hecho de dejar espacio para quetodo esto ocurra: espacio para la pena, para el alivio, parala aflicción y para la alegría.Podemos pensar que algo nos va a producir placer, perono sabemos qué va a ocurrir en realidad. Podemos pensarque algo nos va a hacer sufrir, pero tampoco lo sabemoscon certeza. Lo más importante de todo es dejar sitio parael no saber. Tratamos de hacer lo que pensamos que nospuede ayudar, pero no sabemos. Nunca sabemos si nosvamos a caer redondos o si vamos a poder aguantarderechos. Cuando vivimos una gran decepción, nosabemos si ahí se acaba la historia; también podría ser elprincipio de una gran aventura.

Pema Chödron – Cuando todo se derrumba 19Leí en alguna parte sobre una familia que tenía unúnico hijo. Eran muy pobres y su hijo era la cosa máspreciosa para ellos; lo único importante era que algún díales podría aportar prestigio y ayuda financiera. Un día elhijo se cayó de un caballo y quedó cojo. Aquello parecía elfinal de sus vidas. Dos semanas después llegó el ejército alpueblo y reclutó a todos los jóvenes sanos y fuertes paraenviarlos a la guerra, mientras que a él se le permitióquedarse y cuidar de su familia.La vida es así. No sabemos nada. Decimos que las cosasson buenas o malas, pero en realidad no lo sabemos.Cuando todo se derrumba y estamos a punto de no sesabe qué, la prueba para cada uno de nosotros esquedarnos en ese punto, en ese límite, y no concretar. Elcamino espiritual no consiste en tratar de llegar al cielo yfinalmente acceder a un lugar magnífico. De hecho, estamanera de mirar las cosas es lo que nos hace serdesgraciados. Pensar que podemos encontrar placeresduraderos y evitar el dolor es lo que en budismo se llamasamsara, un ciclo sin salida que da vueltas y vueltasinterminablemente y nos causa un gran sufrimiento. Laprimera de las nobles verdades del Buda señala que elsufrimiento es inevitable para los seres humanos mientraspensemos que las cosas son duraderas, que no sedesintegran, que podemos contar con ellas para satisfacernuestra necesidad de seguridad. Desde este punto de vista,la única vez que podemos estar plenamente seguros de loque está ocurriendo es cuando nos quitan la alfombra dedebajo de los pies y no encontramos dónde aterrizar.Podemos emplear estas situaciones para despertar o para

20 Pema Chödron – Cuando todo se derrumbaecharnos a dormir. Este momento —este mismo instantesin base ni lugar al que aferrarse— es la semilla paracuidar de aquellos que necesitan nuestros cuidados y paradescubrir nuestra bondad.Recuerdo vívidamente un día de principios deprimavera en el que toda mi realidad se desfondó ante mí.Aunque era antes de haber oído hablar de las enseñanzasbudistas, experimenté algo que algunos describirían comouna auténtica experiencia espiritual. Ocurrió cuando mimarido me dijo que estaba teniendo una aventurasentimental. Vivíamos en el norte de Nuevo México y yome encontraba de pie frente a nuestra casa de adobetomando una taza de té. Oí llegar su coche y el golpe de lapuerta al cerrarse. A continuación giró la esquina y sinprevio aviso me dijo que tenía una aventura y quería eldivorcio.Recuerdo el cielo y lo grande que era. Recuerdo elsonido del río y el vapor que salía de la taza de té. Nohabía tiempo ni pensamiento, no había nada: sólo unaquietud profunda e ilimitada. Poco después volví en mí,tomé una piedra del suelo y se la tiré.Cuando la gente me pregunta cuál fue mi vía deentrada en el budismo siempre les digo que entré porqueestaba muy enfadada con mi marido, pero la verdad es queme salvó la vida. Cuando mi matrimonio se desmoronó,traté denodadamente, por todos los medios a mi alcance,de volver a encontrar algún tipo de comodidad, deseguridad, algún lugar de descanso que me fuera familiar.

Pema Chödron – Cuando todo se derrumba 21Afortunadamente para mí no pude encontrarlo. Sabíainstintivamente que mi única salida era la aniquilación demi viejo yo dependiente. Entonces fue cuando puse en lapared el cartel que antes he mencionado.La vida es un buen maestro y un buen amigo. Con sóloque podamos darnos cuenta de ello, vemos que las cosasestán siempre en transición. Nada sucede al gusto denuestros sueños. El hecho de sentirse fuera de sitio, en unestado de descentramiento, es una situación ideal, unasituación en la que ya no permanecemos atrapados ypodemos abrir nuestros corazones y mentes más allá desus anteriores límites. Es un estado muy sensible, noagresivo y de final abierto.Permanecer en esa agitación —permanecer con elcorazón roto, con el estómago revuelto, con elsentimiento de estar desvalido y queriendo venganza—,ésa es la senda del verdadero despertar. Adherirse a esaincertidumbre, pillarle el truco a relajarse en medio delcaos, aprender a no tener pánico: ésta es la sendaespiritual. Desarrollar la habilidad de pillarnos a nosotrosmismos, de pillarnos bondadosa y compasivamente: ésta esla senda del guerrero. Pillarnos una y otra vez, nos guste ono, cada vez que estemos aferrándonos al resentimiento, ala amargura o a la justa indignación, y cada vez queestemos aferrándonos a lo que sea, incluso a la sensaciónde alivio o al sentimiento de estar inspirados.Podemos pensar cada día en las agresiones que ocurrenen el mundo, en Nueva York, en Los Ángeles, Halifax,Taiwan, Beirut, Kuwait, Somalia, Irak, en todas partes. Entodos los lugares del mundo alguien golpea a su enemigo y

22 Pema Chödron – Cuando todo se derrumbael dolor va aumentando en una espiral infinita.Reflexionemos sobre este hecho cada día ypreguntémonos: «¿Voy a añadir más agresividad almundo?» Cada día, cuando las cosas llegan al límite,planteémonos la pregunta: «¿Voy a practicar la paz o voy air a la guerra?»

Pema Chödron – Cuando todo se derrumba 23CAPÍTULO 3Este mismo momento esel profesor perfectoPodemos toparnos con un perro de lanas o con un perroguardián rabioso, pero la pregunta interesante es: ¿quéocurre a continuación?, cualquier tipo de incomodidad nossuele parecer una mala noticia. Pero para los practicantesdel camino o guerreros espirituales —la gente que tienecierto hambre de conocer la verdad— los sentimientoscomo la decepción, la vergüenza, la irritación, elresentimiento, la ira, los celos y el miedo, en lugar de seruna mala noticia son en realidad momentos de granclaridad que nos enseñan dónde estamos pillados. Nosenseñan a erguirnos y seguir adelante cuandopreferiríamos colapsar y retirarnos. Son como mensajerosque nos muestran, con una claridad terrorífica, el lugarexacto donde estamos atascados. Este mismo momento esel profesor perfecto y, por fortuna, está con nosotros allídonde estemos.Podemos considerar que los sucesos y las personas queactivan los asuntos irresueltos de nuestra vida son unabuena nueva.HABLANDOEN GENERAL

24 Pema Chödron – Cuando todo se derrumbaNo tenemos que ir en busca de nada, no tenemos quetratar de crear situaciones para llegar al límite; ya ocurrenpor sí mismas con la regularidad propia de un mecanismode relojería.Cada día se nos dan muchas oportunidades de abrirnoso de cerrarnos. La oportunidad más preciosa se presentacuando llegamos a ese lugar donde pensamos que nopodemos con lo que está pasando, que es demasiado, quelas cosas han ido demasiado lejos. Nos sentimos mal connosotros mismos pero no tenemos forma de manipular lasituación para preservar nuestra autoimagen; por muchoque lo intentemos, simplemente no funciona.Básicamente, lo que ha ocurrido es que la vida nos tieneclavados.Es como si te miraras al espejo y vieras un gorila. Elespejo está delante de ti, te miras a ti mismo y lo que vestiene un aspecto horrible. Tratas de mirarte desde otroángulo para cambiar de aspecto, pero hagas lo que hagassigues pareciendo un gorila. A eso se le llama es

Pema Chödron - Cuando todo se derrumba 3 Introducción En 1995 me tomé un año sabático. Durante doce meses no hice prácticamente nada. Fue el tiempo en que más inspirada espiritualmente me he sentido en toda mi vida. En buena medida, lo único que hice fue relajarme. Leí, caminé y dormí. Comí, medité y escribí. No tenía